Quería marcar la diferencia y por eso esquivó durante sus primeros años un destino que, quiera o no, tenía trazado. La música ha vivido siempre en el corazón de su familia. De su tatarabuelo, su abuelo, su papá, su hermano, su hermana. Un día cualquiera eligió seguir ese mismo camino.
Con la inocencia de una niña de siete años, le preguntó a su papá por qué a sus hermanos les enviaban muchos regalos y a ella no, y por qué ellos eran tan conocidos. Una simple respuesta fue suficiente para que, a partir de ese momento, se propusiera hacer sonar su nombre en el mundo de la música.
Primero agarró una guacharaca, pero no la convenció. Al siguiente día una caja, pero tampoco llenó sus expectativas y fue al tercer día, al cargar un acordeón, que comenzó a descubrir lo que hasta hoy es su más grande pasión.
Su papá, Jaime Arrieta, un reconocido maestro en Arjona, que creó hace 24 años la escuela ‘Amigos del Arte’, por la que han pasado cinco reyes infantiles en el Festival de la Leyenda Vallenata, la formó y le dio las pautas para consagrarse como una de las mejores acordeoneras de Bolívar.
Ella se llama Jeimy Arrieta Ramos y en 2007 se convirtió en la primera acordeonera coronada como reina vallenata. Antes ninguna mujer había ganado ese título. Ese año, participó en la categoría infantil y demostró todo su talento en los aires: paseo, merengue, son y puya.
“Tenía 10 años y, como era muy niña, no comprendía el significado de una reina vallenata... Recuerdo que concursé en la noche y me fui para donde estaba mi familia, entre el público. Se hizo de madrugada y me quedé dormida, y llegó una cantidad de periodistas a decirme que yo era la reina. Realmente no les presté atención. Me cargaban, me zarandeaban y al siguiente día fue que entendí, cuando me explicaron”, narra la arjonera.
Jeimy tiene ahora 20 años y se está formando como maestra en música en la Institución Universitaria Bellas Artes. Ya dejó de ser la niña que todos recuerdan y se convirtió en una mujer decidida, que sigue enamorada del acordeón, pero con ganas de mostrar una nueva faceta en la música.
Eso, sin dejar de aprovechar las oportunidades, como por ejemplo actuar para televisión. Participa en ‘La Cacica’, la novela sobre Consuelo Araújo Noguera de Canal Caracol, donde hace el papel de una talentosa joven acordeonera. “Nunca había pensado en ser actriz, pero todo lo que se me presente en el camino lo voy a recibir porque uno no sabe al final con qué se va a quedar”.
¿Cómo cambió tu vida después de ganar en el Festival, siendo tan niña?
-Ya no era el mismo tiempo el que compartía con mi familia. Los fines de semana ya no me podía quedar en la casa porque me tocaba viajar a cumplir compromisos con la Fundación, pero del resto fue normal. Siempre fui la misma persona, antes y después de ser reina vallenata.
¿Qué tan difícil es para una mujer surgir en el mundo del vallenato?
-Desde mi experiencia no puedo decir que he sido víctima del machismo ni nada de eso, porque he tenido la suerte de que a donde voy me reciben con los brazos abiertos, pero también puedo hablar desde la experiencia de otras niñas y sí les ha tocado muy duro, porque las rechazan. Creo, sin embargo, que el vallenato ha evolucionado mucho y todo es un proceso. Antes no estaban acostumbrados a ver a una mujer pero ya hay quienes prefieren tener a una mujer en una fiesta tocando.
¿Qué proyectos tienes para 2018?
-Me quiero lanzar como solista, cantando y tocando acordeón. También estoy haciendo varios castings para novelas, pues me quiero vincular a la actuación y también seguir estudiando, y avanzando con la música. Lanzarme como solista es un proyecto que apenas estoy organizando y la idea es hacer algo totalmente diferente. Mostrar una faceta mía distinta. Es una apuesta que voy a hacer tocando y cantando vallenato clásico, moderno, alternativo, fusiones.
¿Cuál ha sido el momento más bonito de tu vida?
-Han sido varios: cuando gané en el Festival y cuando fui a Argentina, en 2008, a un concierto para niños de Latinoamérica a tocar con Alejandro Sanz, Shakira, Paulina Rubio y Calle 13. Esos han sido los momentos que más han marcado mi vida y mi carrera musical.
Y el más triste...
-Sin duda la muerte de mi hermana Wendy en un accidente de tránsito, en enero de este año. Yo no sabía qué era perder un ser querido, no sabía qué era la tristeza, no sabía qué era una depresión, no sabía qué era quedarse en una habitación por semanas sin comer ni dormir bien. Mi familia quedó muy devastada y a mí me tocó sacar fuerza de donde no la tenía.
¿Cómo es Jeimy en tarima y fuera de ella?
-En tarima soy un poco seria, tímida, pero fuera de ella soy extrovertida, me río mucho... Y creo que debe ser todo lo contrario, pero es porque me tomo muy en serio mi papel y cuando bajo ya vuelvo a ser la misma persona cariñosa y amable.
[bitsontherun SDjBnepV]
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