Klisman David Ruiz Ibáñez y Jair Rodríguez Castellar nacieron y se criaron en el barrio Boston. Eran amigos de toda la vida, pero en unos segundos el destino les jugó una mala pasada.
Los dos jóvenes, de 22 y 23 años, fueron en busca de diversión a la bahía interna de Cartagena, junto al barrio Bajos de San Isidro, en una zona portuaria. Mientras se divertían, la muerte los sorprendió. Los dos jóvenes se ahogaron y sus cuerpos desaparecieron en el agua. El hecho ocurrió el lunes en la tarde y ese mismo día encontraron el cadáver de Jair. El de su amigo Klisman solo lo hallaron hasta ayer en la mañana, cuando Guardacostas de la Armada Nacional lo vieron flotando, cerca de donde desapareció.
Klisman vivía en el callejón San Antonio de Boston y era soltero. Hace más de un año laboraba como vigilante en una empresa de seguridad. Últimamente prestaba sus servicios en una empresa en Mamonal. Era el único hijo de Arline Ibáñez. “Ese era mi único hijo, mi tesoro, por qué me lo quitaste Dios mío”, decía ayer la atribulada madre. Contó que el lunes, cerca de las 2 de la tarde, Klisman dijo que iba a salir un rato de la casa y que no se demoraba.
No regresó
Pero el vigilante no regresó. Se fue a buscar a dos amigos que viven cerca, entre ellos Joel Barrios Teherán. A las 2:30 p.m. del mismo día los tres jóvenes partieron.
Llegaron a Bajos de San Isidro, donde residía su amigo Jair Rodríguez, quien hasta hace poco vivió en Boston. Jair aceptó la invitación de sus amigos de ir a bañarse a la bahía, y junto a uno de sus cuatro hermanos salió de su hogar. Antes, se despidió de su mujer y de su hija, de un año. “Yo el jueves hablé con él y le dije que no se bañara en esa bahía, que era peligroso, pero él me dijo que no me preocupara, que él allá iba a relajarse”, contó entre lágrimas la madre de Jair.
Klisman, Joel, Jair, un hermano de este último y otros dos jóvenes salieron juntos a bañarse en la bahía. Pasadas las 4 de la tarde del lunes, la mala hora les sobrevino. “Nos bañábamos y parece que unos ductos de un remolcador cercano empezaron a hacer succión, pero cuando pasa eso siempre hay una alerta, pero nosotros no escuchamos nada. Mientras nadábamos, empezamos a ser jalados por una corriente. Tratábamos de nadar para llegar a la orilla, pero fue imposible. A Jair, a Klisman y a otro amigo les dio calambre. Yo alcancé a ayudar a uno de ellos, pero a los otros no pude. Un pescador llegó y nos ayudó y luego otra lancha de una empresa, pero Jair y Klisman desaparecieron en el agua. Esa imagen no la puedo olvidar, no los pude salvar, no he podido dormir”, relató Joel Barrios.
Desde ese momento, vecinos del sector y miembros de la Armada empezaron a buscar a los desaparecidos. El mismo lunes, a las 7 p.m., buzos de la Armada hallaron el cuerpo de Jair. Los parientes de Klisman estaban desesperados porque no aparecía, pero la angustia terminó ayer y comenzó el dolor, cuando encontraron su cuerpo flotando, cerca de donde lo vieron por última vez. Los cadáveres fueron llevados a la morgue de Medicina Legal.
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