Tres días de duelo fueron declarados en la iglesia de Montería por el crimen del sacerdote y exalcalde de la ciudad, Luis Alfonso León Pereira, ultimado por un habitante de la calle identificado como Deiby José Banquet Julio.
El sacerdote, de 79 años de edad, será sepultado en una ceremonia especial a las 10:00 a.m. de hoy, luego de ser velado en cámara ardiente en la catedral San Jerónimo de Montería.
El obispo de la ciudad, monseñor Ramón Alberto Rolón, lamentó el hecho ocurrido el miércoles anterior, cuando el sacerdote se preparaba en la sacristía de la parroquia de María Madre de la Iglesia, del barrio Sucre.
Agregó que el padre León entregó su vida por 48 años al servicio de la iglesia y que se distinguió por su espíritu cívico en distintos ambientes de la sociedad civil.
El religioso, oriundo de Charalá, Santander, nació el 25 de febrero de 1939 y llegó a Córdoba en 1968, donde se desempeñó como rector del colegio Seminario Juan XXIII de Montería, fue capellán de la vuelta a Colombia y en 1995 ganó las elecciones a Alcalde de Montería, contra todos los pronósticos.
En los últimos años alternó su función religiosa con la medicina homeopática.
Su triunfo en la Alcaldía hizo que la iglesia le pidiera abandonar el sacerdocio, actividad a la que volvió apenas hace siete años, luego de la intervención del entonces obispo de Montería, monseñor Julio César Vidal Ortiz.
LOS HECHOS
Según el comandante de la Policía Metropolitana de Montería, coronel Jesús Díaz Seczon, inicialmente las autoridades pensaron que el crimen había tenido como móvil el robo a la iglesia. Sin embargo, se estableció que al parecer el homicida lo había premeditado.
Indicó que el lunes anterior, justo cuando el sacerdote estaba en la homilía, fue interrumpido por Banquet, quien entró gritando que él era Dios y que el religioso era Satanás. En medio de la confusión, la comunidad llamó a los policías del cuadrante, quienes llegaron al sitio y retuvieron al hombre por espacio de varias horas. Luego lo dejaron en libertad aduciendo que la falta no ameritaba la detención.
Pero para el homicida las cosas no terminaron ahí. Dos días después, el miércoles anterior a las cinco de la tarde, varios feligreses vieron al hombre que estaba caminando por el techo del santuario y cuando estos le gritaron saltó hacia el patio de la casa cural, justo al lado de la iglesia. Allí estaba el padre León terminando los preparativos para la misa de las 6:00 p.m.
El hombre empujó el escritorio y le gritó al sacerdote: “¡Ahora vamos a ver quién es quién!”. Dicho esto tomó uno de los vidrios rotos del mueble, lo persiguió y le produjo una herida profunda en el cuello que le causó la muerte a los pocos segundos.
En medio del asombro, varias personas golpearon al indigente. Cundo llegó la Policía, la turba enardecida quería cobrar venganza, pero la acción de los uniformados evitó que el hombre fuera linchado.
En medio de una estricta vigilancia el indigente fue trasladado al hospital Sandiego de Cereté, donde los médicos indicaron que tenía varias heridas abiertas y establecieron que presenta un cuadro de esquizofrenia.
RECHAZO TOTAL
“Lamento profundamente el crimen que nos enluta a todos”, precisó el alcalde Carlos Eduardo Correa.
Por su parte, el gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, envió un mensaje de solidaridad a su familia y a la comunidad católica, y pidió un castigo severo para el culpable.
“Exhortamos a los fieles de nuestra iglesia y a todos los hombres de buena voluntad a unirse en oración”, reiteró monseñor Ramón Alberto Rolón.
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