Facetas


Joce Daniels: el historiador que desafió al rey de España

GUSTAVO TATIS GUERRA

01 de julio de 2018 12:00 AM

Nació al pie de la albarrada de Talaigua Nuevo, en julio 28 de 1948, y aprendió las primeras letras de la mano de su padre, el maestro rural Tomás Daniels, de ancestros sefardíes, y de su madre, Ana García, de ancestros chimilas.

Las primeras historias las escuchó viendo llegar y partir a la gente en el caudaloso e impredecible río Yuma, nombre indígena del río Magdalena. Fue becado en el Colegio Nacional Pinillos, de Mompox.

Su vocación sacerdotal lo llevó al Seminario Nacional de Cristo Sacerdote, de la Ceja, Antioquia, pero se retiró al culminar el ciclo de filosofía.
Se vino para Cartagena, y estudió Derecho en la Universidad de Cartagena. Se consagró a la docencia en colegios de bachillerato y en universidades, y desde muy temprano, su verdadera vocación fue escribir crónicas, narraciones de ficción, ensayos y la investigación histórica.

Su desparpajo humano y antisolemne, no le ha permitido llevar más honores que el que le pusieron sus vecinos de Talaigua: Marqués de la Taruya. Ser ciudadano de esos reinos de agua y vegetación exuberante, lo colma de felicidad y de orgullo de hombre ribereño.

No se cambia por nadie. No quiso llamarse José como todos, sino como suena la sílaba de su nombre, entre sus propios vecinos; sin s y sin tilde: Joce.

Es Joce Daniels García, autor de “El millero encantado” (novela), “Un buque fantasma aún pena en el Puerto de Magangué”, “Ciudad valiente” (novela) y “Mitonario Daniels: Nuevo Diccionario Académico de Mitología Universal”, entre otros.

Es el fundador de la Asociación de Escritores de la Costa y del Parlamento Nacional de Escritores Colombianos.
En la tarde del viernes 28 de junio de 2018, se posesionó como nuevo Miembro de Número de la Academia de Historia de Cartagena de Indias, con una investigación de más de cien páginas que tituló “Juicio a Fernando VII y a Pablo Morillo por los crímenes en las provincias unidas en la Nueva Granada”.

¿Qué documentos históricos le sirvieron de sustentación para su investigación?
- Uno de los más interesantes documentos es el de Lino de Pombo sobre el Sitio de Morillo, en el que narra quiénes defendieron la plaza de Cartagena, en 1815, en aquellos meses sitiados, en los que murieron seis mil cartageneros de hambre. Hay un documento escrito por Antonio Nariño, quien utiliza el nombre de Enrique Somoyar, amigo comerciante cartagenero para referirse al sitio de Pablo Morillo. Nariño estuvo preso en Cartagena en donde hoy se encuentran Las Bóvedas.
Siempre busqué las fuentes primarias para esta investigación y confronté las fuentes degradadas o sesgadas. En mi ensayo que he presentado a la Academia de Historia de Cartagena de Indias, he actuado como acusador y defensor, particularizando, estudiando cómo reaccionaron la ciudad y el país, entre 1820 a 1920, ante estos acontecimientos históricos.

¿Quién era Pablo Morillo? Era un experto en armas, e impulsador de guerrillas en su tiempo para defender la autonomía de España y de Carlos IV y más tarde de Fernando VII, contra los ejércitos de Napoleón. Vino enviado por Fernando VII, a cumplir la terrible misión de reconquistar a Cartagena para el poder español, la fortaleza más importante.
Si caía Cartagena, caían con ella todas las provincias. Morillo estuvo durante 180 días concentrado en la ciudad, para diseñar su sitio.

¿Cómo juzgar a Fernando VII y Pablo Morillo, luego de más de dos siglos de estos episodios trágicos de nuestra historia?
-Hubo juicios a Fernando VII y a Pablo Morillo en su tiempo, y hubo reacciones no solo en la Nueva Granada sino en la misma España. Los delitos de lesa humanidad no preescriben. El Conde de Toreno, en España, reaccionó ante los miles de muertos en Cartagena y en las provincias de la Nueva Granada.
Pablo Morillo, como ya lo había hecho con los civiles de las fronteras de Francia, según el Juicio que el Parlamento español, en 1823, cumpliendo órdenes expeditas del Rey Fernando VII, atemorizó, creó miedo y terror en la naciente República, aplicó todas las formas de tortura y de muerte a la población civil: el fusilamiento, el hambre, la horca, la delación, la decapitación, el descuartizamiento, la demagogia, la violación y la flagelación.

Él aplicó la orden dada por el rey Fernando VII de “arrasar con los sediciosos”.
Nuestra petición al ingresar a la Academia de Historia de Cartagena de Indias, es la misma que suscribimos en una carta firmada por un centenar de escritores en el Parlamento Internacional de Escritores, en agosto de 2015: Que su Majestad Felipe VI de Borbón, en su condición de heredero de la dinastía de los Borbones, ofrezca disculpas al pueblo de Cartagena, la de Indias y a la nación colombiana por las siete mil quinientas (7.500) muertes producidas por Morillo en el territorio sin ninguna fórmula de juicio y se le despoje del título de Conde de Cartagena de Indias, que en 1819 le diera el rey Fernando VII por su “triunfo” en la fortaleza de la ciudad Heroica.

¿Cómo reacionó la academia de la ciudad ante esta propuesta?
-Ante la conferencia han manifestado que se trata de una investigación rigurosa, seria y documentada. Creo que la Academia de Historia de la ciudad se abre a nuevas posibilidades de debate histórico.
Cartagena, por su parte, después de esos hechos ocurridos hace más de doscientosa años, no ha logrado reponerse, y esa tragedia marcó a la ciudad del siglo XIX, la del siglo XX, hasta nuestros días. Muchas familias locales murieron, se fueron de la ciudad, naufragaron en su viaje a Jamaica y Haití tras el llamado solidario de Petión. Otras quedaron sumidas en la miseria, la persecusión, el terror de ser condenados, y la postración física y moral. Fue un daño descomunal que la historia ha querido minimizar.

En mi investigación enumero a los defensores de la ciudad, los que fueron fusilados y descuartizados en cada una de las provincias de la Nueva Granada, que suman más de doce mil muertos, y propongo que la nación colombiana no pase en alto estos juicios de la historia, en los que tanto Pablo Morillo como el rey Fernando VII, son tipificados por el estatuto de Roma, como criminales.

En España y en Colombia se ha intentado minimizar o hacer invisible, la dimensión sangrienta de estos episodios que desencadenaron daños y traumas inexorables en la vida de la región y la nación. La Cámara de España también ha querido limpiar estos juicios históricos.
Al eliminar el Título de Conde para Pablo Morillo, sus descendientes no recibirán más apoyos estatales por ese título.

Epílogo

La ponencia de Joce Daniels en el auditorio del Museo Naval del Caribe dejó en vilo a sus asistentes, luego de un recuento de los episosios sangrientos que ocurrieron en Angostura, Bogotá, Cartagena, Chocontá, Girón, Lérida, Málaga, Mompox, Ocaña, Popayán, Socorro, Turbaco, Villa de Leiva y Zipaquirá, entre otras provincias, en el tránsito hacia la Independencia de Colombia.

A Joce Daniels le parece inaudito que en la página de la Presidencia de la República de Colombia, en 2010, se recordara con honores a Pablo Morillo, artífice de esa tragedia nacional.

Luego de trece de años de pesquisas obsesivas y obstinadas, su ponencia es un libro aún inédito que lo ha convertido en uno de los miembros de la Academia de Historia de Cartagena de Indias.

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