La mirada de Thalía Segrera siempre se pierde en el horizonte, tal vez recordando cada una de las tareas que debe hacer antes de que llegue el ocaso: dibujar, cortar, coser, crear. Algo que no le molesta en absoluto, es más, se puede afirmar que no hay nada más fascinante para ella que ver uno de sus diseños terminados, una visión hecha realidad.
Su cara de niña contrasta con la serenidad con la que afronta los retos que supone dirigir un taller de diseño a los 25 años, un emprendimiento que resulta de su pasión por la moda y su determinación por hacer de las telas obras de arte.
Thalía estudió diseño en Bogotá, en La Salle College, y tiempo después decidió viajar a Milán para hacer una especialización en moda, en el Instituto Marangoni, trabajó con Ricardo Piñeres e hizo sus pasantías con Alfredo Barraza.
Al llegar a Cartagena, sintió la necesidad de crear su propio espacio y así dar rienda suelta a su exquisita forma de plasmar su pensamiento creativo a través de las costuras y los apliques, siempre sobre maniquíes dispuestos para recrear el mundo onírico que fluye de su mente.
¿Qué tiene Thalía Segrera que está causando sensación?
-Son vestidos de muy buena calidad, propuestas nuevas y diseños exclusivos. Es más, en todo este tiempo no he hecho un vestido igual a otro. Este semestre sí hemos tratado de hacer prendas para vender en almacenes y se parecen un poco, pero siempre con la premisa de que sean originales, únicas y que impacten cuando lo vean porque es mi creatividad.
¿Cómo comienzas el proceso creativo?
-Con mi amigo el maniquí. Empiezo a rayar y a mirar opciones, porque tengo que pensar que todo sea posible de realizar, pues la creatividad de uno vuela. Yo puedo dibujar la vaina más loca del mundo y después cuando llega el momento de elaborarla no puedo. Tengo una visión muy real en mi cabeza de lo que puedo crear pero a veces las personas son temerosas.
Cuando se trabaja sobre medida hay que hablar con la persona, saber qué le gusta o le llama la atención, y luego lo logro interpretar a mi manera. Todo depende del evento, de un color o de la tela.
¿Cómo manejas la presión de tus clientes en la parte creativa?
-Me gusta cuando me dan libertad, y siempre les pido que confíen en mí, porque todo va a quedar divino. Y cuando eso pasa los resultados son mejores. Hay gente que me dice: ‘Hazlo como si fuera para ti’. Eso es super chévere.
¿Por qué abrir tu taller en Cartagena? Sabiendo que hay ciudades que tienen mayores ventajas para los jóvenes diseñadores…
-Me encanta Cartagena y además odio el frío, cero frío… Aquí estoy cerca a mí mamá, a mi familia, al mar y a todo lo que me gusta. Me quedó muy cómodo abrirlo, y rico. Soy de acá y me gusta estar acá. No pensé en otra opción.
¿Cómo lograste armar este espacio?
-Fue duro al principio y se demoró mucho tiempo. Yo quería empezar en diciembre de 2013, apenas regresé de Milán, pero ya era tarde. No había contratado a nadie y fue muy difícil por la temporada. En enero sí arrancamos y ahora somos muchas personas, somos siete y entre todas nos hemos ayudado; yo les hago los moldes, ellas me ayudan a cortar, montamos sobre el maniquí y ellas van cosiendo a mano… Aquí funciona mucho el trabajo en equipo, si no fuera así no sería lo mismo.
Durante Ixel Moda presentaste una colección, ¿cómo lograste estar en la pasarela de Ixel?
-Esa colección fue mi tesis de grado, de la cual me eximieron y por eso me dieron la oportunidad de presentar tres de mis diseños en Ixel. El proceso creativo fue larguísimo, como tres trimestres mientras encontraba el tema, hacia la investigación, presentaba las propuestas y la plasmaba en la tela. Me fue super bien, fue laureada.
Ahora, ¿cómo ves ese primer acercamiento?
-Me veo muy reflejada porque jugué mucho, tuve que pintar y probar materiales nuevos. Mi inspiración fue Jackson Pollock, y diseñé bajo la misma técnica que él. Tenía 10 minutos para crear cada vestido, con un pedazo de tela y pintura.
¿Cuándo tendremos una nueva colección de Thalía?
- Una colección por ahora no, estoy enfocada en lo que estoy haciendo porque eso es un proceso creativo muy largo. Tengo que encontrar una inspiración, investigar, elaborar los conceptos, buscar los materiales y no me ha dado tiempo. Además, quiero que la gente me conozca mi trabajo primero.
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