“El tambor mágico”, una historia corta de Palenque

Por estos días finalizó en Palenque el rodaje del cortometraje “El tambor mágico”, obra escrita y dirigida por niños y jóvenes de la “Institución Educativa Técnico Agropecuaria Domingo Benkos Biohó”, de esa misma población. “El tambor mágico” es una historia que se inspira en la riqueza cultural y ancestral del pueblo palenquero, y es el resultado de un taller de nominado “Programa audiovisual fomento cultural afrodescendiente”, que desarrolla la Jornada Escolar Complementaria de Comfenalco-Cartagena. Esta iniciativa cuenta con el apoyo del “Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias”. Durante el taller, los niños aprendieron a manejar cámaras, micrófonos, luces, escritura de guiones, actuación y maquillaje escénico. Las historias elaboradas por los jóvenes parten de su cotidianidad, argumentos sobre la forma como perciben la vida. Es un material valioso para entender la cosmovisión de los jóvenes y niños que viven en zonas vulnerables. Otro de los objetivos del taller es que los muchachos, a través de sus historias, puedan reflejar la imagen de su comunidad y, a través del audiovisual, afianzar sentido de pertenencia y construir la memoria de su pueblo. El rodaje de “El tambor mágico” contó con la colaboración de Evaristo Márquez, el célebre actor palenquero, quien se hiciera famoso por su papel en la “Quemada” al lado Marlon Brandon. Márquez, a pesar de sus años, conserva lúcido los recuerdos y siempre aprovechaba para contarle a los jóvenes realizadores palenqueros varias de sus experiencias bajo las órdenes del director italiano Gillo Pontecorvo. “Es una experiencia muy enriquecedora, pues los jóvenes te ponen a prueba sesión tras sesión. Es satisfactorio ver cómo ellos fortalecen su autoestima y se alejan del ocio improductivo, disminuyendo cada vez más el hecho de caer en actividades delincuenciales”, manifestó Cristian puerta, psicólogo de la Jornada Escolar Complementaria. La dirección del taller está a cargo del realizador cartagenero Andrés Lozano Pineda, y cuenta con el apoyo logístico, psicosocial y recreativo de la Jornada Escolar Complementaria. También cuenta con los instructores Aníbal Alvarado, quien enseña “Maquillaje de efectos especiales”; Einer Gutiérrez, encargado de la actuación; y Luis Betancourt, narración escrita. Lozano es un realizador cartagenero que se ha destacado por sus diversos trabajos documentales y argumentales. Actualmente, se encuentra en la postproducción de su primer largometraje “El ajuste de cuentas”; y en la preproducción del largometraje “La tribuna”. “El primer día que me enfrenté a estos muchachos —recuerda Lozano—, venía con toda la teoría que me habían enseñado en la escuela de cine, esperanzado y soñando que los jóvenes harían excelentes guiones con todos estos conceptos. No pasaron cinco minutos, y ya me encontraba hablando solo frente a un tablero sobre la carreta de la creación dramatúrgica, y con treinta y tantos muchachos en un caos. Había un desorden completo, nadie me prestaba atención. Fue así como me di cuenta de que mi carretazo no iba a funcionar”. Asimismo rememora que “tuve que replantear mi pedagogía y hacerlo eminentemente práctico y lúdico. Entonces, que los niños jugaran con la cámara, con el micrófono, las luces, que la creación de historias fuera lo más divertido posible. Desde ese momento siempre busco que cada clase sea divertida antes que cualquier cosa”. En los rodajes, los niños se divierten y se cansan, son jornadas que empiezan a las ocho de la mañana y terminan a las cinco de la tarde. Debido a la gran cantidad de muchachos que se están beneficiando con este programa, existen 3 personas para un mismo cargo, los cuales se van turnando durante los seis días de grabación. Para darles más responsabilidades a los jóvenes, Lozano tuvo que inventarse varios cargos más, como, el “tripodista” (encargado exclusivamente de quitar y poner el trípode) y el “audifonista” (un joven que se pega al lado de la cámara y se concentra en escuchar el sonido que sale de la cámara). Si para un equipo de rodaje de adultos el primer día de grabación es siempre el más trabajoso, para los pequeños realizadores lo es aún más. El entrar en ese ritmo de rodaje resulta complicado. Y es allí donde el profesor cumple una función primordial, pues es quien los introduce en esta dinámica, se encarga de lubricar el engranaje para que los muchachos tomen confianza y empiecen andar. A partir del segundo día, ya son capaces de dirigirse a sí mismos. “Una vez tienen la mecánica, es sorpréndete ver a un joven director dando órdenes, a otro acomodando las luces, al claquetista concentrado, al microfonista sosteniendo el boom. Es decir, se toman en serio el juego de ser realizadores”, explica Lozano. El mensaje Paralelamente al proyecto de “El tambor mágico” se desarrolla la preproducción del cortometraje “El mensaje”, un guión escrito por niños de la “Institución Educativa Fernando de la Vega en Cartagena”. En esta producción los alumnos tendrán el reto de reproducir la época colonial, ya que es un argumento de amor que se desarrolla a finales del siglo XVII, entre un almirante y una indígena. Está historia fue elaborada por Fernando Gómez, un chico de 12 años que cursa séptimo grado. En esta película unos estudiantes harán de criollos, otros de españoles e indígenas y grabarán en el Castillo San Felipe, el cual adecuarán como una plaza cartagenera de época la colonial. Para “El mensaje” los pequeños realizadores cuentan con la asesoría de un indígena arahuaco para traducir parte de los parlamentos que los actores deben interpretar. El asesor les está enseñando la pronunciación de su lengua. Después del cortometraje “El mensaje”, se van a realizar 6 trabajos más, con niños entre los 8 y 15 años de edad, oriundos de localidades como Arjona, Bocachica, Caño de Loro y de la Institución Educativa Antonia Santos. Todos estos cortometrajes podrán ser vistos en la próxima edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias. “Es interesante lo que está pasando con este ejercicio. Los niños están teniendo un acercamiento muy interesante y divertido a la historia. Además, el hecho de que estén aprendiendo algo de la lengua arahuaca, para actuar de manera convincente, hace todavía más valioso el trabajo que realizan. Con esto, pretendemos despertar sensibilidad e identidad”, agrega Lozano. Estos cortometrajes pertenecen a una serie de trabajos que se vienen realizando con el Programa desde hace dos años, en los cuales se han producido cortos como “El hombre de las polainas” y “La leyenda de la bruja de Chavó”, ambos escritos y dirigidos por alumnos de 9 grado de Caño de Loro. “Estamos convencidos que venimos consolidando audiovisualmente la memoria de una comunidad que sólo unos pocos conocían de manera oral. Ahora, gracias a los cortos, las nuevas generaciones pueden conocer de forma divertida la cultura y las leyendas que les pertenecen”, concluye Lozano Pineda.