Cristian del Real: ¡Al timbal!

Ahora, es todo un pianista clásico, entregado por completo a su profesión.
Desde hace varios años, Cristian Del Real se radicó en Bogotá para adelantar sus estudios de piano, y pronto será la ceremonia de grado. Un compromiso para el que prepara obras clásicas de gran exigencia instrumental.
Pero nunca ha olvidado a su mejor amigo: el timbal. Por más que la disciplina de las “blancas y las negras” cope su tiempo, siempre hay un lugar para los cueros.
Por eso, Cristian está feliz de reencontrarse con su amigo el timbal en el  concierto de aniversario  de la Cartagena Caribe Big Band, cumplido en la noche del viernes 26 de agosto en el Centro de Convenciones.

—¿Cómo es este reencuentro con el timbal?
—Siempre es un encuentro feliz, porque nunca voy a olvidar el timbal y nunca voy a dejar de tocarlo.
—¿Es como volver a hablar con un amigo?
—Nunca se pierde la línea de comunicación. Así como tengo partituras clásicas, tengo toda la música que tú quieras: del Joe Arroyo, de la Fania, de toda nuestra música del Caribe.

—¿Cómo ha sido la disciplina de estudio para el piano clásico?
—Hay momentos en los que hay un gran trabajo, que se intensifica cuando hay un compromiso de por medio. Cuatro o cinco horas de estudio diario siempre es bueno.

—¿Qué te motivó a reaparecer tocando timbal con la Cartagena Caribe Big Band?
—Conozco bien a esta orquesta. A través de mi papá, tengo gran amistad con todos sus integrantes, y siempre tenemos un cariño en común por la música Caribe. Pero hay otra cosa. Este es un homenaje a la obra del maestro Enrique Grau, y recuerdo que cuando niño también me gustaba la pintura, y siempre admiré su obra.

—Luego de este compromiso, qué viene para tu carrera?
—En este momento estoy terminando mi proceso en Bogotá, para ser maestro en música con área mayor en piano. Por ejemplo, antes de esta entrevista estuve practicando tres horas porque estoy preparando el recital final de graduación, que probablemente sea en octubre.

—¿Qué obras estás preparando?
—Preludio y fuga, de Bach, que es sagrado; un par de sonatas de Doménico Scarlatti, y la tercera sonata de Brahms en fa menor, y la única sonata que escribió el estadounidense Samuel Barber, que es una obra romántica con aires de todo lo latino, del jazz. Presento en Cartagena, la obra El Rey del Timbal, de Tito Puente, un tema de una energía única y siempre me ha gustado. Recuerdo que sin conocer al maestro Tito, mi papá me ponía los cassettes con su música, tocando en vivo con varios timbales, y siempre me gustó.

—Para el recuerdo quedó tu actuación al lado de Tito Puente, siendo muy niño.
—Si, esa vez toque con él “Ran kan kan”, que es otra de sus más famosas obras.