Los problemas y rencillas entre delincuentes, los terminó pagando una pequeña de tan solo 10 años. Así lo confirmó la Policía Metropolitana de Cartagena, tras informar que el ataque bala en el que la niña resultó herida de gravedad, igual que Dairo Martínez Caballero, es “una retaliación entre delincuencia común”.
El hecho ocurrió el miércoles, a las 12:30 de la tarde, en la calle La Cruz, en el barrio Boston. La niña estaba en la terraza de su casa, en la que funciona una barbería que atiende Dairo (quien es compadre de su progenitor). También la acompañaban varios familiares y allegados. De repente, un sujeto que iba de parrillero en una moto sacó un arma y disparó en repetidas ocasiones contra el grupo de personas, y luego huyó.
Desde entonces, la niña está internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Fundación Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja (Casa del Niño). Aunque se conoció que ha ido evolucionando bien, las lesiones que tiene son graves. “La paciente recibió tres impactos de bala. Uno a nivel del tórax derecho que lesionó el pulmón, otro en brazo derecho con fractura conminuta de radio y cubito, y el otro en glúteo izquierdo. El que causó más daño fue el impacto que recibió en el tórax que produjo lesión pulmonar con hemorragia y obligó a los médicos a transfundir sangre y en este momento se encuentra con soporte ventilatorio y hemodinámico. Su pronóstico es reservado”, indicó el doctor Hernando Pinzón, infectólogo pediatra y subdirector científico de la Casa del Niño.
Mientras tanto, Dairo Martínez está internado en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Crecer. Sufrió heridas de bala en el abdomen, una pierna y un brazo. Se conoció que está consciente y que ha dicho que no sabe qué pasó, y que no tiene líos con nadie.
La Policía Metropolitana indicó que este no tiene antecedentes y que hasta ahora no es claro contra quién iba dirigido el ataque.
Pese a ello, una versión, entregada por vecinos, indica que el atentado habría sido contra un hombre que estaba en la barbería, que alcanzó a correr al ver a los agresores, resultando ileso.
Una carta
Una carta y una flor de papel tenía la niña de 10 años en las manos cuando el parrillero de la moto la baleó. Allegados contaron que estaba feliz porque se la iba a entregar a su progenitora, con motivo del Día de las Madres.
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