“Dios, cómo duele ver a diario tantas personas que mueren por cualquier cosa. Padre mío, solo te pido que me des vida para ver crecer a mi hijo. Amén y amén”.
Esto fue lo último que escribió Javier Enrique Arnedo Acevedo en su red social Facebook, el jueves a las 11:30 de la noche, como si hubiera sabido que el viernes iba a ser su último día.
Eran las 9:30 de la noche cuando Javier recibió dos tiros cerca a su casa, en la sexta etapa del barrio Nuevo Bosque.
Adrián Mendoza Pacheco, amigo de Javier, recibió tres tiros. Ambos fueron llevados al Hospital Universitario del Caribe, donde murieron minutos después.
“Aléjate de los malos”. Ese fue el consejo que un amigo de Javier le dio en su publicación de Facebook, pero a Javier no le dio tiempo de apartarse o tal vez no alcanzó a leerlo.
“Comienza apartándote de las esquinas, de las malas compañías y empieza a dormir temprano”, es una parte de lo que reza en el mensaje.
Dolor, tristeza, desconcierto y miles de porqués rondan por la cabeza de sus familiares, amigos y vecinos.
“Javi era un muchacho de bien, no se metía con nadie, no sabemos por qué le hicieron esto. No andaba en malos pasos”, dijo su abuela Lourdes Martínez.
En la sexta etapa del Nuevo Bosque todos comentan que Javier y Adrián, ambos de 18 años, estaban sentados en la tienda jugando a las cartas, como lo hacían todos los días, solo que esa sería la última vez.
“En la tienda había como 20 personas, entre niños, jóvenes y adultos, cuando se escucharon los tiros”, dijo una residente.
Según testigos, una moto Boxer, de color negro, subió la calle principal de la sexta etapa, dio la vuelta frente a la tienda y, en ese momento, el parrillero aprovechó para sacar su arma y disparar sin piedad contra estos dos jóvenes, quienes, al ver lo que sucedía, trataron de levantarse, pero ya era demasiado tarde, pues las balas resonaban en sus cuerpos.
Sobre un charco de sangre quedaron los cuerpos agonizantes de ambos jóvenes, quienes imploraban ayuda a los testigos.
El más perjudicado fue Adrián, quien recibió tres tiros: en la espalda, el tórax y en uno de sus brazos, mientras que Javier recibió dos en el tórax, entre pecho y espalda.
“Todos corríamos como locos, mientras los de la moto huían con sentido al barrio Nueva Granada. Como pudimos, avisamos a sus familiares, quienes viven por acá cerca; y los montaron en un taxi para llevarlos al hospital”, comentó un testigo.
Aunque ambos jóvenes perdían mucha sangre a medida que pasaban los segundos, los familiares guardaban la esperanza de que se salvarán.
Por eso, según testigos, corrían de un lado a otro buscando un taxi para transportarlos.
“La Policía estaba cerca y no hizo nada”, dijo un habitante.
Mientras el taxi se alejaba, la sangre corría por las escaleras de la tienda, dejando la marca de dos jóvenes, al parecer, muy queridos en el barrio.
“Aún no lo puedo creer. Ellos no se metían con nadie. Si iban a sus fiestas, se sentaban ahí en la tienda siempre, pero no eran malos; o, por lo menos, no se les conocía ningún camino malo”, manifestó una vecina.
Conocidos de las víctimas contaron que ambos eran buenas personas, que no se les conocían problemas y que Javier, dentro de tres meses, iba a ser padre por primera vez.
“Él estaba muy ilusionado con su bebé. Es una lástima que esto sucediera”, dijeron. Se supo que Adrián, quien era conocido como “El Coquito”, era una persona de bien.
El Teniente Coronel Luis León, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Cartagena, manifestó que una de las hipótesis con las que están trabajando es una retaliación.
“La muerte de estos dos jóvenes se debe a una disputa entre barrios o personas que viven en el mismo sector. Estamos investigando. Por ahora, tenemos a varias personas individualizadas que están al servicio de la Fiscalía. Lastimosamente en ese sector no hay cámaras de seguridad, pero la comunidad está brindando información importante”, finalizó.
Comentarios ()