Richard Eduardo Julio Castillo no pudo saborear el placer de estar libre, pues la muerte se lo arrebató en un santiamén. Allegados indicaron que apenas el miércoles de la semana pasada salió de la Cárcel de Ternera, en la que estuvo encerrado durante más de tres años, por el delito de hurto calificado.
Tras salir del encierro, se fue a la casa de su madre, en la calle 26 del sector Las Delicias, en el barrio La Esperanza. Pese a ello, la alegría le duró poco porque el viernes en la noche fue asesinado a balazos, en la calle Marimar del barrio El Nazareno. Lo que saben sus parientes y las autoridades sobre el móvil del crimen, es poco.
Era sparring
Richard Eduardo Julio tenía 25 años y era oriundo de Cartagena. Antes de caer en manos de la ley y ser enviado a la Cárcel de Ternera, era sparring de una buseta, de la ruta Socorro-Jardines, cuyo turno está en El Nazareno. Allá, todo el mundo lo conocía por el apodo de ‘el Pollino’.
Tras pasar el encierro y llegar a La Esperanza, parientes dicen que le advertían que no se fuera a ir para El Nazareno porque allá tenía problemas, pero no especificaron cuáles. Pese a las advertencias, Richard no hizo caso y el viernes salió a las 5 de la madrugada de su casa. “Él nos dijo que se iba a trabajar como sparring, pero al llegar la noche no regresaba. No nos preocupamos porque él a veces se quedaba con amigos luego de trabajar y regresaba en la madrugada”, relató Miriam Castillo, madre del joven.
Sin embargo, el viernes Richard no regresó a su hogar y una llamada develó lo que había pasado. Cerca de las 11 de la noche de ese día, Miriam recibió una llamada a su celular en la que le avisaban que habían baleado a Richard, el tercero de sus cinco hijos, en El Nazareno. La mujer dejó lo que hacía y se fue al barrio. Al llegar a la calle Marimar, encontró a su hijo tendido en una calle, muerto.
Entonces, vinieron las escenas de dolor. Un par de horas después, arribaron al lugar miembros del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI), de la Fiscalía General de la Nación, quienes realizaron la inspección técnica del cadáver de Julio Castillo, llevándolo a la morgue de Medicina Legal, en Zaragocilla.
La familia del joven desconoce por qué lo mataron. Sin embargo, vecinos de El Nazareno señalaron que se trató de una persecución. Al parecer, Richard estaba en el sector de los hechos con unos amigos, cuando se encontró con unos sujetos con los que tendría problemas.
Dicen que apenas los vio, empezó a correr. Recorrió varias cuadras, pero al llegar a la calle Marimar terminó todo para él. “Se metió por una calle que estaba cerrada al final con unas rejas de hierro, que los vecinos pusieron para mayor seguridad. No supo qué hacer al estrellarse con la reja y cuando se quiso devolver, ya tenía al frente a uno de los que lo perseguían. Este enseguida le apuntó y le disparó”, relató un vecino del sector.
Su mamá cree que murió porque no lo atendieron de inmediato. “Le dieron dos balazos en el tórax y otro le rozó un brazo. A mí me dicen que las heridas no eran tan graves, sino que no lo auxiliaron y se desangró”, concluyó la madre del difunto. Las autoridades investigan el móvil del asesinato y buscan a los responsables.
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