Fue una madrugada de angustia y miedo la que vivieron los residentes del sector Ospina Pérez del municipio de Turbaco. El 12 de julio pasado, en esa zona hubo una gran gresca entre jóvenes pertenecientes a pandillas, que salieron de un baile de picó.
En el hecho, fue asesinado Michel Hernández Padrón, quien recibió balazos y heridas con arma blanca. La pelea se trasladó al hospital de Turbaco, donde pandilleros se enfrentaron y causaron daños a la infraestructura. También hubo disparos dentro del centro médico.
Uno de los heridos en el hecho fue Kevin Rafael Torres Reyes, quien recibió dos balazos en la espalda. Sus parientes rogaban al cielo porque saliera victorioso en su lucha, pero las esperanzas se esfumaron el lunes en tarde. El joven pereció la Clínica General del Caribe, en Cartagena. Con él, son dos las víctimas mortales que dejó la gigantesca riña.
Sin vuelta atrás
Kevin tenía 23 años y vivía en el segundo callejón del barrio San Pedro, en Turbaco. Era el mayor de los tres hijos de Olga Lucía Reyes, quien contó cómo su retoño encontró la tragedia.
La mujer explicó que el día de la riña, Kevin estaba cerca de la estación de la Policía en Turbaco y que al escuchar que había una pelea se fue con varios amigos a ver que pasaba. Era la una de la madrugada del 12 de julio. “Cuando llegaron al lugar uno de los que estaba peleando se devolvió y empezó a dispararle a los que lo seguían. Kevin se devolvió e intentó correr, pero le dieron dos balazos en la espalda, que le afectaron los intestinos”, relató Olga Lucía.
La mujer explicó que tras resultar herido, allegados lo llevaron al hospital local de Turbaco. Sin embargo, participantes de la pelea causaron destrozos en este centro médico y por eso debieron llevarlo al Centro de Especialistas de Turbaco.
De allí lo remitieron en ambulancia a la Clínica Blas de Lezo, en Cartagena. Allí solo duró un par de días y luego lo trasladaron a la Clínica General del Caribe.
“Siempre estuvo consciente, pero en la clínica se infectó con una bacteria. Ayer -lunes- a las 2 de la tarde, hablé con él en la clínica y me dijo que se sentía mal. Después me explicó que no veía y me pidió que oráramos por él. Hicimos una oración juntos y me decía que no podía respirar. Los médicos lo revisaron y me dijeron que había sufrido un paro cardiorrespiratorio. Se lo llevaron, lo entubaron y metieron en UCI y veinte minutos después murió, a las 3 de la tarde”, relató la atribulada madre. Los parientes del joven desconocen quién le disparó.
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