A Reiner Alberto Prentt Villareal le siguieron los pasos, y no era para algo bueno. La muerte le respiraba en la nuca, pero se le veía tranquilo.
El sábado, a las 8 de la noche, puso los pies en las afueras de su vivienda, en la calle San Vicente de Paúl, en el barrio El Bosque, y al tiempo sonaron las balas. La tranquilidad acabó y la tragedia comenzó.
Los proyectiles eran para él y se lo dieron delante de varios familiares, que enseguida lo trasladaron a la Clínica Crecer porque aún respiraba, pero lamentablemente murió unos instantes después. La balas se alojaron en su cabeza, dijo la Policía.
“Lo esperaban”
¿Quién querría la muerte de Reiner y por qué?
Este hombre era un policía pensionado con negocios independientes. Su familia prefirió guardar silencio y dejar que sean los rumores o las hipótesis de la Policía las que rodeen el crimen. La comunidad de El Bosque aseguró que los matones esperaron a Reiner frente a su casa.
“Esta calle -San Vicente de Paúl- es cerrada y los tipos llegaron en moto, y esperaron un rato hasta que salió el señor y le dispararon. Yo escuché cuatro disparos. Nadie se atrevió a retener a los hombres”, dijo uno de los testigos del crimen.
La Policía mencionó que solo una bala hizo blanco en la cabeza de Reiner. Otras personas manifestaron que el asesino llegó a pie y al cometer el crimen corrió al encuentro con su cómplice, que lo esperó en una moto.
¿Con deudas?
La Policía investiga si Reiner tiene alguna deuda que le costó pagar puntualmente y por eso firmó su sentencia de muerte. Una muerte que le llegó a sus 44 años, con poco tiempo de estar disfrutando de su pensión.
El crimen de Prentt Villareal es el cuarto sicariato este mes en Cartagena. Los otros tres sucedieron en El Pozón y Bosques de La Circunvalar.
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