Este fin de semana fue sepultado, en el cementerio del barrio Olaya Herrera, Uberto Rodríguez Orozco, cuyo cuerpo había ingresado a la morgue de Medicina Legal como N.N., ya que al momento del levantamiento no tenía documentos.
Rodríguez Orozco tenía 29 años, era natural de Cartagena y vivía en el barrio El Pozón, pero se desconoce a qué se dedicaba.
Su muerte ocurrió el pasado 16 de julio, a las 9 de la noche, cuando estaba con un grupo de amigos conversando en una esquina.
Testigos de los hechos dijeron que unos minutos antes de que Rodríguez Orozco y sus amigos llegaran a esa esquina, estaban unos sujetos reconocidos en la zona como peligrosos delincuentes.
Mientras los presuntos forajidos conversaban, una motocicleta, con dos personas a bordo, pasó en dos ocasiones, lo que, al parecer, despertó la sospecha del grupo, que se dispersó inmediatamente.
A los pocos minutos aparecieron Uberto Rodríguez y sus amigos. Uno de ellos se inquietó con la moto y hasta alcanzó a advertirles a los demás que la había visto pasar dos veces y que lo mejor era retirarse.
“El que nada debe, nada teme. Así que yo no tengo porqué quitarme de aquí”, dijo Uberto Rodríguez antes de caer fulminado por una andanada de balas que también alcanzó a otro de sus acompañantes.
Rodríguez murió enseguida, mientras que su compañero se encuentra en una clínica de esta ciudad, donde el personal médico dijo que podría quedar paralítico.
Las autoridades dijeron no tener pistas aún de los asesinos.
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