Ama a Cartagena, a su abuela, a sus amigas de infancia. Los años en Bogotá, no la han alejado de las personas y cosas que la hacen feliz. Por eso aprovecha cada momento que se le presenta para “cargarse de energía” aquí, junto a los suyos, para continuar con la mejor disposición y profesionalismo su trabajo en la radio, televisión y en las pasarelas.
Julieta Piñeres Maya estuvo hace pocos días en Cartagena, en Ixel Moda, no sólo modelando, pues debió cubrir el evento para los medios de comunicación para los que trabaja, y en medio de este agite, me atendió, mientras la maquillaban para salir al escenario.
¿Cómo fue que llegaste a ser modelo?
-Me fui a vivir a Bogotá y siempre me había llamado la atención el modelaje. Mi tío- el diseñador Ricardo Piñeres- y mi mamá, me llevaron a una agencia. Empecé en Stock Models desde chiquita, con desfiles y casting, y nunca paré, ni cuando estudié en la universidad, ni ahora que estoy trabajando como presentadora, ha sido un camino super bonito, que me gusta, lo disfruto, fue algo que se vinculó a mi vida y nunca lo he dejado.
¿Quiénes te apoyaron con eso?
-Mi mamá fue reina del Magdalena -Rosa Lila Maya- pero era y es muy tímida, ella me apoyó siempre pero no ha sido la que más me ha impulsado. Me ha apoyado y acompañado, siempre me llevaba, me traía y cuidaba, se preocupaba de que llegara a los desfiles, estaba pendiente de la hora, pero digamos, no ha sido esas mamás que les dicen a sus hijas dale, vamos, ella ha sido una mujer de compañía y ha sido la mejor en eso.
¿Qué recuerdas de tu niñez en Cartagena?
-Tengo los mejores recuerdos del mundo, fue una infancia feliz con mis amigas del colegio a las que quiero con todo mi corazón, en ese entonces todavía Castillogrande estaba lleno de casas, vivíamos muy cerca unas de las otras, patinábamos, montábamos bicicleta, hacíamos paseos a las Islas del Rosario, tengo tantos recuerdos, por eso me dio tan duro irme para Bogotá, venía acá casi que ocho o más veces al año.
¿Qué extrañaste?
-Creo que la independencia que tenía, en Bogotá por estar en apartamentos encerrados, había que pedir permiso para todo, aquí jamas nadie me preguntó porque estaba en donde mis amigas, donde todos se conocían, así que mi familia estaba tranquila, en las casas de mis amigas me sentía como en mi casa, y de pronto llegué a un lugar donde todo era peligroso, no se podía estar en la calle, caminar sola era muy riesgoso, eso me dio durísimo y lloré muchísimo.
¿A quién admiras?
-La razón por la que amó tanto a Cartagena es por mi abuela -Cecilia Pupo- porque ella hizo que todo fuera increíble, lo que yo quisiera, si se me ocurría una idea, me decía ‘listo’, si quería acampar, ella me ayudaba hasta con la olla para el camping, me patrocinó todo, desde el vestido para la primera miniteca, hasta el slepping bag que me cosía en su taller, que todavía tiene, para ir a acampar. Amo estar con ella, tenemos una relación muy divertida, para mí es la mujer más espectacular del mundo, a la que más admiro, es una mujer trabajadora, una ama de casa fantástica y una abuela que muy pocos tienen.
¿El modelaje qué significa para ti?
-Ha significado todo, he crecido alrededor del modelaje, ha significado mi mejor herramienta para crecer, madurar, viajar, y, sobre todo, para aprender a entender a la gente que me rodea.
¿Que se siente estar montada en una pasarela?
-La pasarela es un poco el reflejo de como te sientes en ese día. A veces estás cansada ó muy emotiva, otras veces el zapato te queda grande y estás insegura, o el vestido te queda tan lindo que te sientes increíble, es un reflejo de lo que uno trae por dentro, eso es lo que dejas en pasarela, pero, sobre todo, es una responsabilidad enorme porque es el trabajo del diseñador y de las personas que están detrás de él y hay que mostrar su obra de manera que hay que tomárselo con mucha seriedad, darle al diseñador esa tranquilidad que necesita para que su trabajo sea exaltado.
