Dos mujeres aferradas a una reja. Varias personas abriendo paso entre la multitud. Cintas amarillas de lado y lado. Gritos desesperados y dos cuerpos ensangrentados, ese era el panorama en una de las calles del barrio La María, en la mañana de este miércoles.
La calle 52 estaba llena de gente. Muchos preguntaban qué había pasado, otros solo observaban y el resto especulaba. La tranquilidad que se vivía antes de las 9:50 de la mañana, en ese sector, fue interrumpida con ocho disparos, según varios residentes.
Sicarios acabaron con la vida de un hombre y una mujer. Arnold Vicente González, de 34 años, y Michell Paola Alcalá Padilla, de 26, estaban tendidos en la terraza de una casa, en donde funciona un SAI, expuestos a la vista de decenas de curiosos.
Michell quedó de medio lado con la cara contra el piso, mientras que Arnold estaba boca arriba. Los móviles del doble homicidio no están claros, pero varias versiones rodean el hecho sangriento.
Miembros de la Sijín aseguraron que Michell haría parte de la estructura criminal 'Clan del Golfo', en donde, al parecer, se encargaba de las finanzas producidas por el microtráfico de drogas.
Familiares de Michell dijeron que no conocían a Arnold y negaron que tuvieran algún tipo de relación.
Los siguieron
Arnold, quien trabajaba como mototaxista, llevó a Michell al establecimiento comercial que está a unos cuantos metros de la casa de ella, en la calle 52 de la María, pero no se fue enseguida. Estando ahí, ambos bajaron de la moto y entraron al negocio.
Todo parecía estar tranquilo, pero en un abrir y cerrar de ojos las cosas cambiaron. Un hombre llegó caminando al SAI y sacó un arma de fuego. Arnold estaba más cerca de la entrada y fue impactado primero, mientras que Michell intentó correr desesperada, pero el asesino la miró fijamente y le disparó en la cara.
Las muertes fueron inmediatas. Sus corazones dejaron de latir en cuestión de segundos y el sicario subió a una moto que lo estaba esperando más adelante.
Hasta el momento no hay capturas y la Policía investiga para dar con el paradero de los autores materiales e intelectuales del doble homicidio.
Allegados a Michell no quisieron hablar mucho del hecho, pero manifestaron que ella tenía dos años de haber llegado de Venezuela y vivía sola con su hija.
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