Sabe que los milagros existen. Aún le teme a los besos, pero ya no le da miedo que la señalen porque no fuma.
Ana María Estupiñán García es una joven excepcional que ha ganado reconocimiento gracias a su talento y su madurez. Es sencilla y descomplicada. Es tal vez eso, más allá de su “fama” como actriz, lo que permite que gente de todas las edades la admire y la siga.
Al hablar irradia tranquilidad, paz y sabiduría. Dios es el centro de su vida y lo refleja en cada palabra, cada frase, cada idea. Es admirable cómo a su corta edad es tan aterrizada y consciente de los excesos de la juventud y del mundo del espectáculo.
Empezó desde muy niña en la actuación con pequeñas apariciones en series y comerciales. Hoy, a sus 24 años, tiene una trayectoria que le augura éxitos: ha sido protagonista de La Pola (RCN), novela basada en la vida de Policarpa Salavarrieta, uno de los personajes importantes en la independencia de nuestro país; de La Ronca de Oro (Caracol), donde interpretó a la cantante Helenita Vargas; y ahora de La Niña, serie que narra la historia de una menor que fue reclutada por la guerrilla.
Pero su talento ha trascendido las fronteras de Colombia. En 2015 protagonizó la telenovela latinoamericana de Nickelodeon Tony, la chef, rodada en Miami. Este año debutó en el cine con la cinta Dos mujeres y una vaca.
Ana María aún quiere lograr muchas metas para su vida, quiere estudiar, seguir trabajando y, por qué no, ganarse un Oscar.
¿Cuáles son tus metas a corto, mediano y largo plazo?
-Quiero estudiar actuación para cine y escritura creativa, después teología, que alcancé a llegar hasta segundo semestre y no pude seguir por mi trabajo, porque los horarios son súper complicados, entonces quiero terminar eso. Más adelante quiero casarme, tener tres hijos, ganarme un Oscar, algún día, trabajaré muy duro para eso.
¿A qué edad piensas casarte?
-No sé. La verdad, yo soy como muy tranquila con ese tema. Tengo novio y obviamente es la persona con la que me quiero casar, pero no es algo que me desespere. Estoy joven, no quiero durar 80 años con mi novio pero todo es con tranquilidad, en orden. No sé cuánto tiempo pase, que sea lo que Dios quiera.
¿Cómo es tu relación con Dios?
-Es como la relación de un novio con su novia, es una relación en la que le dedico un tiempo importante de mi vida. Es una relación personal, en la que todos los días me levanto a hablar con él, a dejar que me hable, leer la biblia y tratar de entender lo que leo. Dios es el amor de mi vida, es lo más importante que tengo. Todo se lo pregunto a él, así como a mis papás. Ninguna decisión la tomo sola y creo que eso me ha ayudado a tomar decisiones acertadas en mi vida y en mi carrera.
¿Cómo manejas tu trabajo y tu religión?
-Amo mi trabajo y amo lo que hago, pero nunca voy a hacer nada que ponga en entredicho mis principios y lo que Dios dice que se debe hacer. Yo respeto muchísimo a las personas que son de otra religión, que tienen otras creencias porque me gusta que me respeten a mí, pero nunca voy a hacer un personaje que me haga negociar mis principios. En los contratos siempre pongo una cláusula que dice que no hago desnudos, ni ropa interior, ni escenas de cama porque es algo con lo que no voy y con lo que no me siento cómoda.
¿Cuál ha sido el momento más difícil de tu vida?
-Han sido muchos, pero el más difícil ha sido un momento de baja autoestima que viví en mi infancia. Tenía problemas con mis hermanitas, con mis hermanos mayores, con mi aspecto físico, con mi pelo. Creo que esa fue una de las cosas más duras que he tenido que pasar y superar, con la ayuda de Dios y de mis papás. Otros momentos difíciles... cuando uno quiere quedar para un personaje o cuando quiere lograr algo y no pasa, eso me ha pasado a mí. No todo ha sido perfecto y sobre todo en este medio en el que hay muchas cosas que a veces no salen como un quiere. En este medio una de las cosas más difíciles que me tocado afrontar son los besos, es algo que me cuesta, que tiene que ser muy profesional y me cuesta mucho.
Cuéntame un poco más sobre el problema de autoestima que atravesaste...
-Yo fui la menor en mi familia durante seis años y mi mamá luego tuvo a mis hermanitas. Obviamente dos bebés requieren mucho más cuidado que una niña de seis años y a mí me dio mucha envidia, me dio mucha rabia, empecé a odiar a mis hermanitas, a desear que nunca hubieran nacido. Incluso desee morir y era más una cuestión de envidia que de rechazo de otras personas. Cuando entré al colegio tuve actitudes muy feas y era muy complicada. Nadie quería meterse conmigo por mi forma de ser, entonces también tuve problemas de autoestima por mi actitud. Eso hacía que otros no quisieran acercarse a mí y me la montaban. Pero era un problema mío, algo interno, más de fondo que de forma.
