Isaura Barrios celebró un día especial

No tenía un cantante que amenizara su fiesta, su vestido tampoco fue el más costoso, ni siquiera contaba con un estilista que la maquillara y peinara; y, aún así, Isaura Barrios, era la quinceañera más especial de todas.
El reloj daba las 8 en punto y ya los más de 60 invitados estaban ansiosos por ver cómo había quedado.
Mientras eso ocurría, los papás de la cumplimentada, junto con algunos vecinos del barrio Las Gaviotas, corrían de un lugar a otro procurando que todo saliera perfecto.
Decoraron la calle con globos, de colores brillantes, de esquina a esquina, barrieron los andenes y hasta quitaron la reja que dividía su casa con la del vecino, para que la pista de baile fuera lo suficientemente grande.
Y es que la quinceañera meses antes de la fiesta había hecho algunas exigencias que eran importantes para ella incluir dentro de la celebración.
“Dulces, muchos dulces, gente para bailar, todos deben bailar, y un vestido muy largo para mí”, dice la quinceañera.
Es muy poco lo que se le entiende cuando habla, pero tiene una capacidad impresionante para expresar por medio de gestos y señas lo que quiere decir. Es de esas personas que, con sólo mirarte, manifiesta todo.
Para que no surgiera algún contratiempo(que Isaura amaneciera enojada, triste, amargada o sin ganas de ver a los asistentes) sus papás desde que comenzó este año le recordaban todos los días que el 30 de junio sería su fiesta de quince años.
La joven practicó en muchas ocasiones el tradicional vals, el saludo, la sonrisa, el trato a los invitados pero, sobre todo, tuvo el tiempo necesario para escoger la moda y el color de su vestido de quince.
Pasadas las 8 de la noche se vio asomar en las escaleras de un segundo piso una joven, que más bien parecía una niña, de mirada tímida y sonrisa nerviosa. 
Se veía tan asustada, como casi nunca se le ve, porque si algo la caracteriza es lo confiada y segura que se muestra ante conocidos y extraños.
Cambió el short, los pies descalzos, la camisilla y el cabello desordenado en la cara, por un espléndido vestido azul satinado, tacones y cabello lacio.
En el último peldaño de la escalera la esperaba Isaac, su padre, la persona que más la protege en la vida y quien desde el momento en que supo que vendría al mundo con esa condición de niña especial la amó sin medida.
Sonó la primera pieza del vals y ya Isaura sabía exactamente lo que tenía que hacer. Dejó a un lado los nervios y se dispuso a bailar con su padre.
Mientras bailaba, no podía contener las lagrimas. Sin embargo, en medio de su llanto no se detuvo un solo momento y bailó incluso después con varios primos y un vecino.
Es una niña extraordinariamente inteligente. Había sido testigo del esfuerzo que hizo su familia por hacerla feliz ese día y, tenía razón, fue un sacrificio enorme.
Teletón familiar
 Entre todos aunaron esfuerzos e hicieron una especie de teletón familiar para poder asumir los gastos de la fiesta y del vestido, zapatos, peinado y maquillaje de Isaura.
No sólo fue un sacrificio económico, pues casi toda su familia vive en Barranquilla y Nerviti(Bolívar), de modo que viajaron para acompañarla en su quinceañero.
¿Quién es Isaura Barrios?
Es una niña como cualquiera otra, pero un poco más especial.
Hace 15 años sus padres: Yerlis e Isaac estaban emocionados con el nacimiento de su tercera hija, a quien llamarían Isaura.
Ese mismo día del nacimiento algo extraño ocurrió: la bebé no lloraba y por su apariencia física sabían que algo no andaba bien.
Sólo hasta ese instante, los padres de la criatura descubrieron que se trataba de una niña especial. Aún cuando la noticia los tomó por sorpresa, la amaron sin ningún reparo.
Ambos recibieron orientación psicológica y aprendieron los cuidados que debían tener. Una especialista en ese momento les dijo que lo más probable era que Isaura tuviera problemas del corazón. Por fortuna, eso nunca sucedió.
Siendo pequeña no lloraba, no tomaba leche materna. Era como si en la casa no viviera un bebé.  
Poco a poco fue formando una personalidad muy particular. Isaura es muy chistosa, hace bromas todo el tiempo y le encanta jugar fútbol con sus amigos.
Le fascina estar en la calle  y a pies descalzos. Detesta cuando su papá le grita (en constantes ocasiones) que entre, que no hay más calle.
Isaura estudia becada en la Corporación de Educación Especial Mente Activa, ubicada en el barrio El Carmelo. Ahí cursa el nivel seis.
De las cosas que más ha aprendido es a ser una niña independiente. Va al baño sola, se cepilla los dientes, se peina, se baña y hasta escoge la ropa que quiere usar.
Esta entrevista se realizó dos días después de la celebración y la quinceañera seguía literalmente amanecida. En frases que no logro entender; y, cubriéndose la cara, me dice: “Yo fui feliz, mucho, ese día”.