Facetas


La mejor foto de mi vida

El destino los puso allí, frente a estas escenas increíbles, dolorosas o felices. Ellos las inmortalizaron en imágenes y las guardan como un buen recuerdo.

Ojalá…
Aquel sábado, cuando Julio llegó al pueblo, supo que vería una de las escenas más duras de su vida como reportero gráfico. Era seis de enero, el año 2018 apenas amanecía y él ponía sus pies en la tierra de San Estanislao de Kostka. La foto y las palabras de la periodista Hilenis Salinas Gamarra cuentan la historia de una humanidad pobre y expuesta. De una vida a la intemperie:
“‘Ojalá’, reza Yarledis Martínez, picando madera recién cortada para hacer una troja que le sirva para poner los platos. ‘Ojalá’, repite, verificando que los palos de la troja donde duerme sigan firmes después de una semana de haber sido hecha. ‘Ojalá mis hijos aquí sean felices, ojalá de aquí no nos saquen corriendo, ojalá que esta vez sí, ojalá que sí’.
“Ella, sus tres hijos y su madre, conforman una de las 28 familias que la última semana del 2017 se trasladaron desde la vereda Púa, en el corregimiento de Arroyo de Piedra, a la finca Silverio, en San Estanislao de Kostka, tras cuatro años de amenazas constantes para que abandonaran el territorio que venían habitando hacía más de una década.
“Ahora, en la jurisdicción de otro municipio y durmiendo en los mismos cambuches que tenían en Púa, la comunidad espera un pronto apoyo para reiniciar -por enésima vez- sus planes de vida”.
//Foto: Julio Castaño Beltrán.

La bendición del papa
Cuenta Luis que ese día esperó mucho tiempo y, sobre todo, con mucha paciencia. Vio detenidamente al papa Francisco a través de su lente, en su visita al barrio San Francisco, de Cartagena, en 2017. Había cientos de cámaras y miradas siguiendo los pasos del Sumo Pontífice, y fue cuando los espectadores esperaban que culminara la visita a la casa de Lorenza, una líder que da comida a niños del barrio, que vio la oportunidad de obtener una buena foto. “Ahí no dejaban pasar. El acceso restringido, pero entonces me monté en el techo de una casa para esperar a que saliera el papa y se me diera una foto. Noté que había una señora que también lo esperaba abajo con su hija en brazos, quería que la bendijera, y efectivamente, se dio. Cuando el papa salió, la bendijo, me sentí súper conmovido por la escena, fue muy emocionante verlo, su sonrisa y las lágrimas, y logré una foto que había esperado. Yo entrevisté a la señora después y entre muchas otras fotos que había, esa fue la portada del periódico, fue la satisfacción más grande”, narra Luis. //Foto: Luis Eduardo Herrán Álvarez.



Ángeles de la calle
Ángeles de carne y hueso se pasean entre las penumbras de la Avenida del Lago y noche a noche van dejando pequeños ‘milagros’ de comida para los habitantes de calle. Nayib acompañó una noche a esos ángeles, vio muchas historias de lo que es vivir sin casa y su lente se encontró de frente con John Jairo Murillo, entre una cama de basuras, a orillas de la Ciénaga de las Quintas.
Él solo sonreía y comía el platillo que esa noche le habían llevado desde María Revive, una misión social que recorre la zona dando algo de comer a quienes no tienen alimentos.  //Foto: Nayib Gaviria Amador.

Mompox desde el agua

La espléndida y bella Mompox reposa sus siluetas coloniales sobre el río Magdalena, sus colores serpentean como acuarelas vivas en ese reflejo y van diluyéndose al ritmo que el viento les dé. La periodista Milena Conrado Barrios describe que “nuestros sentidos quedan aturdidos ante la magnitud de la belleza de lo que divisamos desde la embarcación. Un hermoso paisaje colonial sobresale como si fuera una valiosa pintura de óleo sobre lienzo. Una cúpula roja con blanco nos da la bienvenida y una línea de estructuras coloniales se va asomando poco a poco, seguidas del esplendor de una iglesia amarilla con blanco. Nos recibió Mompox con olor a piña, ese fruto dulce que se cultiva por estas tierras”. Y Aroldo, con su cámara, navegando en una lancha, simplemente convierte aquella belleza en una postal. Una fotografía de esta ‘Joya del Caribe’. La valiosa captura fue seleccionada entre las 100 mejores fotos de Colombia, publicada en la edición Revela Colombia 2014, del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. //Foto: Aroldo Mestre Alcántara.

