Roberto Chile (La Habana, 1954) ha sido el fotógrafo y el documentalista de Fidel Castro durante casi tres décadas. No hay una sola pisada y un solo gesto y una expresión de Fidel Castro que no haya tomado con su lente de premoniciones. Incluso, tiene la virtud de fotografiar la magnitud del silencio de su visera verde oliva emblemática de la revolución bajo el resplandor de una estrella blanca, solo para encontrar en cada detalle el rastro de su retratado. Como las manos solas y en primer plano que parecen atrapar un pensamiento, una decisión, un instante de la memoria. Ha grabado miles de horas con Fidel Castro que apenas está digitalizando. Una de esas conversaciones grabadas por él es un encuentro de García Márquez y Fidel Castro.
El testimonio de Roberto Chile es uno de doce entrevistados en el reportaje “Fidel Castro, el hombre detrás del mito”, en el que también participan: Alex Castro, Mariela Castro, Aleida Guevara, Guillermo García, Elián González, Eusebio Leal, Frank Fernández, Katiuska Blanco y Ricardo Alarcón. Este reportaje de 50 minutos fue realizado por los periodistas Jean Michel Leprince y Martín Movilla, para la CBC de Radio Canadá.
Roberto tomó las fotos de Fidel en su visita a Cartagena en 1994, y el recorrido que hizo por la Ciudad Amurallada en coche. Hubo poco antes de ese recorrido una llamada en la que le advertían que no era conveniente hacer el paseo. Fidel le dijo a Gabo que se sentara a su lado. El escritor fue su mejor defensa para disolver cualquier amenaza.
SEÑALES DEL ROSTRO
Roberto Chile es el único fotógrafo que ha captado a Fidel Castro de espaldas con sus índice señalando el horizonte de la izquierda, una de sus mejores fotografías sobre el líder cubano. Es sorprendente su capacidad para retratar augurios: en aquel atardecer de 2010 en el que Fidel apareció en público por primera vez en la Universidad de La Habana, y el lente de Roberto Chile se fijó en el cielo tormentoso en azules y rojos encendidos de aquel atardecer habanero. En sus colores podían verse, como lo dijo el poeta, los designios del cielo. Su intuición lo lleva a vivir con anticipación, acontecimientos de la historia contemporánea de Cuba, en el ámbito social, político, artístico y cultural. Tuvo el privilegio de estar en la entrevista de Fidel con el Papa Francisco, y el instante en que el líder le regaló al Papa la primera edición del libro “Fidel y la religión”. Le sorprendió la lucidez de Fidel.
DETRÁS DEL LENTE
Detrás del lente, hay un hombre sencillo, sensible, jovial y laborioso que cada vez que llega a Cartagena tiene la impresión de que no ha salido de La Habana. Esta vez vino a presentar dos exposiciones en la ciudad. Una, la serie “Somos”, en el Centro de Formación de la Cooperación Española, en la sala El Sitio, que capta aspectos de la relación de los cubanos con la religiosidad afrocaribe. Y otra, “Fidel es Fidel”, que reúne instantes de Fidel Castro en diversos momentos de su vida. Esta serie se exhibió en el Museo de la Presentación.
“Uno sabe cuando sale de casa, pero no sabe cuando regresa, cuando se trabaja junto a Fidel Castro”, me dice en este intenso diálogo que hemos tenido en Cartagena.
“Llegaba a almorzar a casa, y luego continuaba hasta la noche, pero no parábamos. A veces, nos cogía la medianoche editando lo que había ocurrido durante el día y la noche.
Fidel siempre fue un ser impredecible, con una capacidad sobrenatural de trabajo, una personalidad intensa, memoriosa y una vitalidad para romper los protocolos. Un día lo vi firmar con su nombre y dos apellidos, mil diplomas de jóvenes que se graduaban. Mientras lo hacía con dulzura y precisión, observaba todo a su alrededor, sin perder la concentración”.
A Roberto Chile le gustaría hacer una serie sobre Cartagena para retratar el alma gemela de La Habana.
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