Haga de cuenta que faltan quince minutos para las diez de la mañana. Intente ubicarse en la caótica Avenida Pedro de Heredia, a la altura de la estación de María Auxiliadora. Hace calor. Respire, observe a su alrededor. Logra ver un articulado de Transcaribe, también al gremio de mototaxistas ofreciendo su servicio, algunos transeúntes caminando desordenadamente. Vuelva a respirar el aire hirviendo, se está sofocando, ¿puede ubicar un árbol que lo abrigue?
La respuesta es no. Y no solo en la Pedro de Heredia: a Cartagena le hacen falta árboles y los que tiene se le están muriendo. Esta ciudad solo tiene un árbol para 17 personas, un record negativo para Colombia y para el mundo. El tema es más preocupante de lo que parece, porque la desaparición de los pocos que quedan acarrea problemas ambientales y las políticas para protegerlos están encaminadas en el largo plazo.
Más de 2000 árboles de distintas especies tristemente han fallecido. No brindarán más su sombra para refrescar las tardes somnolientas de La Heroica, ni servirán de casa para las aves que buscan un lugar para pasar la noche y empollar a sus crías. Eso fue lo que encontraron estudiantes del programa de Biología y miembros del grupo de investigación en Química de Medicamentos de la Universidad de Cartagena.
Pero lo más grave no es que se mueran, la peor parte es que su muerte incide de forma radical en el clima y en la desaparición de especies vegetales y animales. (Lea aquí: Cartagena se queda sin árboles). El primer árbol que los investigadores vieron morir estaba detrás de la sede donde se encuentra el laboratorio de Biología, en el barrio Zaragocilla: un gran roble falleció sin que la comunidad a su alrededor se percatara de ello. “Fue como el que nos prende la luz”, cuenta Harold Gómez, líder del equipo de investigación.
Fue así como entre noviembre de 2015 y marzo de 2016 el grupo –tres expertos- recorrió la Avenida Pedro de Heredia, la Avenida Santander, El Parque Espíritu del Manglar, El Cerro de la Popa, La Avenida del Bosque y Bocagrande, San Diego, San Francisco, El Paraíso y Palestina, para saber qué estaba pasando con los árboles.
Los hallazgos le rompen el corazón ambientalista a cualquiera: las 2000 especies halladas inertes representan una pérdida cercana a las 15 hectáreas de cobertura vegetal de Cartagena. “Esta cifra es un quebranto elevado de la sombra natural para esta, una ciudad que debe soportar altas temperaturas entre las 10:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde, y que, en efecto, necesita sombra para no asfixiarse”, expone el informe.
¿POR QUÉ MUEREN?
El 28% de las muertes de robles y almendros se debe a la plaga de la "Pajarita", también conocida como ‘Caga de Pajarito’ (Viscum spp), una amenaza que, según los investigadores, “deteriora la salud de las plantas en Cartagena en forma continua y que debe ser tratada con urgencia”.
Haroldo Rodríguez, ambientalista y miembro de la Fundación Verde que te Quiero Verde -quien ha impulsado una batalla para erradicar la plaga- sostiene que en la ciudad urge un Plan Maestro de Arborización que mitigue no solo los efectos de esta planta parásita, sino la conservación de la vegetación.
"Desde la Fundación y en convenio con el EPA estamos realizando operativos de poda a los árboles afectados. Hemos intervenido Manga, Castillo, parte de Bocagrande y Crespo en un 60%. Es decir, llevamos un total de 250 árboles intervenidos. La Pajarita debemos erradicarla cortando las ramas afectadas con motosierra puesto que de forma manual se pega mucho al árbol", explica.
Pero esa no es la única amenaza: el calor insoportable está dejando secos a nuestros árboles, pero aún más grave, ante los ojos de todos. El informe indica que “la sequía producida por este Fenómeno del Niño ha reducido a mínimos históricos el caudal de los ríos, lo que ocasiona la pérdida de especies vegetales. Algunos ecosistemas afectados son el Cerro de la Popa y el parque Espíritu del Manglar: la flora vegetal de estos lugares se ha ido deteriorando a la vista de los cartageneros”.
