Facetas


El pequeño “barrio” detrás de las estibas

Bajando el puente de Bazurto, hacia El Bosque, una “muralla” de madera se extiende por varios metros. Está sobre el costado derecho del Corredor de Carga. Ahí, a la vista de todos, desde hace tanto tiempo que parece parte del paisaje, o ya lo es.

Son las estibas que bordean a La Cuchilla, una callecita de escasos dos metros de ancho, 24 casas -unas humildes, otras no tanto-, donde casi todos sus habitantes son familia, literalmente. Se autodenominan como el “barrio más pequeño de Cartagena”, aunque haga parte de Martínez Martelo. Viven, en su mayoría, de reciclar madera de pino.

“Como nosotros estamos cerca al puerto, ahí se generaba mucha demanda de madera. En el puerto no sabían qué hacer con eso, se fue formando una bola de nieve, los coteros traían la madera aquí y la arrumaban. Así empezaron mi tía, Amelia Liñán, y mis abuelos a comprarla y venderla, hace mucho tiempo. Este negocio tiene unos 60 años”, anota Nelson Elles, nacido y criado en el sector.

En La Cuchilla, a ratos, las partículas de madera aserrada se esparcen por el aire, mientras rechina el sonido de sierras eléctricas y una ráfaga de martillazos ametralla los oídos. En la callejuela de adoquines todos parecen acostumbrados a ese ruido y a ese polvo amarillento, expulsado de la madera al ser cortada por los discos.

En parte del ambiente, el olor a barniz se mezcla con el humo de las tractomulas del Corredor y el hollín puede palparse en la fachada de una que otra casa, un mal propio de cualquier vivienda a orillas de una carretera tan transitada como esa. “Aquí todo el mundo ha sacado a sus hijos adelante con este trabajo. Todos somos familia, yo tengo primos en la casa que sigue, en la otra y en la otra”, explica Yaneth Matute.

Nelson nos recibe en su oficina a las 2:30 de la tarde de un martes. El día parece haber estado quieto y más bien no hay tanto movimiento en el negocio. Las estibas -explica- se utilizan en el transporte o embalaje de carga pesada, en contenedores, pero también en grandes fábricas de la zona industrial de Mamonal y en supermercados.

“Nosotros las reciclamos de los puertos, desarmamos y volvemos armar estibas o guacales con distintas medidas para venderlas a empresas y clientes. La mayoría de la madera que llega aquí es de pino canadiense. Con esa se puede hacer hasta muebles”, cuenta Nelson.

“Este muchacho que viene ahí, llegó hace poco de Venezuela, es herrero, no tenía trabajo y yo necesitaba unos arreglos, entonces lo contratamos. Pero aquí trabajamos, en un 90 por ciento los que vivimos en estas casas, nacimos y crecimos en este sector. Aquí el que no se levanta la comida es flojo, más de 100 personas trabajamos aquí”, agrega.

Junto al de Nelson hay otros cuatro negocios que se dedican a lo mismo. Pero en un extremo del callejón, el más cercano a la Bahía de Cartagena, está el taller de Reinaldo Andrade, un forastero de Puerto Berrío (Antioquia), que se quedó a vivir y se casó con una residente de La Cuchilla. Lleva ahí más de 48 años. Él ha dado a esa madera otra utilidad, últimamente de moda.

“Comencé haciendo tableros de parqués, casas para perros, garzas de madera, ahora hago toda clase de muebles. He salido en Q’hubo varias veces. Veía estibas y carretes por ahí tirados, luché y luché hasta que logré formarme. Ahora se han puesto de moda los muebles hechos con estibas y me ha ido bien con eso, me hacen pedidos de Crespo, Manga, de varias partes”, comenta.

“Ahora que ya he cogido un poco más de fuerza, gracias a Dios, estoy apoyando a muchos muchachos que trabajan conmigo, como tengo clientes de buenas empresas, les busco trabajos que sean mejores. Aquí, como en los otros negocios vecinos, unos duran un mes, dos meses, se van y vuelven”, sostiene.

Para el Mundial de Fútbol Brasil 2014, Carlos “el Pibe” Valderrama, hizo una parada en La Cuchilla atraído por una de las creaciones de Reinaldo.

“Era un carrete grande de madera que yo pinté con la bandera y le puse: “Unidos para el mundial, paz y fútbol, dos corazones”, y la puse ahí. Mucha gente venía y se tomaba fotos en esa rueda. Un día vino un señor y me dijo que “el Pibe” Valderrama quería felicitarme por esa rueda. ¡Era verdad!, un sábado por la mañana llegó, me autografió la rueda y esto se llenó de gente. Me felicitó y me dijo que esto era muy bueno, tengo un vídeo de eso”, recuerda el ebanista, orgulloso.

“Nuestra propiedad”

Una parte de las estibas de madera está amontonada sobre la misma callejuela de adoquines. Otras, entre 3 y 4 mil, sobre el costado de la carretera, tapando incluso los andenes de la transitada vía, donde se estacionan camiones y vehículos para cargar y descargar el material, siendo motivo de quejas ciudadanas. Otra parte está en bodegas y hasta en las mismas viviendas de La Cuchilla.

“El socio mío adquirió un lote en San José de Los Campanos, para clasificar las estibas y ahora las estamos llevando para allá. Cualquiera que pase por aquí, dice que esto es una invasión, pero no, esto es propiedad privada, cualquiera puede venir y yo le explico.
Sí, tenemos algunos espacios (ocupados), de pronto yo no soy el que los estoy cogiendo, pero queremos reunirnos con Espacio Público y con el alcalde menor, para coordinar, hacer unas mesas de trabajo, porque hay que respetar el espacio público, es para todos”, asegura Nelson, en cuya oficina todos los escritorios y muebles son hechos con madera reciclada de estibas.

“Nosotros, con este trabajo, ayudamos a que no se fomente la tala de árboles en Colombia, estamos contribuyendo con el medio ambiente, porque esta madera la reciclamos y reutilizamos. En esto hay algo a favor del país”, afirma.


“SOMOS MARTÍNEZ MARTELO”

Siendo La Cuchilla parte de Martínez Martelo, supuestamente, no pudieron participar en la elección de la Junta de Acción Comunal del barrio. “Hay una pugna, pero ya eso lo estamos manejando e impugnamos las elecciones. Decía mi abuelo que nosotros vivíamos del otro lado (de la vía), por aquí cruzaba un tren y cuando hicieron la carretera nos dejaron acá de este lado, pero esto siempre ha sido de Martínez Martelo, así aparece en la dirección: Martínez Martelo, transversal 38B, sector La Cuchilla, nosotros no somos de El Bosque, como muchos dicen”, asegura Nelson Elles.

COMPROBAR TITULARIDAD
Javier Enrique Jaramillo Martínez, alcalde de la Localidad Histórica y del Caribe Norte, afirma que los residentes de La Cuchilla, deberán comprobar ante un inspector de Policía la titularidad de unos espacios que ocupan con bodegas y estibas. “Eso está en competencia del inspector. Ellos tienen años ahí y alegan que tienen la titularidad de los espacios. Hay que revisar todo eso y tomar las acciones pertinentes”, sostiene Jaramillo. Asegura que desde el Distrito se prepara la “maquinaria”, para comenzar a aplicar el nuevo Código de Policía en puntos neurálgicos de la ciudad.

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