Papá Mon

Con ocasión del Bicentenario de la Independencia de Cartagena la Alcaldesa Judith Pinedo Flórez pidió postular a personas que entre 1911 y 2011 hubiesen desarrollado labores en beneficio de la ciudad, para hacerles un reconocimiento otorgándoles una medalla cívica.
Vino a mi memoria Ramón León y B (Barco), influyente personaje desde los inicios del pasado siglo. Lo conocí retirado en su finquita de Ceballos, al lado del antiguo colegio San Carlos, donde hoy queda una empresa de vigilancia.  Era un mulato de porte altivo con un brío inusual para alguien que frisaba los 90 años. Su estampa la asocio con la que debió tener el Almirante José Prudencio Padilla o con la del Coronel Aureliano Buendía.
Por sus nietos (Ramón y Skarling León Hernández) supe que no estaba muy errado, pues libró tantas luchas cívicas y políticas que corroboran mi asociación con esos personajes históricos.
Papá Mon, como lo llamaban sus nietos, nació en Lorica el 9 de mayo de 1892 y murió en Cartagena el 13 de marzo de 1986, se destacó como líder del Partido Liberal, en tiempos de ideologías cerreras en los que se pertenecía y servía al partido con entereza. Sobresalió como dirigente público por su recio carácter para hacer cumplir las normas; fue Director de la Imprenta Departamental, Secretario de Obras Públicas Municipales y tres veces Director de Valorización, desde  donde construyó importantes obras de infraestructura urbana.
Cuentan que era tan exigente en el cumplimiento de los compromisos que personalmente controlaba la ejecución de las obras y el pago de los contribuyentes, al punto de dejar de pavimentar el frente de la casa de los morosos, lo que se convertía en sanción moral. Gestionó e impulsó la construcción de la Avenida Pedro de Heredia, la calle Mompox y, por influencias ante su personal amigo Carlos Lleras Restrepo, la Avenida Santander. Por la Pedro de Heredia fue duramente criticado, tachado de loco, al insistir en que debía tener doble calzada y cuatro carriles, algo exagerado para el pueblo grande que era Cartagena. Administró el Mercado de Getsemaní y el Parque del Centenario, al que, gracias a su cuidado, convirtió en el lugar preferido de las familias cartageneras que acudían a pasear, oír las retretas de la Banda Departamental o a ver el zoológico que poco a poco  formó.
  Capítulo aparte merece su militancia política, su disciplina, alto sentido de la autoridad y beligerancia le valieron el título de “General” sin haber pisado una academia militar. Jugó  papel protagónico en los sucesos del 9 de abril de 1948, por la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. Lo acusaron de incitar las protestas y promover el incendio de El Fígaro, periódico insignia de conservatismo.
Fue editor propietario de la Revista Ciudad Heroica, columnista de El Universal y otros periódicos liberales del país. Dirigente deportivo, Presidente de la Liga de Ciclismo de Bolívar. Su pasión fue el béisbol del que hizo investigaciones sobre su llegada a Colombia y Cartagena.
Ojalá otros personajes meritorios de la ciudad, como Papá Mon, no tengan que esperar el Tercer Centenario para ser reconocidos.