Otra causa, que parece obvia y predecible, es la falta de agua. Los expertos señalan como tercer causante de estas muertes masivas a la falta de riego y mantenimiento en parques, avenidas y zonas residenciales. Mejor dicho, que el Distrito no se preocupa por calmarles la sed en días en que las temperaturas no bajan de 30 grados a la sombra.
“Cuando se construyó la vía para los carriles de Transcaribe se talaron muchos árboles. También notamos que en los alrededores se sembraron algunos, pero no hay una entidad que se encargue del mantenimiento de estas especies, no los riegan, no talan las hojas secas, y por eso los árboles reciben los efectos de este abandono”, explica Jorge Sánchez Hoyos, miembro del grupo investigador. Ese abandono, en la mayoría de los casos, traerá como consecuencia que el árbol nunca crezca lo suficiente como para dar sombra y ayudar a refrescar a los cartageneros.
Sánchez Hoyos recuerda que durante el recorrido para ver todos los árboles observaron que a lo largo de la Avenida Santander y en los alrededores del Túnel de Crespo se identificaron especies como Cocos y Uvitas de plata en estado inerte.
ZONAS PARA REFORESTACIÓN
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EPA TOMA EL CONTROL
El Establecimiento Público Ambiental (EPA) presentó en el barrio Chiquinquirá el plan para proteger el arbolado de Cartagena. La idea, en papel, promete toda una estrategia encaminada a la reforestación urbana, siembra y mantenimiento de los árboles, así como una propuesta educativa y de capacitación a las comunidades para que también realicen y monitoreen el estado de las especies. (Lea aquí:EPA da a conocer plan para proteger el arbolado de la ciudad)
La directora del EPA, María Angélica García, explicó a ElUniversal.com.co que espera que la vegetación contribuya a la salud y bienestar de la comunidad. Que se creen ecosistemas saludables, se diseñen paisajes para la habitabilidad y la integridad cultural, y se habiliten de igual manera espacios de sensibilidad hacia el manejo del agua.
"Tenemos que posicionar a Cartagena como una ciudad líder en silvicultura urbana, donde además se contribuye a la seguridad alimentaria, a la generación de empleo y al reconocimiento del valor ecológico y social del arbolado urbano", resaltó la funcionaria.
Para combatir los efectos del cambio climático, también se proyecta sembrar árboles frutales en barrios periféricos, frente a las viviendas. Los lugares pensados hasta ahora son el Centro Histórico y El Cerro de La Popa. El propósito es que las especies vegetales mitiguen y se adapten a los cambios de temperatura y reduzcan el efecto de calor urbano. Y usted, ¿por qué no siembra un árbol? ¡Y lo cuida!
MÁS DEL GRUPO DE INVESTIGACIÓN
El Grupo de Investigación en Química de Medicamentos de la Universidad de Cartagena es un grupo avalado y con clasificación B de Colciencias. Es dirigido por el profesor Harold Gómez Estrada QF, PhD, docente de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas.
Desde el año 2008 viene realizando estudios etnofarmacológicos que buscan identificar especies vegetales medicinales en la región norte de Colombia en colaboración con el Grupo Tramil y miembros de comunidades de Palenque y Marialabaja, con el fin de crear una base de datos de plantas promisorias de la región.
Participan de este grupo de investigación estudiantes de pregrado en Química Farmacéutica, Química y Biología, y de los postgrados en Ingeniería Ambiental, Ciencias Farmacéuticas, Toxicología Ambiental, y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Cartagena.
DATO
Se estima que un árbol adulto bicentenario como los que se encuentran en Cartagena, transforma cerca de 9000 litros de CO2 durante el proceso de fotosíntesis produciendo igual volumen de Oxígeno (02) y cerca de 12 kg de glúcidos.
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