El problema que tenía Carlos Andrés Barraza Peñaranda se lo cobraron con muerte. El estudiante del Sena permanecía internado en una clínica de la ciudad tras recibir una golpiza salvaje, hecho que ocurrió en el barrio San José de Los Campanos.
Sus familiares oraban y esperaban que se recuperara, pero, por desgracia, su destino estaba marcado por la tragedia y ahora los suyos tendrán que pasar una Navidad triste y enlutada por su pronta partida.
El joven nació en San Juan Nepomuceno y el 7 de agosto pasado todo fue alegría por su cumpleaños número 21. Sin embargo, solo unos tres meses después, su situación cambió. Las indagaciones preliminares de las autoridades dejan ver que allá tuvo problemas con unas personas, no se sabe por qué motivo. La situación llegó a tal punto que se enfrentó en una riña con estas.
Previendo que tomarían represalias contra él por esa situación, Carlos Andrés dejó su pueblo natal. Se vino a Cartagena y se estableció en el barrio San José de Los Campanos, en la carrera 101.
Conocidos dicen que vivía solo en un apartamento. Todo iba bien y trataba de salir adelante con su nueva vida en la ciudad, hasta que el 6 de diciembre le llegó la mala hora. Conocidos dicen que estaba sentado frente a su residencia, bajo un árbol, cuando llegaron varios hombres al lugar. Presuntamente, serían las mismas personas con las que se peleó en San Juan Nepomuceno.
Venían por venganza y testigos dicen que apenas vieron a Carlos, se le fueron encima y empezaron a golpearlo. El joven recibió trompadas, patadas y también lo atacaron con cascos de motos. El joven corrió y se metió en la casa de un vecino con el que había entablado una amistad, pero ya el daño estaba hecho. Sus agresores huyeron y al lesionado lo llevaron a la Clínica Blas de Lezo, donde estuvo internado hasta ayer en la madrugada, cuando murió.
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