Ruby Ester Nieve Vélez, de 63 años, salió de su casa esta mañana en el barrio La Esperanza a una nueva jornada de trabajo en el Castillo San Felipe de Barajas, pero lo que no imaginó, es que un rayo casi acaba con su vida.
Mientras Nieve realizaba el aseo en un pasillo de la fortificación, una descarga eléctrica cayó sobre sobre una palmera de la Explanada del Castillo, a tan solo pocos metros de donde se encontraba la mujer.
Al escuchar y sentir el estruendo tan cerca, Ruby pensó que este había caído sobre ella. Se agarró la cabeza y pegó un grito. "Yo sentí un calor que me quemó la cabeza, quede inmovil y de inmediato los compañeros que vieron el hecho llegaron hasta el lugar y me auxiliaron", indicó.
Al lugar llegó la médico, Paula Pájaro, y los auxiliares Diocelos García y Rafael Aguilar, de la Fundación Profint, quien tiene alianza con la Escuela Taller, y le prestaron los primeros auxilios. Estos indicaron que solo fue el shock del impacto del rayo pero en este momento la mujer se encuentra estable.
"Ella no sufrió daño alguno. Se le tomó la presión y la frecuencia cardíaca y están bien. En este momento se le subió el azúcar, pero ella venía padeciendo con este hace algún tiempo, pero lo estamos controlando", indicó uno de los galenos.
Ruby afirma que el susto fue tan grande, que siente que volvió a nacer y le da gracias a Dios el darle otra oportunidad de vivir.
Por otra parte, el rayo que cayó sobre la palmera hizo un hueco cerca de las raíces del árbol y además provocó que algunas ramas cayeran al suelo. Esto debido a la energía tan potente que tienen estas aterradoras descargas procedentes del cielo.
Según expertos en el tema, los rayos generan temperaturas más altas que la de la superficie solar, por encima de 20.000 grados celsius.
Así quedó el árbol
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