En mi mente aún conservaba al Mickey Taveras de finales de los 90’s.
El de las canciones románticas y pegajosas que animaban mis primeras minitecas.
Recuerdo tanto la luz apagada en la sala de la casa y mi abuela encendiéndola cada cinco minutos para evitar que cualquier niño se emocionara y terminara besando a sus nietecitas.
Había también una bola de colores y luces neón que alteraban el color de mi ropa y hasta mis dientes. No podía faltar la cámara de humo, que daba la impresión que se estaba incendiando la casa.
Creo que nada de eso hubiera sido tan especial sin las letras poéticas del dominicano, que ya mis amigos más grandes empezaban a dedicar a medida que avanzaba la noche.
Pero esta vez, casi dos décadas después, es otro Mickey con el que me encuentro. Mientras dialogábamos, la pregunta mental fue inevitable: ¿Qué pasó con ese tipo tan genial que interpretaba con el alma ¿Y qué me pasa?,con el cautivador cantante de A pesar del tiempo, el carismático hombre de Me gustas?
La misma industria que un día lo hizo ser el más grande exponente de salsa romántica y merengue, lo hizo a un lado. No es justo.
Ya no está el de aquellos recuerdos de mi infancia, pero a pesar de todo, me encuentro con un Mickey con ganas de volver con todo y lo mejor, a través de sus propios medios, esta vez por medio de géneros más tranquilos, como la balada y el pop.
Ese artista que fue ovacionado en medio de aplausos en el Festival de Viña del Mar en 1996, ante uno de los públicos más exigente: el chileno, hoy realiza gira de medios acompañado por su familia para autopromocionar sus CDs como lo hace cualquier artista en sus inicios.
Mickey Taveras me pareció un tipo muy sencillo. Siempre lleva a su hermano y a su madre para todos los lados. El primero hace las veces de manager, mientras ella se toma una siestica (como en esta entrevista). Cree en Dios como el motor de las cosas, mas no en la religión como doctrina de vida. Siente que tiene un don, pero que no lo ha podido explotar como quisiera. Asegura que el camino que le ha tocado recorrer musicalmente ha estado lleno de dificultades. Sin embargo, ahí sigue dando la pelea, ahora más que nunca con su nueva producción: Presente y pasado.
¿Qué representa en su carrera Presente y pasado?
-Siento que esta producción musical la he estado preparando toda la vida. Ese álbum es la realización de mis sueños.
¿Por qué pasó de la salsa y el merengue, a la balada y el pop?
-Mira, lo que pasa es que yo quiero que mis shows puedan empezar más temprano, no que me lleven a una plazoleta a las 3:00 de la mañana, de modo que me di cuenta que me tocaba hacerlo a mí, con mi esfuerzo, con mi dinero, y organizar yo mismo la presentación.
Porque los empresarios sólo confían en lo que está de número uno en la radio. Así que quiero organizar mis espectáculos a nivel de teatro y en lugares que sean más tranquilos. Me ha tocado muy difícil, cerrar a las 3:00 de la mañana. Es más, yo he cantado a las 5:00 y 6:00 de la mañana cuando me invitan a un espectáculo en la noche. Es diferente a que digan: 'en el Teatro Adolfo Mejía: Mickey Taveras en concierto, con su tour Pasado y presente'. Estoy seguro que a eso de las 11:00 de la noche uno termina el show y se va a descansar.
¿Cuál es la faceta más harta de ser cantante?
-El trasnocho, los viajes, los autobuses incómodos. Uno tiene que atravesar montañas peligrosas, a veces lloviendo; y, cuando es en avión, hay mucha turbulencia.
¿Y lo contrario?
-La respuesta del público cuando uno canta. Uno se siente muy feliz. No hay otra cosa. El dinero no compensa. Lo que uno compra con dinero no se siente tan agradable como sentir el cariño de la gente.
¿Hay canciones que se quedaron en el cajón?
-Sí, muchas. Ufff, más de 40 canciones que no han salido.
¿Para usted que va primero: la melodía o la letra?
-En mi caso, siempre la melodía y luego la letra. Yo le pongo letras a las melodías. Soy muy musical.
¿Qué cercanía tiene con Cartagena?
-Bueno, diría que novia no tengo... todavía. Tengo una cercanía ya con el mar, los lagos, la pesca. Me gusta mucho Cartagena. Cada vez que vengo, no me quiero ir.
¿Qué cree que le faltó para mantener el éxito?
-He tenido muchos frenos. No he tenido éxito como creo que debería tener, de acuerdo a mi capacidad y mi talento. Hace 18 años que grabé la producción Lucharé (que incluye los éxitos Y qué me pasa, Me gustas, Quiéreme, Lucharé, entre otros) y las personas con las que grabé ese disco siguen recibiendo dinero de él. Cuando yo intento meter un disco en las emisoras, que ya las ventas van a ser para mí y los míos, no permiten. Me tienen frenado. Por eso dejé, en parte, también mi país.
¿Qué canción lo hace reír cuando la interpreta?
-Todas.
¿Cuál lo pone emotivo?
-Todas. Es que son como unos hijos. Todas me producen esas sensaciones. Cuando uno sale al show, lo hace con la disposición de disfrutar cada canción. Ahora, imaginate que uno cante una sola canción. Por ejemplo: ¿qué sería de Y qué me pasa sin Me gustas? o ¿qué sería de Me gustas sin Y qué me pasa?
¿Qué más desea compartir con los lectores de Facetas?
-No me preguntaste por ellos (señala a su mamá y hermano). Ellos son muy importantes para mí. Mi hermano ha sido un soporte para mí, siempre está conmigo. Y qué decir de mi madre, le compuse una canción que se llama A ti mamá. Se la dediqué y la escribí frente a ella. Es el mejor regalo que le he hecho en vida. Un día me dijo: 'Oye, pero te gastaste mucho dinero en esa canción'. Yo le dije: 'mamá, eso no es nada. Usted merece mucho más'. Ella me replicó: 'Me hubieras dado esa plata a mí'(risas).
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