La Universidad de Cartagena, más que una institución educativa, es un proyecto cultural que apunta a ser de gran envergadura. Por eso, una Universidad de este tipo, muy pronto tendrá dos siglos de existencia. Es que una Institución como la nuestra, fue pensada para formar la nación colombiana en términos soberanos, nada más y nada menos. Tal y como fue pensada Oxford o Harvard, instituciones tres y cuatro veces centenarias. Eso marca un profundo contraste con la actual idea mercantil de la educación y, por tanto, de la sociedad. La educación, al igual que la salud, no se puede asumir como simple mercancía. Se trata de defender la educación pública con calidad y ello requiere que las Universidades Estatales de Colombia cuenten con comunidades académicas dispuestas a ello.
De la manera más lamentable, encontramos experiencias dolorosas en ciertas universidades de la región. Universidades que han padecido, y padecen, la captura de gentes de dudoso perfil, que han sido capaces de cualquier cosa. De acabar con la vida de estudiantes, directivos y profesores con tal de detentar el precario presupuesto de las entidades educativas.
Hace muy poco visité la Universidad de la Unión Latinoamericana (UNILA) en Foz de Iguazú, Brasil. Se trata de una entidad pública, como casi todas las de aquel país, que se especializa en ingenierías y, para ello, la UNILA está dentro del complejo de la Represa Binacional de Itaipú. La institución, por ahora, tiene mil estudiantes. En este momento, se está construyendo una planta física para albergar a diez mil estudiantes de todos los países latinoamericanos, quienes tendrán acceso gratuito a una universidad del Estado Brasileño, que incluye doctorados y maestrías. UNILA apunta a la formación en las llamadas ciencias duras, pues, son estas las que fundamentan el sector productivo de la nación, las que generan soberanía económica a la sociedad. UNILA marca un fuerte contraste con la realidad universitaria colombiana.
Hace poco nos visitaron en la Universidad de Cartagena, personal diplomático de Alemania en Colombia. Nos presentaron un portafolio de becas, algunas muy generosas. Becas con sueldo y todo. “¿Qué obtiene a cambio el gobierno alemán, al ofrecernos estas becas tan completas?” Preguntó uno de mis estudiantes. Una funcionaria contestó: “Nos interesan sus talentos y sus ideas”. El enfoque no puede ser más claro. Tengan en cuenta, pues, que todo el sistema educativo alemán es totalmente gratuito y de calidad mundial. Ellos saben, como ninguno, que el conocimiento vale, venga de donde venga. Alemania ofrece ochenta mil becas al año, precisamente, con miras al aprovechamiento de la múltiple, diversa y plural inteligencia humana. Aquí, en la periferia extrema del mundo, es donde no quieren a nadie.
La educación pública con calidad requiere que sea orientada por perfiles de gran capacidad administrativa y gerencial. En varias ocasiones he manifestado que el doctor Germán Sierra Anaya, nos entregó una Nueva Universidad de Cartagena, en menos de ocho años. Desde el cinco de noviembre pasado, por ejemplo, la sociedad entera cuenta con la nueva sede de San Pablo. Un campus universitario de gran calidad, cuyas instalaciones fueron pensadas para acoger y recibir con entusiasmo y alegría a cualquier persona que quiera estudiar, investigar, superarse. O, como dice el Rector: “La Universidad está para transformar vidas”. Es por eso que, estando en el Campus de San Pablo, pregunté al mismo Rector: “¿Después de esto, qué?”. A lo que Sierra respondió: “Sueño con hacer un campus dos o tres veces más grande que este, frente a El Pozón. O, en todo caso, darle la oportunidad a la gente, no sólo de salvarse, sino de cambiar la realidad de todos”. Luego de un corto silencio, sentenció: “Algún día. No muy lejos”.
La Nueva Universidad de Cartagena, no son sólo recursos físicos. Aunque son indispensables, así no se piensa la universidad. Se trata de la gente y su capacidad de crecer, aprender y madurar en colectivo. Una tarea muy difícil, en especial, porque nuestra historia es de desprecio y exclusión. Si hay una tarea que continuar, esta es, la cultura de la Nueva Universidad de Cartagena. La cultura de la Educación Pública con Calidad.
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