Paseando por el Centro de Cartagena, Jeimy Paola Vargas recuerda divertida, que hace unos años, cuando fue reina de la Independencia, recorría esas mismas calles siempre de afán, con su amigo y chaperón, Juan Mouthón, visitando tiendas y diseñadores en busca de ropa prestada para lucir en sus diferentes compromisos.
Hoy, 13 años después, llegó al Centro más tranquila y relajada, a encontrarse con sus amigos de siempre y a pasear por primera vez a su hijo Joshua, por esos sitios de la ciudad que tanto le gustan.
La Plaza de Santo Domingo, la Plaza de Bolívar y por supuesto una visita a la sede del Concurso Nacional de Belleza, y a su presidente, su “papá”, Raimundo Angulo, hicieron parte de su itinerario que terminaría en la noche con un encuentro con sus amigos de Comfenalco, con quienes jugaba baloncesto, el deporte que practicaba en el colegio.
Y es que desde cuando se radicó en Bogotá, sólo tiene tiempo de venir a la ciudad casi que exclusivamente a trabajar o a visitar a Alba y Manuel, sus padres, que ahora viven en Crespo en una casa que les regaló Jeimy Paola.
En un enterizo estampado, mochila wayuu, y cero maquillaje, como prefiere estar cuando no tiene compromisos, esta mujer de 1.80 de estatura, poco vanidosa, que rompió récords en número de reinados ganados, confiesa hoy que nunca se imaginó que eso pasaría, pues jamás lo buscó y tampoco se esforzó mucho. Simplemente, dice, se fue dejando llevar por las situaciones que se le presentaban y el resto es historia. Con su físico y carisma logró ganar 7 reinados, fue modelo del año, Top Model y ahora actriz.
Esta última actividad, dice, le apasiona, y espera seguir muchos años en esta profesión en la que también ha conseguido grandes amigos especialmente sus paisanos, Carmenza Gómez, Ramses Ramos y Antonio Jiménez, todo el equipo de cartageneros que actúan en la novela “La selección”.
El reinado
Hoy, después de tantos años, puedes contarnos realmente lo que pasó esa noche de coronación en la que todo el mundo pensaba que ibas a ganar la corona...
- En backstage (detrás del escenario) decían que yo era la reina, porque mis puntajes eran los mejores, así que estaba asustada, sentía esa presión y pensaba: ‘yo no puedo ser la reina, no puedo quedar’, mi cabeza no sé donde estaba. Cuando estaba junto Katherine (Daza) esperando el veredicto, le decía que no se preocupara, que ella iba a ganar, ella me decía ‘tú estás loca, cálmate’. Cuando dijeron que yo era la virreina quedé contenta. Luego, cuando vi que la gente no quedó satisfecha con el resultado, cuando empezaron a decir que fue por el vestido, cosa que nunca creí, fue cuando me di cuenta de lo cerca que estuve, de que podría haber sido yo, pero realmente nunca me afectó no haber logrado la corona.
¿Cómo fue tu llegada al Concurso, ibas con algún temor?
- Llegué un poco prevenida pero me acogieron muy bien, especialmente Raimundo. Él siempre estuvo pendiente de mí, incluso desde cuando fui candidata al Reinado Popular, nos conocimos en el encuentro de reinas y hablamos y él me mandó a varios reinados antes de ser Señorita Cartagena.
¿Y a propósito, cómo hay que ganarse a Raimundo?
- Actuando correctamente y ser siempre como tú eres, no aparentar nada diferente. A veces hay personas que se muestran como no son buscando caer bien y así se logra lo contrario. Siempre me he mostrado como soy, una persona sencilla, a Raimundo, mi otro papá, le escuché sus consejos, y la verdad constantemente le pedía su opinión en muchas cosas de mi vida, en mis decisiones, porque siempre le tuve confianza, por eso nos volvimos grandes amigos.
¿Qué te dejó el reinado?
