La familia Hernández Toledo no supera la angustia. Su hijo de 4 años está hospitalizado en la clínica Madre Bernarda, tras recibir una fuerte descarga eléctrica en el sector Revivir de Los Campanos.
El hecho ocurrió sobre las 4:00 de la tarde del lunes, tras un aguacero. Según testigos, Camilo Andrés Hernández Toledo estaba jugando con unos amigos cuando se recostó a un quiosco comercial electrificado.
El menor recibió una fuerte descarga y estuvo pegado al metal del quiosco por varios minutos.
Tras recibir ayuda, Camilo Andrés Hernández fue trasladado a la clínica Madre Bernarda, en donde -según sus familiares- los médicos indicaron que tiene comprometidos los riñones.
“Él quedó con taquicardia y lo llevamos al hospital, allá pasó la noche y hoy nos dijeron que tiene afectados los riñones”, comentó Vianis Hernández Toledo, tía de Camilo Andrés.
INDIGNADOS
Tanto la familia del menor como sus vecinos están indignados con el propietario del quiosco. Dicen que es una irresponsabilidad que se electrifique un negocio ubicado en una zona residencial y que no haya letreros que adviertan del riesgo.
“La gente del barrio iba a tumbar el quiosco porque no es posible que le pongan energía a ese local porque aquí hay muchos niños”, apunta Ignacia Ballesteros, residente del sector.
La comunidad amenazó con derribar el local si el dueño no le quita la electricidad, pues dicen que otros jóvenes y niños han recibido corrientazos al arrimarse a él.
SIN RECURSOS
Camilo Andrés Hernández y su familia llegaron desplazados a Cartagena hace dos meses desde La Apartada, Córdoba.
Virginia Toledo, abuela del menor, dice que no tienen seguro médico, ni los recursos para cubrir los gastos de la clínica.
“Nosotros venimos a tratar de conseguir trabajo e instalarnos aquí y ya nos pasa todo esto y no tenemos ni para los pasajes. Eso es un peligro porque lo que le pasó al niño le puede pasar a cualquier otra persona”, señala Virginia Toledo.
RESPONDERÁ
Ricardo Bonilla, propietario del local, reconoció que tiene electrizado el quiosco. Pero, dice que este no tiene el voltaje para matar a una persona.
Cuenta que luego de sufrir constantes robos en las noches, acudió al CAI de la Policía en San José de Los Campanos, donde le dijeron que energizara el local.
“Ellos me dieron un letrero de advertencia y a los pocos días se lo robaron, por eso estaba sin aviso”, explica Bonilla.
“Yo activo la energía en la noche y la quito a las 5:00 de la mañana. Pero ayer (lunes) me fui para una cita médica y se me olvidó. Al regresar habían unos niños tirándole piedras al negocio y yo les dije que tuvieran cuidado con la electricidad, fui a buscar la llave para quitarla, pero empezó a llover y pensé que los niños se habían ido”, relata.
Sin embargo, los uniformados del CAI dicen que ningún local de ese barrio está autorizado para usar energía como seguridad, pues no cumplen con los reglamentos necesarios. Aseguraron que solo las grandes y medianas empresas tienen esos permisos.
Además, sostienen que no tienen autorización para dar ese tipo de permisos a propietarios de locales.
Bonilla, por su parte, dijo que habló con los padres del menor y se comprometió a ayudarles con los gastos de la clínica.
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