El golazo de ‘El Tigre’
Minuto 55. Encuentro Colombia versus Brasil, eliminatorias a Rusia 2018. Septiembre 5 de 2017. Desde que pisó el campo, Óscar esperó ansioso el momento, todo el estadio Metropolitano de Barranquilla, que esperaba lo mismo, retumbó en un solo grito: ‘Gooool’. Los cafeteros empataban a Brasil y con eso despejaban un poco su camino al Mundial. Radamel Falcao García empató el partido tras una jugada de James Rodríguez, que habilitó por derecha a Santiago Arias, este centró y ‘El Tigre’ anotó de cabeza. Óscar, emocionado, no cantó gol pero sí ‘inmortalizó’ el tanto en la foto. “Con el empate se puso un pie en Rusia. Si se perdía ese partido la oportunidad de clasificar hubiera sido mucho más agónica. Yo soy aficionado y quería captar el gol de cualquier jugador colombiano, estaba con la ansiedad de que sucediera eso, capté el momento desde el cabezazo y hasta el balón entrando en la red. ¡Fue emocionante!”, recuerda. //Foto: Óscar Díaz Acosta.

La esperanza
Lo último que se pierde es la esperanza y eso es lo que guardan en sus corazones este grupo de mujeres, víctimas del desplazamiento forzado. Zenia quiso captar sonrisas en los rostros de quienes alguna vez sintieron mucho dolor y ese fue el resultado. “Las integrantes de la Liga de Mujeres Desplazadas de Bolívar, que luchan incansablemente para que les restituyan los derechos fundamentales y constitucionales, y cuya garantía ha dejado de ser asumida por el Estado. Esta organización, que cubre tres barrios de Cartagena y tres municipios del departamento, ha demostrado cómo su resistencia pacífica y su modelo de desarrollo participativo han sido válidos para legitimar sus necesidades ante el Estado”, dice en la foto publicada hace 10 años, pero que sigue siendo vigente.  //Foto: Zenia Valdelamar Sotelo.

Caos
Ya había suficiente sangre, drama y dolor sobre la calle. Ya había un motociclista muerto, por culpa de dos conductores de busetas que irresponsablemente se ‘peleaban’ la vía. Pero no terminaría ahí, aquella escena de horror se tornaría mucho más violenta, con el fuego como elemento de venganza. Luis había llegado con su cámara, aquel 19 de julio de 2013, a la carretera de Olaya Herrera, a hacer la reportería de aquel hecho trágico, del aquel accidente de tránsito en el que había muerto un motorizado, pero debió cuidarse mucho para salir ileso de los disturbios que se generarían después del choque. Debió actuar con mucha cautela. Una muchedumbre intentó linchar a los choferes responsables de la muerte. Parecían locos, prendieron fuego a los vehículos, lanzaron piedras, se enfrentaron a la Policía y desataron el caos total, un caos que Luis logró atrapar en una foto.
//Foto: Luis Eduardo Aparicio.

Bazurto sabe a ‘pescao’ frito
En el ‘inframundo’ de Bazurto se esconden muchas historias y el de la foto, Jorge Luis Iriarte, protagoniza una de ellas, “es un tipo de San Francisco que se enfrenta todos los días al fuego, el calor elevado a la enésima potencia en esos fogones”, en el sector ‘Pescado Frito’ del mercado. Ahí existen gigantescos fogones al aire libre, cuyo fuego se alimenta de madera de estibas. Paredes negras y la brisa dispersan el humo por todo el lugar, extinguiendo por momentos aquel aroma a comida de calderos inmensos, el mismo que se mezcla con ese maremágnum de olores que es el Mercado de Bazurto. Un sitio donde no muchos se atreven a comer pero donde sí ha llegado gente de todo el mundo. //Foto: Kailline Giraldo Bejarano.
 

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