Tu momento más feliz...
-Cuando pude tener la plena satisfacción de que realmente amaba a Dios, cuando mi novio me pidió que fuera su novia (risas), cuando llaman a decirme que gané un personaje y sé que media Colombia hizo casting. Eso es muy gratificante. El momento más feliz... muchos.
¿Cómo llegaste a la televisión?
-Mi papá toda la vida ha trabajado en televisión, es director de proyectos visuales, ha sido pos productor, director gráfico. Nosotros hacíamos comerciales -mis hermanos mayores y yo-, después mi papá estaba trabajando en Caracol y entramos a un taller que hacía Caracol como vacacional, en el que daban teatro, danza, arte, música... después de eso mi papá hizo un cortometraje con unos compañeros de la iglesia, un cortometraje cristiano y necesitaban tres niños, él dijo que tenía tres niños y nos escogieron. Allí nos presentaron a una actriz que nos contactó con una mánager que tenía una academia y ahí empezamos a estudiar teatro. Yo empecé a hacer cosas muy chiquitas en Padres e Hijos, mis hermanos hicieron personajes más largos y así. Después hice un papel más largo en Oye Bonita, después lo de La Pola y así.
En los Premios Tv y Novelas recibiste en 2011 el premio a Revelación del Año con La Pola y en 2014 a Mejor Actriz de Reparto con Allá te espero, ¿cómo describes esos momentos?
-Es muy emocionante el solo hecho de estar nominada en unos premios que además siempre había querido estar. Recuerdo que desde chiquita siempre le decía a mi mamá que algún día iba a estar ahí y todos nos reíamos. Fue muy bonito, muy emocionante, muy gratificante, a uno se le van las palabras, no sabe qué decir, no sabe si llorar, si reírse, es una locura, son muchas emociones encontradas.
¿Cuál ha sido el papel con el que más te has identificado?
-Yo creo que todos han sido muy importantes en mi carrera. Pero identificarme... digamos que todos me han enseñado mucho. Todos tienen un poquito de mí, de mi carácter.
¿En qué se parece Ana María a La Niña, por ejemplo?
-Creo que cuando se meten con mi familia, con mi sobrina, ahí sí saco el carácter que tengo. Yo tengo un carácter fuerte. Soy muy tímida, pero tengo un carácter fuerte y templado como el de mi papá.
¿Qué opinas del perdón? ¿Crees que el país está preparado para perdonar?
-Creo que uno nunca se está preparado para el perdón. Si se espera estar preparado para perdonar nunca va a llegar el momento, porque el perdón es una decisión. El país debe decidir perdonar, es la única manera en la que vamos a poder seguir caminando hacia adelante y vamos a poder ver crecer generaciones sin rencor. A mí no me gusta meterme en temas políticos, pero sí creo que es importante tomar la decisión de querer ver un cambio en Colombia y ese cambio solo va a pasar si nosotros como país perdonamos.
¿Cuál es el milagro más grande tu vida?
-El milagro más grande de mi vida, aunque yo todavía no había nacido, es mi hermano. Él alcanzó a morir por unos minutos cuando tenía dos o tres meses de nacido y míralo, aquí está, es el milagro más grande. Dios ha hecho muchos milagros en mi vida y en mi familia, pero ese es el milagro más increíble, es mi único hermano, es muy talentoso... Mi mamá lo dejó durmiendo, él se volteó y se ahogó con la cobija. Mi mamá dice que empezó a sentirse inquieta, fue a verlo y lo encontró morado, no le sentía la respiración, lo llevó corriendo a la clínica y le dijeron que ya estaba muerto y que no había esperanza, pero mi hermano después de unos minutos volvió a respirar y aquí está.
¿Qué crees que debe mejorar la juventud?
-El hecho de pensar que lo divertido es enloquecerse. Sinceramente, respeto a todo el mundo, pero me pregunto qué chévere tiene emborracharse hasta vomitar, levantarse al otro día con dolor de cabeza... no entiendo. Creo que como jóvenes debemos cuestionarnos si estamos haciendo las cosas porque queremos o solo para ser populares en la universidad o en el trabajo o para que no se burlen de nosotros. De mí se han burlado mil veces porque no fumo, porque no tomo, porque no me he acostado con ningún hombre, porque me guardo para el matrimonio con mi esposo, pero la verdad yo me siento muy feliz y muy tranquila porque no trato de imitar a nadie más que a Jesús en mi vida, no trato de parecerme a nadie y si no les gusta no puedo hacer nada.
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