Cuando apenas comenzaba su juventud y corría por las polvorientas calles de Olaya Herrera, Rafael Antonio Marimón Garcés ya demostraba su gusto por la champeta. Sus parientes reconocen que no lo apoyaron, pero pese a ello, él no desistió. Escribía y cantaba melodías de este género musical.
“Recuerdo que cuando Rafael tenía unos 17 años, llegó a buscarlo a la casa Mr Black en una moto biwis azul. Yo no sabía quién era y lo insulté, porque se había llevado a mi hermano a un toque en Pasacaballos y lo trajo tarde a la casa”, recordó Yesenia Marimón, hermana de Rafael.
El joven siguió cantando y adquirió el remoquete de ‘el Yarli’. Se dio a conocer en el mundo de la champeta por su canción El Juete. En la melodía, Marimón hace referencia a sus enemigos. “El que se meta conmigo le pego un tiro”, dice el estribillo de su canción. Sin embargo, el lunes en la noche no pudo hacer nada para evitar una bala mortal, en el sector La Magdalena de Olaya Herrera.
‘El Yarli’, de 30 años, pereció en el Hospital Universitario del Caribe (HUC), en medio de hechos confusos. Le dieron un balazo en el abdomen. Sus parientes dicen que se lo dio un policía cuando apagaban un picó, mientras que la Policía indica que lo balearon en una riña. Rafael es una de las tres personas que mataron entre la noche del lunes y la tarde de ayer. Los otros dos casos ocurrieron en Nelson Mandela y La María.
No pudo cantar
Rafael Marimón vivía con su mujer y sus dos hijos, en el sector Playa Blanca de Olaya, junto a la Avenida Pedro Romero. Estudió en el Sena y trabajaba en una empresa en Mamonal, como operador de maquinaria pesada. Sin embargo, cada vez que podía hacía toques.
Sus parientes dicen que el lunes llegó a su casa en la tarde luego de trabajar, y vio películas con sus hijos. A las 8 de la noche, salió y dijo que iba a tanquear su moto. Sin embargo, un amigo lo llamo y le pidió que fuera a cantar en la calle 20 de Julio del sector La Magdalena, en el mismo barrio, donde celebraban la Independencia de Colombia, con juegos y distintas actividades.
Su hermana contó que no tenía media hora en el lugar cuando policías llegaron a apagar el picó que amenizaba el festejo. “Se metieron a la brava y un policía empujó varias motos a un caño. Rafael le pidió que no le tirara la de él y ahí fue cuando el policía lo agredió y le dio el balazo”, dice Yesenia.
Vecinos del sector dicen que fueron varios los uniformados los que dispararon. Eran las 9:30 p.m. del lunes y a Rafael lo llevaron al HUC, donde murió. Pese a las anteriores versiones, la Policía Metropolitana de Cartagena indicó que a Marimón lo hirieron en una riña. El coronel Morales, comandante (e) de la institución, indicó que al joven lo llevó un amigo al HUC y allí lo dejó abandonado. “Se hicieron controles en varios sectores de la ciudad, pero allá en la Magdalena no hubo intervención”, dijo el oficial. El hecho está en manos de la Fiscalía y es investigado.
Siete balazos
Por otro lado, está el caso de Harold Manuel Guzmán Correa, de 32 años. Vivía con su mujer en el sector Campo Bello, en el barrio Nelson Mandela. Deja cinco hijos y tenía una chaza en el mencionado sector, en la que también vendía minutos a celular.
Vecinos indicaron que ayer, cerca de las 3 de la tarde, atendía su negocio cuando dos sujetos llegaron caminando al sitio. De repente, uno de ellos sacó un arma y le dio varios balazos a Guzmán. Dicen que fueron siete los impactos que le causaron la muerte en el acto a la víctima y lugareños cuentan que utilizaron un arma con silenciador, porque los disparos no se escucharon. Los asesinos huyeron a pie hacia Henequén. Luego, vinieron las escenas de drama y dolor.
Parientes de Harold llegaron al lugar y lo cargaron. Pese a que ya estaba muerto, lo metieron a su casa. Dicen que no querían que miembros de la Sijín se lo llevaran, pero luego accedieron y el cadáver fue llevado a la morgue de Medicina Legal. Los móviles del crimen se investigan y la Policía confirmó que en medio de una persecución, uniformados atraparon en Mandela a uno de los presuntos asesinos, a quien le hallaron una pistola. Se trata de Javier Vásquez, de 23 años.
Por último, está la muerte de Jair José Cáceres Luna. El joven tenía 23 años y hasta ayer era poco lo que se sabía de su muerte. Su cuerpo fue ingresado ayer en la tarde a la morgue de Medicina Legal, donde confirmaron que tenía heridas causadas con arma blanca. El hecho en el que fue agredido ocurrió en el barrio La María.
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