Jesica García Molina, de 26 años de edad, sindicada de ser la presunta violadora de una bebé de 18 meses de edad, quedó en libertad por decisión del juez, aduciendo que su captura no se produjo en flagrancia.
En la audiencia de legalización se insistió en que su aprehensión se hizo basada en una denuncia instaurada por Carmelo Narváez Anaya, abuelo de la menor, tras llevarla al médico, luego de observar que tenía laceraciones en sus genitales.
El galeno le dijo al abuelo que la niña había sido abusada y este de inmediato instauró la denuncia. Sin embargo, la mujer se escondió en el corregimiento de Martínez, zona rural de Cereté, donde finalmente fue encontrada por la Policía el domingo anterior.
Algunos vecinos de la pareja de féminas señalaron que ellas se habían mudado al barrio La Palma hacía poco más de un mes y que una de ellas trabajaba, mientras la otra se quedaba al cuidado de su hijastra, pues la bebé es hija de la presunta compañera sentimental de García Molina.
Por su parte, el comandante de la Policía Metropolitana de Montería, coronel Jesús Díaz, cconfirmó que efectivamente la mujer está en libertad y que están esperando que se emita una nueva orden de captura para proceder a su nueva retención.
SIGUE EN EL ICBF
Mientras las autoridades adelantan las investigaciones de rigor y se analizan las pruebas hechas por Medicina Legal, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, sigue respondiendo por el cuidado de la menor y por la garantía de todos sus derechos.
La directora del ICBF, Francia López, indicó que la menor fue ubicada en un hogar sustituto y que no será devuelta a su madre hasta tanto no se esclarezca el hecho y se brinden todas las garantías necesarías para un desarrollo físico y social óptimo.
Sostuvo además que la menor está recibiendo intervención psicológica, socio familiar y nutricional con la finalidad de identificar las condiciones de salud física, psicológica y la verificación de los elementos protectores, como de riesgos para ella.
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