Para los familiares de Daniel Acuña Rojas no va a ser fácil mantener un buen recuerdo de Cartagena.
Con apenas dos días de haber llegado a ‘el Corralito de Piedra’, el hombre, de 32 años, y oriundo de Barrancabermeja, Santander, perdió la vida en una supuesta venganza tras una acalorada riña.
Daniel quedó tendido en una calle del barrio Santa Mónica. Eran las 9 de la noche del viernes, dos horas después del final del partido de fútbol entre Colombia y Ecuador, y cuando celebraba con varios amigos en un establecimiento cercano.
“Cómo le voy a decir a su familia que está muerto si yo me lo traje a Cartagena fue a trabajar”, dicen que eso repetía preocupado un muchacho que acompañaba a Daniel en el sitio.
Pelea y muerte
El único allegado de Daniel en Cartagena comentó que el joven llegó a la ciudad a trabajar en el área de construcción.
Al parecer, los dos hombres estuvieron departiendo desde el viernes en la tarde en una discoteca de Santa Mónica con motivo del encuentro futbolístico que aseguraba la participación de Colombia en el Mundial de Brasil.
El retraso en el inicio del juego hizo que Daniel y sus amigos permanecieran hasta la noche en el establecimiento. Presuntamente, dentro de ese lugar Daniel habría tenido un altercado con otro de los asistentes, pero fue mermado al instante.
Cuando se creyó que la pelea había terminado, la segunda parte esperó por Daniel en las afueras de la discoteca.
Dicen que dos individuos pasaron frente a Daniel y uno de ellos le disparó dos veces. Uno de los proyectiles impactó en el rostro y el otro en el brazo izquierdo. El santandereano murió en el acto.
“Con las mismas se fueron, caminando, cruzaron la avenida y se perdieron entre el montón de gente que estaba celebrando en la calle”, dijo un curioso sobre los homicidas.
La Policía aseguró que tiene los testimonios de varias personas que observaron de cerca a los asesinos y se espera que sean capturados pronto.
El cuerpo de Daniel permanece en la morgue de Medicina Legal, en Pie del Cerro, a la espera de sus familiares. Hasta ayer en la tarde nadie había llegado a retirarlo.
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