Facetas


¿Balleneras, sueño o pesadilla?

SHARIK ESTRADA PÉREZ

16 de octubre de 2016 07:00 AM

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Este calor infernal no parece suficiente para opacar la sonrisa de las reinas. Las 32 candidatas de Independencia, negras y blancas, mueven sus caderas al ritmo de tambores y saludan al público, que se cuela entre los mangles para verlas. Reparten besos y sacuden los hombros, se muestran felices muy a pesar de que el viento revuelve los olores pútridos del caño Juan Angola siempre que aparece.

Aún no es mediodía, pero este sol asesino parece estar en su punto máximo, y a las Balleneras del Reinado de Independencia no les queda más que sonreír y actuar como si estuviesen navegando entre flores...¿flores? ¿Habrá florecitas en la basura o en las aguas contaminadas del caño y de la ciénaga de la Virgen?

La escena parece dantesca, pero ¿es imposible? No. El alcalde, Manolo Duque, ha propuesto poner a las Reinas de Independencia a navegar el caño Juan Angola y la ciénaga de la Virgen en el Desfile de Balleneras 2016, algo inédito en Cartagena y polémico...hay quienes aplauden la iniciativa y quienes lo tachan de absurdo.
¿Cuál es el estado actual del caño y la ciénaga en salubridad y navegabilidad? Para responder esa importante pregunta, El Universal se tiró al agua: recorrimos los dos cuerpos de agua y consultamos al ecologista y columnista Rafael Vergara. Esto es lo que encontramos.

Las basuras reinan

La cita para recorrer el caño es a las nueve de la mañana, y la cumplimos. Con cámara en mano empezamos esta travesía dos periodistas, el ecologista Rafael Vergara y el lanchero. Frente al barrio Torices, el panorama inspira tranquilidad por la quietud de sus aguas, que reflejan el azul del cielo, el sonido de los pájaros y del viento...un momento: hay basura por doquier y eso espanta cualquier belleza.

En este “paseo” laboral, de unas dos horas, nos encontramos con escombros, colchones, electrodomésticos, gente haciendo sancocho...mejor dicho, de todo. El Juan Angola es un largo cauce de unos cinco kilómetros, que va paralelo al Aeropuerto Internacional Rafael Núñez en un amplio tramo, navegándolo pasamos además por barrios como El Cabrero, Marbella, Canapote, Crespo, Crespito, 7 de Agosto, San Francisco y un sector de La María que conecta en sus extremos con la Laguna de El Cabrero y finalmente llegamos a la Ciénaga de La Virgen.

Y entonces pienso lo que para nadie es un secreto: estos espacios son dos de los cuerpos de agua más contaminados de la ciudad y se encuentran entre las basuras y el descuido. Vergara lo explica mejor: el sedimento provocado por la erosión del Cerro de La Popa, las basuras y los desagües pluviales durante las épocas de lluvia, se concentran en el cuerpo interno de agua más grande de Cartagena, la ciénaga de la Virgen.

Aunque este cuerpo de agua es un lugar extraordinario por su riqueza en avifauna y mangles, es un claro ejemplo del descuido y abandono. Basta con acercarse a la orilla para ver cómo icopores, cascos, mecedoras, muñecas, bolsas, plásticos, electrodomésticos dañados, escombros, entre otros, empañan y rodean el caño.

De acuerdo con Rafael Vergara, ecologista y columnista de El Universal, los cambios en el paisaje y el crecimiento urbano, los desechos, el mal manejo de los no retornables y la insensibilidad de los ciudadanos hacen que el manglar se deteriore cada vez más.

“Es triste estar aquí y darse cuenta de la cantidad de basuras que adornan este cuerpo de agua. Increíble que los ciudadanos que viven en los barrios aledaños arrojen todo tipo de objetos al caño, sin pensar en el daño que le provocan”, afirma Vergara.

Según el ambientalista, talar los manglares en Colombia es un delito y pese a que las entidades ambientales regionales tienen el poder de imponer sanciones, ninguna lo hace, porque simplemente estas zonas no tienen quién las defienda. ¿Acaso son huérfanas?

“De un lado se aprecia un hermoso mangle completo pero con una fuerte invasión de los sectores urbanizadores. Por otro, es notable en algunos tramos la falta de mangle, que ha sido talado por los mismos habitantes, lo que demuestra la falta de control de la administración local y la inconsciencia de los ciudadanos”, indica.

Pros y contras

En el editorial del 20 de septiembre de este medio, se recalcó que si el alcalde quiere realizar las balleneras en el caño y la ciénaga, habría que conocer detalladamente el plan, pues está claro que las basuras representan un grave problema, pero no el único.

“El problema de esta ruta es que habría que hacerle una batimetría, aunque sea rudimentaria, ya que la ciénaga perdió buena parte de su profundidad debido a la sedimentación que recibe por los distintos caños de desagües pluviales durante las épocas de lluvia, y el caño de Juan Angola también ha sido sedimentado por causas naturales y por la acción depredadora de quienes lo rellenan para consolidar invasiones allí, y de quienes botan basuras a sus aguas. El Juan Angola es imposible de navegar en algunos tramos y si acaso las balleneras cupieran por el gálibo de los puentes más antiguos y pequeños que lo cruzan, al pasar por debajo del Benjamín Herrera -si fuera posible- se encontraría el acceso a la laguna de San Lázaro obstruido por un barrio de invasión que es una burla a las autoridades”.

Estos cuerpos de agua agonizan y nadie más se manifiesta. El alcalde tiene un mes para realizar un plan intensivo para recuperar el Juan Angola y la ciénaga de la Virgen y sacar adelante su proyecto, con el fin de vivir verdaderamente una fiesta popular con el tema de las Balleneras.

“Si el alcalde quiere que las balleneras se realicen en el Juan Angola, debe, como primera medida, organizar una labor de limpieza y reordenamiento. También tendrá que buscar la forma de podar técnicamente los mangles en el caño para que las personas puedan apreciar a las candidatas”, expresa Vergara.

En cuanto a la ciénaga, Vergara agrega que pese a que no tiene la profundidad ideal, es mejor realizar el evento en esa zona porque el espacio permite que la comunidad pueda tener más de cerca a las beldades.

Finalmente, considera que la innovación dentro de las fiestas novembrinas no es mala idea, pues sería una buena oportunidad para que turistas y cartageneros conozcan la belleza de estos espacios olvidados, y con el tiempo se le den otros usos, como un espacio para la pesca artesanal, un corredor para el transporte público o tours para conocer y apreciar la avifauna.

Este sol no perdona y nuestro recorrido acaba a las once de la mañana. Amanecerá noviembre y veremos si la escena de las balleneras de independencia se materializa o no en el caño Juan Angola y la ciénaga de la Virgen...¿O será en la bahía interna, como dijo el alcalde el jueves?

De un lado se aprecia un hermoso mangle completo pero con una fuerte invasión de los sectores urbanizadores. Por otro, es notable en algunos tramos la falta de mangle, que ha sido talado por los mismos habitantes, lo que demuestra la falta de control de la administración local y la inconsciencia de los ciudadanos”, Rafael Vergara, ambientalista.

 

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