Manuela Herrera Corpa “Bailo al son que toquen”

A Manuela Herrera Corpa, el folclor y la cultura típica cartagenera le corre por las venas. Le encantan los fritos, la danza, los disfraces y el sonido del tambor. No podía ser de otra manera porque en la casa de los Herrera, se le rinde culto a la cultura Caribe. El padre de Manuela es Eliseo Herrera, el Rey del Trabalengua, fundador del Cabildo de Torices, uno de los grupos más antiguos de la ciudad, que año tras año hace presencia en el bando del 11 de noviembre. Desde pequeña Manuela danza. Lleva más de 40 años bailando cumbia y danzas típicas de la Costa. Nadie la enseñó. Su cuerpo simplemente empezó a moverse al compás del tambor, el instrumento líder en su casa. “Soy una excelente bailarina”, dice con modestia a sus 55 años Manuela Herrera. Su primera presentación artística la hizo a los nueve años cantando música representativa de la región Caribe y fue el inicio de su carrera como folclorista. “Sentí que el folclor había llegado a mi vida para no irse jamás”, dice la lancera. A Manuela le encanta disfrazarse de cumbiambera porque es su danza predilecta. También disfruta de la gastronomía haciendo platos típicos de la ciudad en donde no faltan los fritos, los cuales prepara con un toque secreto que deleita a propios y a turistas. “A la gente lo que más le gusta es la empanada de huevo y la carimañola”, expresa la dos veces ganadora del Festival de Frito de Cartagena. Para la folclorista es todo un compromiso las Fiestas de Independencia. Desde el mes de junio empieza a sentirse el corre corre novembrino en su casa. Ella va al IPCC a inscribir su grupo folclórico “Al son del tambor”, a pensar en los disfraces y a contagiar el barrio Torices con las fiestas. Preguntar en el barrio por la casa de Manuela o de Eliseo Herrera no tiene pérdida. “Esa es la casa donde está la bulla, los tambores y la música; allá los niños de la familia no juegan al escondido sino a tocar el tambor”, cuenta entre risas y sin exagerar Víctor Lombana, amigo de la familia. Manuela le ha sacado tiempo al folclor. Ha sabido mezclar la danza con su rol de madre y esposa y cuando vivía su esposo, Orlando Maza, siempre la apoyó. Tiene tres hijos (Luis Alberto, Orlando y Narlyz Maza Herrera). “Recuerdo que mi papá nos llevaba al bando, cargando en la espalda a mi hermana menor Nazly y tomándonos de las manos a mi hermano y a mí para que viéramos a mi mamá bailar”, recuerda Orlando Maza, hijo de Manuela. Ella siempre está lista para bailar al son que le toquen. Si no tiene grupo artístico, ella lo crea o ingresa en el que sea, con tal de salir a bailar el día del bando. “Nunca he faltado a ningún bando, yo vivo y siento las fiestas, es lo que más me encanta de ser cartagenera”, expresa con emoción la folclorista. Como lancera Manuela transmite alegría y contagiará del espíritu festivo al pueblo cartagenero con su baile, vestuario y actitud festiva.