Esparrin: ¿se acaban sus minutos en Cartagena?

Cuando estudiaba tenía en mi mente que quería ser futbolista. Participé en la Liga de Bolívar en el 2007, con una fundación que todavía existe, se llama Colombia Nueva.

Llegamos a la final, fuimos subcampeones, y del equipo de ese entonces preseleccionaron a cinco jugadores para representar a la Selección Bolívar, entre esos estaba yo. Pero por ser personas que no nos conocía nadie, no teníamos contactos, hoy en día no somos jugadores profesionales, talento sí había. Al final no nos escogieron, no contamos con suerte, ni con apoyo, eso es fundamental.

Soy Jeferson Silgado Camacho, comencé a trabajar como esparrin a los 14 años, un señor que vivía detrás de la casa, en el barrio Nelson Mandela, como me veía haciendo nada me llevaba a camellar en los buses, con eso yo colaboraba con mi familia y me pagaba los útiles escolares.

Mi papá era vendedor ambulante en el Mercado de Bazurto, mi mamá nos cuidaba, les quedaba un poquito difícil mantenernos a mí y a mis tres hermanos, yo soy el segundo de todos. Dejé de esparriar un año después, porque me dediqué al colegio.

Recuerdo también que cuando estaba en grado 11 participé en un semillero de matemáticas de la Universidad de Cartagena. Escogieron tres estudiantes con el mayor puntaje de matemáticas para ir a representar al colegio Bernardo Foegen, que tiene sedes en Arroz Barato, en Policarpa y en Nelson Mandela, donde yo estudiaba.

No pude seguir en el semillero porque la beca no era total, era del 70 por ciento y en mi casa no contábamos con ese 30 por ciento restante, tuve que perder la oportunidad. Eso siempre me ha dolido, porque me gustaban las matemáticas, quería y no podía, porque no tenía el dinero. Entonces, eso que dicen por ahí de querer es poder, en estos casos no es cierto.

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Me gradué a los 18 años, en el 2007, y comencé a practicar fútbol, cuando ya vi que no tenía los medios para seguir, porque a veces se necesitaban un par de guayos, las medias, las canilleras, en mi casa me colaboraban con un poquito pero no con todo, entonces cuando ya terminamos en el proyecto de la fundación, me quedó difícil seguir. Entonces, en el 2010 comencé a trabajar otra vez de esparrin. A mí nunca se me pasó por la cabeza hacer este trabajo, quería ser futbolista profesional.

De la casa estoy saliendo a las seis de la mañana todos los días, por muy temprano puedo terminar es las ocho de la noche. Este es un trabajo que con las temperaturas y las calores que están haciendo, cuando regreso a mi casa por los menos yo no me baño, después de estar todo el día en el sol a esa hora uno bañarse más adelante puede traer unas consecuencias fatales.

Uno no puede ocultar la verdad, así como hay esparrin mal educados, antipáticos, así hay choferes, así también hay pasajeros que no saben expresarse.

Es un trabajo difícil, al que no está acostumbrado le da duro. Hay que correr, hay que subir, bajar. Ayer, producto de un choque que tuvimos con una moto, me lesioné los dedos de la mano, estoy trabajando así porque tengo que llevar plata a mi familia.

A uno no le pagan seguro, uno aquí está a la deriva, cualquier cosa que a uno le pase nadie responde, ni el dueño del carro. Hay días buenos y días malos. En estos momentos las cosas están difíciles con lo del Transcaribe, anteriormente uno salía a la Avenida Pedro de Heredia y había bastante pasajero. Ahora mismo no.

La competencia es más grande. Por los menos, ya salió la ruta de Villagrande, la de Pozón-Crespo, y la semana antepasada estuvieron los buses de Transcaribe visitando esto por acá arriba. Lo que se escucha es que los de Blas de Lezo también van a salir. Unos esparrin, de esas rutas que han salido, se han ido a otras rutas, otros no sé decirte en qué andan. Son cosas que le preocupan a cualquier persona que tenga obligaciones y que tenga que mantener a una familia.

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No todo ha sido malo, este trabajo es el ingreso que yo tengo para mis tres hijas. La mayor, de ocho años, la cuida la abuela, la segunda está con su mamá y la última vive conmigo y mi esposa. También pago los servicios, el arriendo, pago 270 mil pesos con los servicios incluidos, el cable es aparte, tengo Directv prepago, lo pago cuando puedo. He podido colaborar a mis hermanos y a mi mamá.

Ahora tengo 26 años, mi idea es estudiar, prepararme, en este momento no puedo decir que sí lo voy a hacer porque no tengo los medios, cuando tenga tiempo, tal vez el otro año, ahora más con eso de Transcaribe.

En mi ruta de Socorro a Jardines hay 62 buses, trabajan dos choferes y dos esparrin por bus. Si me dicen que van a quitar la ruta, ¿qué voy a hacer después? Esa es una pregunta a la que no tengo respuestas, hasta esas personas que hoy en día están preparadas, que tienen un título, se les hace difícil conseguir un empleo de la noche a la mañana, ahora uno, que solamente está haciendo esto. En mi caso sería algo fatal.

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