El luto ahora es doble en la segunda calle de Las Flores, en el barrio La Quinta. Mientras los familiares de Estefanor Ripoll Burgos se debaten entre el dolor y el sinsabor de saber que encontró la muerte injustamente tras un ataque a bala que ocurrió el lunes, uno de los cuatro heridos que dejó ese mismo hecho no aguantó los balazos que recibió y pereció en un centro médico.
Se trata de Keiner Reyes Ospino, de 23 años. Este permanecía internado en la Clínica Crecer y luchaba contra los balazos que recibió en una pierna y en el abdomen. Este último le afectó varios órganos y lo llevó a la muerte ese mismo día, a las 7 de la noche, ocho horas después que lo agredieran. La Policía informó que el joven estaba en la terraza de su casa cuando fue baleado y que cumplía una medida de prisión domiciliaria, por el delito de porte ilegal o tráfico de armas de fuego. También que tenía en su contra una orden judicial por el mismo delito, emitida por el Juzgado Primero de Penas y Medidas de Seguridad. Las autoridades investigan si el atentado iba dirigido contra Keiner.
Hay que recordar que instantes después del hecho, en una rápida reacción, unidades de la Policía Metropolitana de Cartagena aprehendieron al presunto responsable del hecho. Se trata de alias ‘Fabián’, señalado de ser integrante de la pandilla ‘los de la 18’, de La Candelaria. La Policía confirmó que fue dejado a disposición de la Fiscalía y se conoció que solo hasta ayer en la tarde sería presentado ante un juez con funciones de Garantías.
Balas y confusión
El atentado en La Quinta ocurrió el lunes, cuando el reloj marcaba las 11 de la mañana. A esa hora, varios vecinos de la segunda calle de Las Flores estaban reunidos. Ellos eran Pedro Meza Cuadro, de 46 años; Ramón Mattos De Ávila, de 41; Danilo Pérez Acevedo, de 24; Estefanor Ripoll, de 66 años; y Keiner Reyes.
De un momento a otro dos sujetos en moto aparecieron. El parrillero abrió fuego contra el grupo de vecinos. El presunto gatillero huyó, pero fue capturado. A los heridos, con excepción de Danilo a quien trasladaron al Hospital Universitario, los llevaron a la Clínica Crecer. Estefanor murió casi de inmediato y Keiner pereció después. De Estefanor se conoció que era técnico en refrigeración y que dejó de trabajar hace unos años. Vivía con un hermana y unos sobrinos en una vivienda que está frente al lugar donde ocurrió el ataque. “Ahora hacía mandados y siempre fue una buena persona. Pagó siendo inocente, estaba en el lugar equivocado”, contó con tristeza la única hija del hombre mayor, quien ayer fue a reclamar el cadáver de su padre a la morgue de Medicina Legal.
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