Vecinos y familiares de Johnny Del Río Alcázar no salen de su asombro, porque éste sigue vivo después de haber recibido un disparo de arma de fuego en la frente.
Del Río, de 35 años de edad y residente en la Calle de la Paz, en el sector El Foco Rojo, del barrio Olaya Herrera, cuenta que estaba departiendo con unos amigos el viernes a las 4:00 de la tarde cuando ocurrió el percance en la citada calle.
Dice que no recuerda en qué momento se originó un alboroto de gente corriendo y sonido de disparos por todas partes.
Sus amigos se apresuraron a esconderse, lo que él trató de imitar, pero de pronto sintió un impacto en la frente y, a los pocos segundos, un hilillo de sangre corriendo por su cara.
Del Río Alcázar recuerda que un grupo de efectivos de la Policía Metropolitana estaba persiguiendo a unos presuntos ladrones, con los cuales intercambió disparos, sin reparar en que había personas en las terrazas de las viviendas y en las esquinas de la calle.
Una vez se sintió herido, Del Río, quien insiste en que lo que tocó su frente fue una bala, buscó la ayuda de sus familiares, quienes lo trasladaron en una moto al Hospital Universitario del Caribe.
En el centro médico los galenos le practicaron varias placas, con las cuales comprobaron que el impacto no perforó el cráneo de Johnny Del Río, quien cree que lo ocurrido fue un milagro de Dios y que no le tocaba morir.
Del incidente se sabe que quedaron varias personas heridas, pero lo que en realidad preocupa a los habitantes de El Foco Rojo es que esos enfrentamientos entre policías y facinerosos se presentan con mucha frecuencia.
“Está bien que persigan a los bandidos, pero lo que nos preocupa es que hay niños en la calle y siempre los uniformados llegan disparando sin medir consecuencias. Exigimos respeto y que en verdad velen por nuestra seguridad”, manifestó un vecino de la víctima.
El incidente hizo recordar a los moradores que un caso similar se presentó el año pasado en la familia de Johnny Del Río.
Denis Blanco Angarita, su cuñada, fue víctima mortal de una bala perdida durante un tiroteo entre policías y delincuentes.
El 3 de marzo de 2013, en ese sector, la mujer murió al recibir un balazo en el pecho, propinado, al parecer, por un uniformado que se estaba enfrentando con unos maleantes.
El proyectil traspasó las paredes de la casa de madera de Denis Blanco y se incrustó en su cuerpo.
La mujer, de 48 años, murió en los brazos de Rosemberg Del Río, su marido.
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