Los parientes de Miguel Ballestas De la Cruz aceptan que el balazo que trazó su desdicha lo recibió cuando participaba en un atraco en Blas de Lezo. Sin embargo, dicen que no le prestaron la debida atención médica que necesitaba. El hecho delictivo por el que era procesado ocurrió el primero de octubre pasado.
Ese día, Miguel, de 24 años y quien vivía en Nuevo Paraguay, con su mujer y su hijo de 2 años, salió en la mañana al Mercado de Bazurto.
“Un amigo que vive en Bruselas lo llamó para que fueran a Bazurto. Se lo llevó para hacer un atraco, pero no hicieron nada. Miguel se devolvió para la casa y al rato el amigo lo volvió a llamar y se fue con este para Blas de Lezo. Miguel manejaba una moto y estaba viendo el atraco que hacían los amigos, cuando un miembro de la Sijín que veía lo que pasaba le dio un balazo en la barbilla. Sus amigos huyeron y a Miguel lo llevaron varios policías a la Clínica Madre Bernarda”, contó Olga De la Cruz, madre del difunto.
La mujer dijo que tras una audiencia que se hizo en la clínica, un juez aseguró con cárcel a su hijo.
“Le hicieron una traqueotomía y la bala la tenía alojada en la nuca. Perdió la movilidad del lado derecho del cuerpo y, a pese a que no estaba recuperado, a los veinte días le dieron de alta en la clínica. El Inpec no lo recibió por el estado en el que estaba y por eso lo dejaron encerrado en la estación de la Policía en Los Caracoles. Allá seguía mal y teníamos que ir a limpiarle la herida. Se puso mal y lo llevamos de nuevo a la Madre Bernarda, pero le volvieron a dar de alta. El sábado empeoró mientras estaba en la estación y lo llevé en un carro particular al Hospital Universitario. Allá nos dijeron que la herida se le había infectado y hoy -ayer- en la mañana murió. No le prestaron la atención médica que necesitaba”, explicó la progenitora de Ballestas.
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