Facetas


Fabio Hencker, guardián del corazón de los niños del Caribe colombiano

GUSTAVO TATIS GUERRA

15 de enero de 2014 09:33 AM

Detrás de ese ser que cruza los pasillos del Hotel Santa Clara con pasos lentos, hay un sereno y sabio corazón cuya devoción ha salvado miles de vidas. Varias veces ha esquivado este diálogo para este retrato como un guardián de niños enfermos del corazón. Él se sonríe y dice que los guardianes y ángeles son otros y otras. Ha sido de alguna manera un artífice discreto pero fecundo en el destino de estos niños y niñas de Cartagena y el Caribe colombiano,  que han tenido alguna afección leve o grave en el corazón.

Fabio Hencker Villegas,  director social de la Fundación Cardioinfantil de Bogotá, ha sido sin duda,  el insoslayable guardián de más de trece mil niños de escasos recursos a los que la Fundación Tiéndele la Mano a un Niño, ha detectado en Cartagena y regiones vecinas, y a quienes se les ha intervino oportunamente para salvarles la vida. Viene religiosamente cada enero al Cartagena Festival Internacional de Música, asiste a los conciertos y mantiene desde hace más de medio siglo una presencia activa en la vida cultural de la región Caribe y el país. Hace más de treinta años era el director de relaciones públicas de Intercor y director de la revista Lámpara. Muchas veces vino a Cartagena a solicitarle a Alejandro  Obregón y Enrique Grau una ilustración para la portada de la revista. Hencker fue asistente del director que reemplazó al poeta Álvaro Mutis en aquellos años que él ahora recuerda con cierto pudor, luego de que se descubriera un escándalo que llevó a la cárcel de Lecumberry en México a uno de los más grandes poetas que ha dado Colombia, implicado en una situación desafortunada que volvió a recordarse con su reciente desaparición. Más allá de cualquier cuestionamiento ético y  moral, el  poeta dispuso de unos recursos económicos de la Esso para financiar iniciativas de amigos escritores y poetas, y no lo hizo para beneficio personal, lo que le costó la privación de la libertad en México.

De esto no vamos a hablar ahora sino del trabajo silencioso  y maravilloso de este ejecutivo y hombre sensible y amante de las artes que es Fabio Hencker Villegas. Él me habla siempre de su viejo y desaparecido amigo Germán Vargas, de la vida cultural de Cartagena y de la necesidad de ambientar previamente a los espectadores de los festivales musicales, artísticos y literarios para que se conecten con la esencia de las obras presentadas. Siempre me trae una sorpresa literaria de sus lecturas predilectuas. Uno de los novelistas preferidos es Orhan Pamuk, cuyo Museo de la Inocencia es un viaje a las sensaciones y a las vivencias de los objetos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos sobreviven con su misteriosa presencia.  Fabio es un conversador magnífico con un gran sentido de la observación y un sofisticado sentido del humor. Y sobre todo, con un espíritu humanístico. Un hombre que disfruta de la contemplación de los matices de verdes de la sabana de Bogotá en su refugio dominical de su finca cafetera, mientras lee poemas, cuentos y novelas.

¿Cuándo empezó esta tarea con niños del Caribe colombiano con problemas del corazón?
Hace 16 años. El ángel de la guarda de esta misión la han asumido la periodista Maruja Parra y Leonor de Giraldo, a través de la Fundación Tiéndele la Mano a un niño, una campaña social del diario El Universal.  Creo que esta tarea ha tenido seres imprescindibles y atentos como ellos, el equipo médico, el papel que ha cumplido el cardiólogo infantil Julián Roca ha sido clave, al igual que el radiólogo José Luis Puello,  la odontóloga Viveca Polo y Rubén Giraldo; Maruja Parra, Charito Salas, Carmen Navarro, Lourdes Giraldo, Maria inés Morales, entre otros. Cartagena abrió la puerta de Barranquilla y la de Valledupar y Montería.

¿Cómo es el proceso que se cumple para intervenir al niño en la Fundación Cardioinfantil en Bogotá?
Luego que se diagnostica al niño con una afección cardíaca se inicia el proceso para hospitalizarlo en Bogotá. Leonor diligencia los tiquetes, el pago de los impuestos aeroportuarios. El niño va acompañado de su madre. Es curioso: el 85 por ciento de estos niños que han sido atendidos en la Cardioinfantil siempre han estado acompañados de sus madres. Un 15 por ciento por sus padres. Cuando el niño llega a Bogotá nosotros lo esperamos en el aeropuerto y lo llevamos al Hogar de Paso, que está a cinco cuadras del hospital. Este hogar de la Fundación Nuevos horizontes”, ha sido creado especialmente para prestar un mejor servicio a los pacientes que vienen de otras ciudades del país.  El primer paso que hacemos con el nuevo paciente es brindarle toda la confianza tanto al niño enfermo como a la madre. Este hogar permite que la madre no se aleje del niño. Allí mismo tiene su alimentación y tiene su habitación. Contamos con 25 camas.

¿Qué experiencias han tenido con niños que viven en zonas rurales muy distantes de la ciudad?
Hace unos años cuando no existían los teléfonos celulares y la tecnología de Internet, el asunto era más complicado. Recuerdo que en un corregimiento cercano a Sahagún tuvimos un niño al que nos dificultaba comunicarnos con sus padres. Ellos tenían que caminar un largo cam ino para poderse comunicar con nosotreos. Hoy las cosas han cambiado, pero incluso hoy, ocurre que muchos campesinos dejan su celular en casa cuando salen al pueblo los fines de semana, y la comunicación se pierdeNadie puede imaginarse que un celular quede guardado un sábado en una alacena.

¿Cuéntenos un poco de las condiciones de vida de estas familias?
Los niños que hemos atendido en la Cardioinfantil provienen de hogares muy pobres,  hogares esencialmente buenos y dignos, frágiles en sus economías y en sus maneras de sobrevivir. Cuando el niño regresa a su casa la comunicación no acaba allí, A lo largo de estos años, hemos visto crecer a esos niños que pasaron por la Cardioinfantil.  Algunos de ellos son ya padres de otros niños. Cada diciembre, la fundación en Cartagena celebra la Navidad con  estos niños en un salón que les presta el Hotel Almirante Cartagena. Es una tarea muy noble. La solidaridad requiere de muchas manos, de más espíritus que hagan sostenible un trabajo como este.

Una lámpara en el tiempo
Fabio no puede creer que han pasado ya treinta años desde que dedicó una edición monográfica de la revista Lámpara a Cartagena de Indias, con  ilustraciones y pinturas de Alfredo Guerrero y Dalmiro Lora. Recuerda que la vez que fue a buscar una ilustración donde Obregón, muy temprano el artista batallaba entre alcoholes y trementinas. Los silencios del artista estaban salpicados de gracia creativa.  Ahora en el jardín sueña con el corazón salvado de los niños.
La Fundación Tiéndele la mano a un niño es una campaña social de El Universal,  con un equipo humano integrado por Leonor de Giraldo,  Maruja Parra, el cardiólogo Julian Roca, el radiólogo José Luis Puello, odontóloga Viveca Polo y Rubén Giraldo, Charito Salas, Carmen Navarro, Lourdes Giraldo,  entre otros. La Fundación Nuevos Horizontes,  ofrece albergues a niños de escasos recursos  de diversas regiones del país, con  patologías cardiovasculares.

Lea más sobre la Fundación Tiéndele la mano a un niño

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