Revista dominical


La Pandilla de la Loma Dulce

RICARDO CHICA GELIS

08 de mayo de 2011 12:01 AM

“The sugar hill gang” o La Pandilla de la Loma Dulce fue el primer grupo de hip – hop que se escuchó por la radio de Cartagena. Era 1979 y la canción Rapper`s Delight era un éxito global.

En ese entonces había unos buses largos de palo que llegaban hasta el barrio Alto Bosque. Eran como las seis de la tarde y el bus iba a reventar. A reventar es un decir, porque, aquellos buses tenían una sola puerta de acceso, adelante, y la mala costumbre de los pasajeros era amontonarse al pie del torniquete. Me acuerdo que aquella tarde me tocó en una banca de atrás.
Cuando dije que Rapper`s delight era un éxito mundial es porque, en aquel bus de palo, el chofer tenía sintonizada una emisora en AM que, si no me falla la memoria, era Las Antillas. No se trataba de aquella emisora de música “solle”, o música americana como también se le conocía; no era aquella radio Victoria Internacional liderada por voces que fueron la banda sonora de mi adolescencia: Cristina Lombana, Ángel “Friky” Thorrens entre otros que no me acuerdo. Lo cierto es que mientras el bus cogía la esquina de la Pedro de Heredia para entrar a la Crisanto Luque, justo en el recién inaugurado mercado de Bazurto, el locutor de la emisora radial anunció la canción El Placer del Violador. Un nombre bien extraño en una sociedad setentera que se erotizaba rápidamente en sus estilos de vida y sus manifestaciones: en la ropa que tendía más a mostrar que a tapar; en la gastronomía de origen industrial; en la discotecas, más que en las casetas barriales.
Seguramente el locutor se fijó de una mala traducción. Para que Rapper’s delight se convirtiera en un éxito tuvo que adoptar una estrategia que facilitara el consumo del rap en una época en que la música disco, y el estilo de vida allí implicado, era una oferta identitaria muy seductora. Tanto así que, en ese entonces, la gente joven caminaba por las calles como bailando. La gente iba con cierto swing, montada en zapatos de plataforma, pantalones de campana, camisa de cuello ancho con pecho afuera. Muchos con un trinche de peinar afro encajado en un bolsillo trasero. Como se sabe el origen del rap está en la calle, en los barrios negros, en la pobreza más violenta de la ciudad de Nueva York. Como venía diciendo, los tres raperos, montaron su canción sobre la base musical del súper éxito “Good Times” del Grupo Chic. Todo el mundo creyó que era una moda que pasaría rápido. En especial porque esa pieza musical tiene más de tres mil palabras.
Iba montado en aquel bus de Alto Bosque y sonó El Placer del Violador. Tengo muy claro el recuerdo de un par de muchachas que iban delante de mío y conversaban sobre quién podía tener el long play en el barrio. O el cassette. Con el bus lleno en la parte delantera, por las razones arriba señaladas, la gente comenzaba a pedir parada a partir del barrio Martínez Martelo. Al parecer, la intención generalizada, consistía en detener el bus en un punto específico: una acera, una esquina, a media calle, en una tienda. Y para obtener tal beneficio era clave cumplir con la sencilla, pero absurda condición, de estar lo más cerca posible de la puerta del bus. Única salida y única entrada. En no pocas ocasiones, por un pisotón accidental se formaban unas peleas a trompada monda y lironda, en medio de todo ese gallinero andante.
Los cantantes de Rapper`s Delight se hacían llamar Wonder Mike, Big Bank Hank y Master Gee. Y como en aquella época todavía, al parecer, no estaba inventado el break – dance, que como saben es un estilo de baile acrobático propio de la música hip – hop, la mencionada canción se bailaba según los cánones discotequeros de la música disco. Pueden apreciar una muestra de lo que digo en un video que aparece en esta dirección: http://www.youtube.com/watch?v=b6gD_CwF5YM Menos mal que, para entonces, la avenida Crisanto Luque estaba pavimentada hasta la subida de la Loma del Paraguay.  Y digo menos mal porque, por esa razón, buena parte de los pasajeros nos bajábamos y se desbarataba rápido aquel bololó junto al torniquete. Jamás habríamos imaginado entonces que el hip hop llegó para quedarse. Lo curioso es que dicho género no se escucha en la radio actual. Quizás sea porque el hip – hop es música de inconformes. De gente que está cansada de estar chupando cable. Y eso no es muy divertido. “No joda. Qué culo de disco largo” escuché decir al chofer cuando bajamos por el estribo. Y tenía razón, la canción dura 14 minutos y 36 segundos.

ricardo_chica@hotmail.com

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