Revista dominical


In fabula: Estados mentales atávicos

RUBÉN DARÍO ÁLVAREZ P.

18 de agosto de 2013 12:00 AM

Son pocas las veces en que la oscuridad sirve de plataforma para visibilizar, sobre todo cuando la falta de luz se parece al lenguaje cuyas intenciones están lejos de comunicar lo que se desconoce.

In fabula, esta serie de imágenes con el color negro de fondo, tiene la virtud de romper el molde. Su oscuridad es tan reveladora —y se rebela— como las formas que personifican los protagonistas de cada retrato.
Ellos, en conjunto, son una frase larga y aterradora en cuanto a gritar, y al mismo tiempo esconder, los problemas de identidad que hostigan, desde hace varios siglos, a la ciudad que pisan. La ciudad que los parió, pero siempre asumiendo el rol de la malvada  madrastra de la fábula.
Esa malquerencia engendra el mismo tipo de respuestas: los hijos de la ciudad oscura se niegan, en silencio o con palabras claves, a asumir con entereza la luz azabache que los recorre de pies a cabeza.
Los hijos de la oscuridad crean su propio lenguaje y sus propios códigos para entender el universo que les ha tocado en suerte, pero también para tratar de adentrarse en el mundo de quienes reprimen, limitan y empujan hacia las zonas indignas de la convivencia,  allá en donde no se puede soñar con ser otra cosa que un malquerido e incapacitado para desprenderse de su pasado, ni quitarse la ropa sombría que carga desde su nacimiento.
De ahí que los sueños persiguen. De ahí que las pesadillas y los deseos se constituyen en los únicos compañeros. De ahí que  la vida se agote imaginando pasarelas de inalcanzables concursos de belleza. De ahí que se quiera asumir la vida tal como llega, con dignidad, aunque las imposiciones de la supremacía terminen por apaciguar los ánimos. De allí que se quiera volar como un ángel, pero apenas sí alcanzan a tenerse las alas del murciélago que le teme al  resplandor verdadero.
Pero no todo puede ser tragedia. El gran Caribe no lo permite. El Caribe colombiano no suele permitirlo. A veces la oscuridad retrocede, y una recua de colores construye un paraíso momentáneo que se apodera de los rostros y de las miradas, como cuando la hija de la oscuridad muestra sus carnes más escondidas, sus intimidades más deseadas, sus instintos colgando alegres del pecho que los dioses del Olimpo afroantillano le dieron para que fuera más que una sombra, un sol iluminando hacia adentro.
Los hijos de las ciudades oscuras son tan alegres y tristes que pueden fantasear con los poderes de un babalao que los proteja de todos los males, pero sin preguntarle nunca por qué no utiliza sus potestades de ultratumba para hacer que la malquerencia de las ciudades se convierta en ternura y reconocimiento en pos de las almas invisibles.
Los hijos de la oscuridad asumen el papel que les asignó la fábula, pero de vez en cuando se permiten agregarle líneas al libreto que pretenden imponerles. Ellos saben que sin esos brotes de rebeldía las ciudades fuliginosas carecerían del ritmo que las hace vibrar, así sea para coronar de injusticias las páginas de la historia.
Conmueve todo: conmueve la impavidez de la muchacha con su rabo de plumas esperando los dictámenes del brujo con sus dedos cargados de anillos; conmueve el hombre de las trenzas gruesas con la imposición foránea chorreando sobre su frente; conmueve la novia expectante con su cráneo procreando agujas y sus rosas protegiéndole la calentura de la entrepierna; conmueve la diosa sin brazos que aspira a elevarse como un cohete hacia el cielo de sus orishas para luego escupir desde arriba los cabellos lacios que se burlaron del suyo; conmueve todo...hasta la lucha de un lente por extraerle el alma a los desventurados.
 

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS