Está demostrado que en el Centro Histórico de Cartagena no hay sino que “escarbar” un poco para encontrar pedazos de patrimonio escondidos detrás de paredes o de capas de pintura, cuya develación enriquece aún más el acervo artístico de la Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El último hallazgo se dio durante los trabajos de recuperación de la iglesia de Santo Toribio de Mogrovejo, en San Diego, donde se “descubrió” una pintura mural sobre el arco toral de la iglesia, y que antes no se apreciaba por su mal estado de conservación y una capa de polvo debido al abandono de muchos años.
La puesta en valor se dio a través de su restauración, gracias al esfuerzo de la Arquidiócesis de Cartagena y a la intervención de los especialistas en restauración de bienes muebles del Grupo Conservar.
Para recuperarla, explican voceros del Grupo Conservar, fue importante, en primer lugar, hacer la investigación de la pintura mural para entenderla y llegar a su “puesta en valor para la comunidad de San Diego que tanto esperaba la apertura de su iglesia”.
“Esto, una vez más, nos confirma la imponencia del patrimonio mueble que tiene la ciudad por descubrir, ya sea detrás del abandono, la falta de conciencia y aún más, la falta de conocimiento. Este patrimonio enriquecerá mucho más nuestras iglesias, nuestros museos, cuando sepamos qué tenemos y busquemos siempre su puesta en valor”, explica Salim Osta Lefranc, director del Grupo Conservar.
Valor histórico
El templo fue el último que se construyó durante la Colonia.
En 1772 era una de las tres parroquias de Cartagena. Allí se conserva la placa que recuerda su construcción por el obispo Moyeda y Clerque y la fecha de consagración. El culto a Santo Toribio de Mogrovejo en Cartagena se documenta desde 1580, cuando de paso para Lima, este se detuvo en la ciudad.
Del conjunto de bienes muebles que hoy tiene ese templo, a excepción de las imágenes del Corazón de María y San José con el Niño, todos pertenecen a la época de construcción del templo. Se desconoce el arquitecto del templo, los artífices de la lacería del artesonado y el entablamento del coro, la pintura mural, sus imágenes y objetos litúrgicos.
Valor simbólico
Del siglo XVIII, identifican al templo y a su patrono las imágenes de Santo Toribio de la fachada y la del retablo. Es significativa la pintura sobre el arco toral, punto focal de la nave que conduce al presbiterio donde está el tabernáculo, que representa una de las lamentaciones del Libro de Jeremías, al que se debe la Vulgata, texto bíblico oficial de la Iglesia Católica romana.
Dice el Grupo Conservar que es poco común en los templos representar el Monte Calvario, un personaje real con capa de armiño, arrodillado, que inclina la cabeza ante la cruz sostenida por ángeles y una figura masculina que asciende por la escalera. “Es una composición abierta, barroca, los ángeles en el plano divino y las figuras en el plano terrenal. La cita de Jeremías, Capítulo 34, Versículo 38, con la frase en latín, de la que solo se leen algunas palabras y el texto de las cartelas laterales, representa el triunfo sobre la muerte, que se asocia al fundamento de la doctrina de la salvación, que le otorga al cristiano alcanzar la vida eterna”.
Significado cultural
El Templo de Santo Toribio de Mogrovejo está en San Diego, sector al que se había extendido la ciudad amurallada, reconocido desde nuestra fundación como lugar de encuentro de los habitantes, toda vez que abastecía de agua y alimentos sembrados en sus huertas a Cartagena.
Es este espacio, el templo convierte la plaza en lugar de las prácticas religiosas, entre las que se destaca conmemorar la Semana Santa, de la que participaban activamente las familias del barrio y las familias pudientes de la sociedad cartagenera, que a través del tiempo lo han significado como espacio para celebrar sus propios rituales sacramentales, práctica que todavía permanece, y cuyo clímax se vive el viernes con la procesión de la Dolorosa.
Restauración
Las obras para restaurar el templo estuvieron a cargo de la firma Santander & Vélez y las financió la Arquidiócesis de Cartagena.
Un vocero de la firma dijo que ese templo tenía 300 años sin ser intervenido a ese nivel. Su artesonado es considerado como el más importante del país y de América Latina. Solo un 10 % de lo existente se pudo recuperar, lo demás todo es nuevo, por lo que fue necesario tener asesoría de ingenieros forestales para escoger la madera. También se cambiaron las vigas que soportan las campanas, que ahora son en acero inoxidable. El proyecto se demoró más de lo esperado por trámites y quejas ante el Ministerio de Cultura.
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