¿Cuál de las pasarelas en las que has estado ha sido especial?
-Las pasarelas de mí tío Ricardo las disfruto mucho porque conozco el proceso de cada cosa y gracias a Dios y al país, que ha ido creciendo en la moda, han venido diseñadores muy grandes y ha sido muy divertido trabajar con ellos. La de Roberto Cavalli, en Cali, es una de las pasarelas más bonitas que he vivido porque trajo una retrospectiva con unos vestidos divinos.
¿Y cómo llegaste a la televisión?
-La televisión fue un reto diferente, una vez terminé mi carrera me dije ‘bueno yo quiero presentar’ y empecé a hacer cursos y talleres de presentación, hice casting, no fue tan fácil, entré a muchos y finalmente llegué a Estilo RCN, con Sergio Barbosa. Él quería a una niña involucrada con el mundo de la moda, así que yo sentía que ese era mi lugar y me lo peleé, pasé allí cuatro años fantásticos y hace un año estoy en CMI.
Pero eres antropóloga...
-Soy antropóloga, ejercí año y medio, hice investigación cualitativa. La antropología es una carera que te acompaña siempre, incluso en mi trabajo de hoy, porque lo que se busca finalmente es contarle a la gente como es la vida de otras personas, como piensan, como se alimentan, como se adaptan, y al final he encontrado que el periodismo, y la manera como lo ejerzo, es muy parecido a lo que hice cuando ejercí la antropología.
¿Tu experiencia en CMI?
-Trabajo con Yamid -Amad Serna- desde hace cinco años. Empecé en la FM Radio el mismo día que entré a Estilo RCN, así que Yamid ha sido mi maestro y mi complemento perfecto durante todo este tiempo. Jamás pensé llegar a la radio, no tenía ni idea, ni expectativas, no sabía siquiera como empezar, y él se tomó el tiempo, la dedicación de enseñarme, de corregirme, guiarme, ha sido el mejor de los maestros y se lo agradezco y lo haré siempre, somos completamente diferentes pero eso hace un contraste muy equilibrado. Él siempre ha sido estricto, exigente conmigo, pero no puedo sino agradecérselo, de otra manera no hubiera podido aprender tanto sentada en esa mesa, en las tardes en la FM, y en la mañana, en la Fantástica en RCN radio.
¿Y el matrimonio?
-Mi matrimonio... feliz... me encanta, pero no es fácil. A Mau- Mancini, su esposo- lo quiero de todas las maneras posibles y vivimos una vida muy tranquila. Los dos tenemos ocupaciones laborales muy alborotadas, pero cuando llegamos a la casa encontramos un lugar con paz, con amor, tranquilidad, calma y eso nos hace muy bien a los dos.
¿El modelaje o la televisión?
-El tiempo me dirá el camino a recorrer. Es difícil planear, si voy a hacer esto o lo otro. En el modelaje llevo 15 ó 16 años y no podría estar mas agradecida, pero entiendo que hay niñas divinas, más jóvenes y será un camino que tendré que explorar de otras maneras, no creo que se acabe así tan repentinamente, pero se irá transformando en otro tipo de actividades y por ahora soy feliz como modelo y como periodista.
¿Un sitio para relajarse?
-Después de las ferias de modas, me siento en un nivel de exigencia muy alto porque tengo noticiero, más el programa, más los ensayos, prueba de ropas, desfiles y después de esas ferias lo único que puedo decir es gracias, porque era lo que había soñado en mi vida, hacer muchas cosas a la vez, hay gente que no tiene la posibilidad de hacer todo lo que quiere, sino que le toca bloquear una cosa, para hacer otra, eso nunca me ha pasado. Cuando ya estoy desesperada me vengo para Cartagena o a Santa Marta, donde la familia de mi mamá, son los lugares que sin mucho esfuerzo, logro una paz enorme caminando por las calles, por donde crecí, tomando café con mi abuela o haciendo cosas muy sencillas, pero aquí y en las Islas es donde me recargo de energías.
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