El pequeño Jimthian José López Basilios solo quería un dulce y por eso intentó cruzar la calle Fulgencio Lequerica de La Esperanza, según le aseguró su madre Noemí López, a la Policía.
En el intento fue arrollado brutalmente por una buseta de servicio público, de placas UAL-221 de la ruta Socorro.
‘Sin más ni más’ y sin que siquiera alguien se percatara de lo que pasaba, ya el niño de tan solo tres añitos, estaba tendido en el suelo con múltiples heridas en su cuerpo.
Sobre las 2:40 de la tarde, reportó la Policía, sus familiares lo llevaron al Centro de atención primaria de La Esperanza, donde le prestaron los primeros auxilios.
Ante la gravedad de las heridas, Jimthian fue remitido a la Casa del Niño (Clínica Napoleón Franco Pareja), donde los directivos anunciaron su diagnóstico: trauma toracoabdominal y trauma cráneocerebral, lo que comprometía su pecho y su cabeza.
A las 2:50 lo ingresaron a reanimación, donde 35 minutos después murió por la complejidad de sus heridas.
PIEDRA Y FUEGO
La Policía informó que el conductor de la buseta, temiendo que le hicieran daño, se dio a la huida, pero aún así, contra él se vino una turba enardecida a piedras y palos para tomar justicia por mano propia, pues algunos testigos del hecho aseguraron que conducía con exceso de velocidad.
Le alcanzaron a destrozar los vidrios y a magullar la lata, y a causa de que el Escuadrón Antidisturbios de la Policía (Esmad) llegó al sitio, la situación no pasó a mayores; tal como Q’hubo registró, el propósito de la comunidad era quemar la buseta.
También se supo que Jimthian se encontraba jugando con un grupo de amiguitos de su calle cuando se dio el insuceso.
Lo que algunos vecinos no se explican es qué hacía un niño tan pequeño jugando en una vía por la que transitan vehículos de todo tipo.
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