A principios de este año, asistí a un taller donde convocaron estudiantes universitarios afro, de gran rendimiento académico, y una profesora liberiana pidió que postularan líderes afro locales. No salió ni uno. Ciertos estudiantes postularon a Gandhi, a Nelson Mandela, a la Madre Teresa de Calcuta, a Rigoberta Menchú, a Martin Luther King, a Malcom X, a Barak Obama. Un estudiante palenquero postuló a Benkos Biojó. “¿Benkos Biojó? ¿Quién es ese? Yo no lo conozco” manifestó sorprendida una joven asistente.
Si hay algo que nos oprime en el fondo es el desconocimiento de nosotros mismos. Ante esa situación lo primero que desaparece es el respeto. Hacia 2005 publiqué un libro que se titula ¿Quién cogió Universal hoy?: Prensa y sectores populares en Cartagena. La obra es producto de una investigación que interrogó las lecturas del público de la página de Sucesos del periódico El Universal y los significados que atribuían a la realidad urbana, mediada por el filtro de la prensa. Allí profundicé una pista que ya conocía: La página de judiciales de este periódico, es la página de sociales de los pobres. Allá en Loma Fresca, por ejemplo, encontramos casas donde guardan recortes de prensa en álbumes fotográficos en que aparecen familiares relacionados con acontecimientos delictivos.
Desde cierto punto de vista dominante, aparecer en la página de Sucesos, constituye un desprestigio social. Pero eso no aplica para todos. Hay un sector que valora la aparición en la página de judiciales como evidencia de osadía, audacia, arrojo, valentía, insurrección, atrevimiento: lo que puede interpretarse en términos de reconocimiento social. Lo que, incluso, se puede constituir como referente, como ejemplo a seguir, como fuente de admiración por cierta parte de la audiencia: los jóvenes en especial. Todavía se admira a Pablo. Y se seguirá admirando, cual Robin Hood.
¿Quién aparece en la página de judiciales? ¿Quién aparece en Q’uibo, en Al Día, en Nuestro Diario? El perfil reúne elementos como estos: hombre, negro, pobre, desempleado, delincuente, estrato socioeconómico bajo, habitante de sectores populares, miembro de familia disfuncional, nivel educativo bajo. Alguien sin nada que perder. ¿Quiénes pueden ser los líderes que configuran la memoria de los descamisados que, a la larga, somos la gran mayoría? Es que un delincuente, un paramilitar, un guerrillero, un traqueto, un sicario, un jíbaro (sea hombre o mujer) es un desempleado armado, tal y como lo señala Antonio Caballero. El hombre primero come y después piensa escuché decir en mi adolescencia al inolvidable profesor Miguel Luna.
Da miedo cuando ciertos sectores de la sociedad cartagenera, ciertos medios y ciertos dirigentes criminalizan a los vendedores ambulantes, a los mototaxistas, a cualquiera que esté resolviendo la papa en la calle. Meterse con la comida de la gente es jugar con candela. La paciencia y el aguante tienen límites. Hay que desclavar a los pobres de la cruz de la miseria, tal y como lo señala el Padre Rafael Martínez. Ante esa realidad ¿En qué consiste nuestra memoria y nuestra identidad? De ahí la importancia de llamarse Álvaro José Arroyo, el Joe. La pregunta anterior supone buscar qué nos aglutina, qué nos congrega, qué nos convoca. En la obra del Maestro Arroyo, “La Rebelión” es una canción que nos relata. Nunca había visto tanto negro y negra actuando juntos en televisión y con tanta audiencia. Es un hecho social histórico en un país acostumbrado a una historia de próceres, fechas magnas y grandes acontecimientos, pero, ausente de pueblo. Algunos intelectuales poderosos creen que El Joe no forma parte de la historia. Lo negrean como han hecho con tantos.
La telenovela El Joe apuesta por el melodrama de un personaje complejo. Vida de músico negro, orgulloso y seguro de su talento; noble amigo de sus amigos; al mismo tiempo, confundido por los avatares del amor y los golpes de la vida. Vida de pobre, cuya resolución va más allá del bienestar material, pues, la buena vida requiere preparación y cambio de mentalidad. Saber de dónde venimos y para dónde vamos.
ricardo_chica@hotmail.com
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