Revista dominical


Sigfredo Gómez, el primer cartagenero en ESPN

IVIS MARTÍNEZ PIMIENTA

28 de febrero de 2016 12:00 AM

Por los pasillos de la Universidad de Cartagena, sede San Agustín, se oye la misma tertulia desde el pasado 22 de febrero, cuando uno de los egresados del programa de Comunicación Social narra en ESPN el partido Arsenal de Sarandí vs Sarmiento por la cuarta fecha de la primera división 2016 del fútbol argentino.
¡Ese es Sigfredo nojoda! La emoción explota como pólvora.

Y no es para menos. Con 28 años, Sigfredo Gómez Tinoco empieza a forjarse un camino de éxitos, de la mano de ESPN, una de las más importantes cadenas deportivas del mundo. El cartagenero, radicado en Buenos Aires -Argentina-, tiene tres meses de prueba para dar lo mejor de sí y ya ocupa una vacante que anhelan miles de estudiantes de toda Latinoamérica.

La historia de Sigfredo tiene de todo para ser adaptada para telenovela: sacrificio, desamor y espiritualidad. Años atrás, la vida le muestra lo que puede hacer para destrozar sus sueños: se queda sin trabajo, termina una relación de 4 años, su hermana enferma y el dinero escasea. Pero él tiene la paciencia de Job.

Sigfredo, el tercero
‘Siegfried’ significa valiente y guerrero, en lengua nibelunga, explica. Su nombre lo lleva su padre y su abuelo, un ávido lector de literatura francesa.
En el barrio Daniel Lemaitre empieza a tomar forma su pasión por el deporte, aunque de vez en cuando la música se adueña de su tiempo. Juega desde tenis de mesa hasta voleibol y al llegar a la universidad empieza a trazar su camino con UdC Radio.

“Estaba en segundo semestre y me junté con un par de amigos, Andrés Vizcaíno y Jorge Castro. Organizamos un programa deportivo para la radio. Fue difícil porque Martha Amor (entonces Directora de UdeC Radio) nos exigió mucho. Apenas estábamos en segundo semestre y no teníamos nociones de radio. Me contacté con una amiga, Jennifer Molina, y me enseñó radio en los pasillos de la universidad. Aprendí a hacer un libreto. Ella me pasaba copias, me pasaba datos por internet. Y aprendí mucho sin haber dado clases. El proyecto lo presentamos tres veces”, empieza Sigfredo.

Y desde ahí todo en su vida fue peleao, ‘luchao’.

El proyecto tiene como título Entretiempo y es un abanderado programa de la UdeC Radio. Festejó hace poco siete años de creación.
“Sigfre es tenaz, perseverante, una persona que no desiste pese a los retos y adversidades. Es una persona que tiene claro lo que quiere y eso es fundamental en la consecución de sus metas. De cuando empezó con el proyecto Entretiempo (hace casi ocho años) recuerdo su entusiasmo. Le decía ‘hay que mejorar’ y él decía ‘ok’. Fue el único que quedó porque cuando emprendió el proyecto no lo hizo con los mismos con quienes lo terminó”, cuenta Martha Amor Olaya, directora de la entonces recién creada UdeC Radio. En su voz hay felicidad y es que el éxito de Sigfre lo comparte toda una institución.

Aún sin terminar la carrera, trabaja en La verdad, en La F.M. y en La Cariñosa, emisora en la que se queda luego de renunciar a la F.M (donde apenas permanece cuatro meses y gana por poco una gastritis). “Me quedé en Dueños del balón. Estuve un par de meses transmitiendo los partidos del Real Cartagena... de la Selección Colombia. Fui varias veces a Barranquilla a hacer la cobertura”, recuerda.

Es ahí donde se derrumba su vida.

No tiene un trabajo fijo, así que no tiene sueldo fijo. “Tenía que trabajar con patrocinadores. Mi relación amorosa no iba muy bien y decidimos terminar. Me enfermé, sufrí de insomnio, tuve problemas de alimentación (principio de gastritis), perdí la tranquilidad (a causa del sueldo fluctuante). Mi hermana se enfermó en esa misma fecha, mi mamá tenía problemas económicos así que yo no quería ni siquiera llegar a casa”.

