La incansable María del Socorro Pinzón

Las mieles del amor llevaron a María del Socorro Pinzón a encontrarse con el arte. Su primer esposo, Jorge Valencia Rey, un pintor chocoano con quien se casó por poder (él estaba en España y ella en Colombia) y del que nacieron sus dos únicos hijos Pedro Manuel y Andrés Rafael, la adentró en el mundo de los pinceles y las pinturas. “Mi primer esposo fue el que me llevó al arte. Él me llevaba a todas partes para que lo ayudara a vender sus obras, porque sabía que era buena vendedora y que sentía gusto por las cosas lindas”, dice jocosamente María del Socorro, una cartagenera de pura sepa, nacida en el tradicional barrio Pie de la Popa. Soco, como es llamada cariñosamente por sus más allegados, ha sido desde reina de belleza – representó al Club Cartagena en el concurso Señorita Bolívar -, hasta docente universitaria. Estudió bacteriología en la Universidad de Antioquia y durante cinco años se desempeñó como docente auxiliar de microbiología y parasitología en la Universidad de Cartagena. De ahí su vida tuvo un vuelco pues pasó a dirigir importantes galerías en Bogotá y en Cartagena, donde actualmente es miembro de la Junta Directiva del Museo de Arte Moderno de Cartagena y la Casa Rafael Núñez. SU VIDA ENTRE GALERÍAS En 1973, la elegante y extrovertida mujer de cuello largo, empieza a dirigir la galería del Banco Ganadero, espacio donde realizó importantes exposiciones con grandes artistas como David Manzur, Jorge Elías Triana, Humberto Jean Grande y Luci Tejada. Desde ese lugar, también impulsó a otros pintores como Bibiana Vélez quien hoy día agradece el hecho de que Soco hubiera creído en ella. Y a Gonzalo Zúñiga y Tere Perdomo. “A través de mi primer esposo pude hacer muchas amistades y conocer gente importante de este medio. Él me ayudaba mucho en el montaje de las exposiciones y me proponía artistas”, recuerda María del Socorro. Viviendo en Bogotá, María del Socorro es nombrada por el Instituto de Patrimonio y Cultura de Bogotá como directora de la Galería Santa Fe del Planetario Distrital y directora del Museo de Ciencias Naturales del Planetario. También fue directora del Centro Cultural de la Cámara de Comercio por cinco años. AMORES PINCELADOS María del Socorro ha contraído nupcias tres veces y todos han sido con pintores reconocidos. Con Jorge Valencia Rey, su primer esposo, duró 20 años de casada. Luego, en 1987, se casó con el pintor tolimense, Jorge Elías Triana. “Desde un principio él me dijo que nos casáramos pero yo le dije que me gustaban sus pinturas, pero que tenía que enamorarme. Fue así como me llevaba serenata con sus hermanos y me terminó conquistando”. Ante la pregunta de por qué le gustan tanto los pintores, María del Socorro dice que “son inteligentes, tienen buen gusto y además, me persiguen porque saben que soy buena vendiendo obras de arte”. Dice riéndo. Su actual esposo es Amaury Martínez Núñez, pintor aficionado, quien ha aflorado su gusto por este arte, gracias al impulso que María del Socorro le ha dado. Además de esposa, madre, bacterióloga y promotora de arte, María del Socorro, es diplomática. Desde hace 10 años es cónsul de República Checa. “Vinieron buscando a mi segundo esposo Jorge Elías Triana para que él fuera cónsul, pero como ya él estaba bastante enfermo, postrado en una silla de ruedas, me propusieron a mí por el hecho de ser conocida y tener buena aceptación, así que acepte”. Y es que María del Socorro Pinzón es una mujer muy conocida en la ciudad. Ella se destaca por ser una mujer elegante, extrovertida, trabajadora y sin pelos en la lengua. “Soy demasiado sincera, tanto que muchas veces meto la pata”, dice entre risas. María del Socorro vive en una tradicional casa en el barrio San Diego, donde tiene un anticuario al que dio por nombre “El Pulguero”. Todo lo que está en su casa lo vende y muchas de las piezas como ángeles, vajillas y cuadros son comprados por ella en sus viajes por el mundo. Otros se los entregan personas conocidas de la ciudad, para que ella los ayude a vender. María del Socorro asegura que no le gusta perder el tiempo, por eso se considera una mujer trabajadora y echada pa´lante que siempre consigue lo que quiere. “Yo creo que la vida es lo que uno hace y que hay que vivirla intensamente y ayudar a los demás”. Exactamente esas palabras son las que definen a Soco, una mujer que irradia energía y felicidad todo el tiempo.