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Hans Blumenthal, un alemán comprometido con el postconflicto

NACIRA BADRÁN MUÑOZ

23 de febrero de 2015 12:42 PM

Hans Blumenthal dice no ser profeta, pero aun así recuerda con mucho detalle una entrevista que dio en una ocasión al periódico El Universal de Venezuela, a finales de los 80, en la que le preguntaron si creía que habría unidad en su natal Alemania.

Sin dudarlo, Blumenthal dijo: “Seguro que se van a unificar, pero no estoy seguro si esto pasará en mi tiempo de vida”. Seis meses después el mundo fue testigo de la caída del Muro de Berlín y luego de poco más de un año, Alemania era una sola.

Este personaje sabe que se equivocó en el tiempo para que la unidad llegara al país europeo, pero no estuvo errado en la esperanza de un mejor vivir para sus connacionales.

Es la misma forma en la que ahora cree que se firmará el acuerdo de paz que se negocia en La Habana (Cuba), por lo que ya se prepara para enfrentar el postconflicto, con los más afectados por las Farc: los campesinos.

Hoy, la labor del director de la Fundación Evolución Caribe está centrada en el trabajo con la comunidad Zenú en Tuchín, Momil y San Andrés de Sotavento, 3 municipios de Córdoba interesados en la importancia de los indígenas para el país luego de una eventual firma de paz.

“La comunidad de esos tres departamentos expresa mucho interés en participar y hacer más que quejarse. La cuestión es que se logre algo, que llegue un proyecto, que no sea solo otra capacitación más”, expresa Blumenthal.

Para él, no habrá progreso, por más reformas y políticas agrarias que se creen, si no se prepara a la comunidad para participar activamente, para ser algo más que una masa que pide y se queja, y convertirla en individuos con ideas claras que puedan ser convertidas en un proyecto viable.

“Siempre dicen que la participación activa de la población es decisiva, pero nunca es parte de un programa”, comenta el experto en el conflicto colombiano.

“Estamos convencidos de que sin participación activa de la población civil todos los esfuerzos no sirven para nada, no van a ser sostenibles”, agrega.

Es por esto que en esta ocasión, el enfoque de la Fundación Evolución Caribe está en preparar a la población para ser partícipe, para que no solo esté preparada para protestar y exigir, sino para hacer un diagnóstico de su región que se convierta en propuestas calificadas que puedan ser aplicables y recibidas por el Estado.

Blumenthal tiene la certeza de que este trabajo podría ser más amplio, más allá de los tres municipios en los que ahora trabaja. Lo sabe porque hace un par de años fueron identificados 24 territorios de la Costa Caribe a través de un programa llamado Diálogo Rural. La intención, dice Blumenthal, es trabajar en estas áreas, para lo que escribieron una solicitud a los ministerios de Agricultura y del Interior, y determinar cuáles organizaciones sociales de esas zonas son serias, cuáles son sus capacidades y qué tendrían que hacer ellos como fundación para aumentarlas, preparando el terreno para la participación de la población civil.
 

De esta forma se crearía una red de organizaciones sociales en el campo. Lamentablemente, según Hans Blumenthal, ese trabajo se abortó porque la financiación extranjera que recibían tomó otros rumbos en vista de la grave situación que vive Europa y el mundo árabe con las acciones del grupo Estado Islámico.

Ahora, dice el alemán, aunque se continúa trabajando en aquellas tres poblaciones de Córdoba, la mayor cantidad de trabajo vendrá cuando se firme el acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y las Farc, en La Habana.

“Sin la firma no hay tanto. El Gobierno hace cosas en el campo, pero no tan masivamente como se necesitarían, son realmente décadas de olvido (a las que han sido sometidos estos campesinos)”, dice Blumenthal, quien mencionó regiones del país tan perdidas del Gobierno, donde la guerrilla se convirtió en la autoridad.

“Algunos de quienes están en estas comunidades creen en el acuerdo y en lo que se está haciendo en La Habana. Otros, como los que están en los Montes de María, no confían mucho porque siempre los engañaron. Uno puede entender ese escepticismo. Hay mucho escepticismo frente al Estado por la mala experiencia, por el olvido, por la combinación de luchas con paramilitares”, agrega.

Este proyecto, dice el director de la Fundación Evolución Caribe, va hasta abril de este año. “Esperemos que se prolongue y que realmente salgan propuestas precisas, con cifras. Nosotros tenemos la capacidad de juntarlos con autoridades para que pase algo. Si se prolonga el proyecto, más allá de abril, puede haber un plan territorial para ellos”, explica.

“No se ven vencidos”
Hans Blumenthal participó en el intento de diálogo de paz que se hizo en San Vicente del Caguán donde, según contó a El Universal en una publicación anterior, conoció a “guerrilleros intransigentes, con los que no se podía llegar a nada”.

Ahora, analizando las negociaciones con las Farc, habla de este grupo guerrillero como sujetos que no se sienten vencidos, un grupo al que el Gobierno anterior atacó hasta que pudo para liquidarlos y que no lo logró, pero dice que son personas conscientes de lo reducidos que se encuentran en el momento, más por el paso del tiempo que por una acción militar.

“Ellos ven que realmente el tiempo de la lucha armada pasó (…) Una vez Navarro Wolf explicó qué aburrido es ser guerrillero, en el diario vivir no haces nada, esperas que termine de llover y llueve y llueve y todo es verde y no pasa nada y no vienen nuevos libros, no hay Internet, la existencia de guerrillero es aburrida”, reflexiona Blumenthal, rematando con la frase: “El tiempo, el desarrollo mundial, les ganó a las guerrillas”.

En todo caso, el economista y sociólogo tiene fe en las negociaciones en La Habana y espera que el acuerdo se firme en el tiempo del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

¿Por qué se quedó?
Hans Blumenthal está en Colombia desde 2005 y lleva 5 años en Cartagena. Obviamente no olvida su tierra y viaja a Berlín cada vez que el trabajo le deja tiempo. Pero asegura que se quedó en este país y específicamente en esta ciudad costeña “porque hay más espacios para hacer algo (…) Este lugar es magnifico, a pesar de los problemas”.

Para el exdirector de la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia, Fescol, el engaño y la falta de legalidad es un gran drama para nuestro país. Razón por la que considera que “lo más importante, especialmente en las regiones rurales, es construir estado de derecho, esto implica participación de la gente, administraciones más eficaces y menos corruptas, una justicia que no solo trata bien al rico, sino al pobre”, opina Blumenthal, quien remata diciendo que aunque eso se ha logrado, en parte, en las grandes ciudades, en el campo no se ha conseguido esa igualdad por la que él ahora trabaja.

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