Sigfredo piensa entonces en alejarse de todo... en dejar el periodismo deportivo, pero siente eso que la gente nombra ‘el llamado de Dios’.
“Era un joven de 21 años que no le estaba yendo bien en la vida así tan joven. No pude hacerlo solo. Decidimos pensar más en Dios que en nosotros mismos y esa espiritualidad nos ayudó. Volví a la iglesia y de a poco empecé con Daniel Ripoll y Claudia Velosa, mis pastores desde que soy niño. Empezaron a mostrarme que sí podía... que sí tenía potencial”.
A finales de 2013, con una energía llegada del cielo, empieza a preparar su viaje a Argentina. Después de todo es su sueño y no lo soltaría.

Y todo comienza con una ilusión
“Hice mi presupuesto pero no tenía un solo peso. Mis papás tampoco podían ayudarme mucho. Así que empecé a confiar en Dios y dije que si era su voluntad venirme para acá (Buenos Aires), que me ayudara en todo. Lo único que tenía eran las ganas. Alguien me dijo que lo más importante es tener las ganas y la fe, que el resto son detalles”.

Empieza a materializarse un sueño. La condición de sus padres mejora un poco y con eso compra su ropa y una maleta. Con el trabajo esporádico que consigue le alcanza para pagar todo el papeleo. Entre lágrimas recibe de Daniel y Claudia su tiquete a Argentina como regalo, e incluso unas amigas le pagan parte del hostal donde empieza a vivir. Él los llama ‘contactos que aparecieron de manera milagrosa’.

Tito Puccetti, sin embargo, no aparece para nada de milagro, él es más bien un ‘ángel que aguarda’. “Conocí a Tito en 2011 en un evento para el Mundial de Fútbol Sub 20 que se llamó Bolívar es Mundial. Le conté parte de mi sueño y me dijo ‘bueno, mira, este es mi número. Cuando estés pronto para irte llámame y vemos qué hacemos’. Acá (Buenos Aires) empezamos a hablar... a mostrarle cosas que he hecho. Siempre estuvo muy pendiente de las cosas que hacía en Wum Sports, transmitiendo deportes argentinos por internet”.

Puccetti lo tiene en espera, siempre dándole con un ‘pronto te llamarán’ la esperanza de pertenecer a una de las grandes cadenas deportivas del mundo. “Una mañana me despierto y veo mis mensajes.Tito me había escrito que ese día me iban a llamar. Ese día me escribieron pidiéndome todo mi currículo y algunas cosas que había hecho en periodismo deportivo. Se los envié, a los dos días me llamaron y me dijeron que necesitaban verme ese mismo día. Fui, pasé varias pruebas y me dijeron que empezaba con el partido Arsenal–Sarmiento”.

Sigfredo alterna el trabajo con sus estudios en el reconocido Instituto Tea y Deportea, donde adelanta una especialización en Periodismo deportivo. Egresa en diciembre.

“Se convierte en el primer periodista deportivo en Cartagena, en estar en ‘el vidrio’, en un canal tan importante como es ESPN. El primero del departamento fue Tito Puccetti, que nació en Calamar y se ha convertido en un gran apoyo para él”, explica Carlos Caballero, periodista deportivo de El Universal.
Caballero relata su encuentro con Sigfredo en el Mundial de Brasil 2014. “Me contó que había ido de Buenos Aires hasta Brasil en bus (varios días de viaje) y estuvo en casas de amigos. No le pagaban. Fue como aficionado pero hacía sus notas periodísticas. Hacía informes a emisoras en Cartagena. Ya después para la Copa América había conseguido contactos, se había hecho algo de renombre y consiguió que le financiaran parte de su viaje. En esto queda claro la perseverancia. Muchos desisten pero la pasión que este muchacho tiene por el periodismo salta a la vista”.

Sigfredo, el chico que juega fútbol en las calles de Daniel Lemaitre, el cantante principal de su iglesia, ese chico que crea gracias a su constancia un programa radial que ya tiene siete años al aire, logra lo impensable: un cupo en ESPN. Y es por eso que su felicidad la comparten miles en Cartagena y a lo largo de la Costa Caribe.
“El día de mi debut me sentí como cuando David peleó con Goliat”, recuerda, “y Dios guió la piedra”.

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