Fabiola Rojano Villa fue la tercera hija que le mataron a Amparo María Villa. Lo más duro de la situación es que fue casi seis meses después de que asesinaran a los otros dos y de la manera que menos imaginó. Fabiola murió luego de que su pareja le diera varias cuchilladas en cuello, tórax y abdomen, el miércoles en la mañana en Lomita Arena, Santa Catalina.
“Yo pensé que moriría en un accidente de tránsito o por burundanga porque ella comía todo lo que veía por ahí. También tenía problemas psicológicos, pero no era mala persona”, dijo Amparo, madre de la víctima.
No sabe de dónde salió
“Yo no se de dónde conoció a ese coño”, repitió una y otra vez Amparo con voz fuerte, quizás de la impotencia.
Al parecer, Hermes Monsalve, como se identificó el presunto homicida, se la llevó de la casa donde vivía Fabiola con su pareja en Suan, Alántico. Tenían tres semanas de estar saliendo juntos.
La madre de Fabiola contó que ella tenía aproximadamente cinco años de residir en Cartagena, junto con su compañero sentimental. Amparo residía con su esposo y otros hijos en Venezuela. El Pincho, como era conocida su pareja, vivía con ella en Suan.
Una versión de los hechos deja ver que el hombre iba a ser operado de la próstata y por eso Fabiola caminaba tanto.
“Ella le hacía las vueltas de los exámenes médicos y en ese tiempo empezó a enamorarla el otro hombre”, dijo Amparo María refiriéndose al presunto asesino su hija.
La relación de Hermes y Fabiola duró tres semanas, según lo explicó su madre.
Después de esto ocurrió lo peor, presuntamente Fabiola se desapareció por cuatro días y cuando fue a preguntarle a el Pincho por ella le contó que Hermes se la llevó. Lo había empujado para sacarla de la casa. La incertidumbre era lo único que tenía Fabiola hasta que el miércoles la muerte apareció.
Un vecino le contó
Amparo se enteró de la desgracia el jueves en la mañana porque un vecino le mostró la noticia.
“La identifiqué por la foto que apareció en el periódico y por la sábana que tenía encima, esa se la había traído de Venezuela”, continuó Villa.
A las 3 de la tarde del jueves llegó a la morgue de Medicina Legal, le dijo a los forenses que buscaran su identificación dentro de su ropa interior y allí estaba.
Por su parte, a Hermes Monsalve le dictaron medida de aseguramiento en la cárcel de Ternera por el delito de homicidio agravado.
El regreso de la madre
La historia de las muertes de sus otros dos hijos viene de Venezuela, donde la familia tenía un negocio donde vendían cervezas. A este llegaron presuntos delincuentes, que involucraron a sus dos hijos en el delito de hurto. Según contó Amparo, mandaron a matar a sus dos hijos porque podían delatar el negocio. Justo cuando estaba enterrando a uno de sus hijos, apareció el cadáver del segundo.
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