- Tantas cosas, uno piensa muchas cosas del reinado que no son verdad. Pensaba que allí sólo podían estar niñas con dinero y no es así, algunas sí, pero la gran mayoría no, yo estaba asustada por eso, pensaba que las otras candidatas eran adineradas y de clases sociales diferentes a la mía que venía de un barrio popular. Así que el reinado me ayudó a darme cuenta que la humildad y sencillez, no tienen que ser obstáculos sino fortalezas, me enseñó a ser fuerte porque en el concurso se manejan muchas tensiones, sentimientos encontrados, así que aprendí a sortear situaciones, me enseñó a darme a la gente, a tener paciencia, eso lo practico cuando te piden fotos, cuando se daña la cámara, en fin, el reinado fue mi escuela para lo que sé ahora.
¿Cómo sin ser vanidosa, ni estar muy pendiente de la ropa, del maquillaje y de todos esos truquitos de reina, lograste ganar tantos títulos?
- Todo se me fue dando y me dejé llevar, la verdad no lo busqué. En todos los campos en mi vida me he dejado llevar para ver hasta donde llego, así me he dado cuenta de mis capacidades, así he ido descubriendo mis talentos.
A Bogotá
¿Cómo fue tu llegada a Bogotá?
- Ser reina me fue marcando el rumbo. Me ofrecieron ser modelo, me dieron una oportunidad de trabajo. Las cosas con mis papás se habían parado, no estaban bien económicamente y yo, como hija única, decidí que tenía que hacer algo. Así que después del reinado mi objetivo era Bogotá porque tenía claro que allá estaba el trabajo. Les dije a mis papás que quería una mejor vida para ellos, que si Dios me estaba mandando para allá, era por algo, quería trabajar y además estudiar, esto último no lo he podido hacer, decidí trabajar para que mis papás estuvieran bien, para mí eso es lo más importante.
¿Fue muy duro ese principio en Bogotá?
- Llegué siendo virreina y Miss Internacional, me ahorré el camino de personas que empiezan de cero, ya me conocían, así que llegué a Stock Models y enseguida pasé a ser top model, así que ganaba más porque ya era reconocida, ya me mantenía sola y podía mandarle dinero a mis papás.
A la televisión
¿Y cómo llegaste a la televisión?
- Lo primero que hice fue en Los Victorinos, en ese momento era modelo, no tenía idea de nada, me dijeron en la agencia que no tenía parlamento. En ese entonces pensé que la actuación no era lo mío, pero después de un tiempo, cuando te das cuenta que vienen otras niñas en el modelaje y te salen menos trabajos, te preguntas para dónde vas. Mi amigo y vecino de Chapacuá, Antonio Jiménez, el que hace de Fredy Rincón, en La Selección, me dijo que estaba estudiando actuación en una academia, me convenció de ir a un taller de actuación, cuando fui me quedó gustando y antes de los dos años de estar en la academia me salió lo del Joe, me llamaron para un casting por intermedio de Stock Models, y lo gané. Para ese papel me mandaron tres meses a vivir aquí en Cartagena, para que tomara nuevamente el acento cartagenero, porque estaba hablando muy neutro y Adela, mi personaje, es una mujer muy costeña.
¿Cómo te sentiste en el Joe?
- Fue hermoso, mi primer papel de verdad, estaba asustada, con una adrenalina muy fuerte, me preguntaba si lo hacía bien o no, pero gustó, me sentí tranquila, estaba al lado de personas conocidas y ahí conocí a Jair, empezamos a salir y después de cuatro meses empezamos a tener algo serio, al principio no queríamos que se supiera, yo no había terminado bien con un novio que tenía y el tenía una relación terminada pero que no había quedado todo claro.
¿Tu papel favorito?
- He trabajado en el Joe, en Allá te espero y en La selección. Todos los he disfrutado, pero es más relajado el personaje de Allá te espero porque represento a una mujer tranquila.
¿Has notado tu progreso en la actuación?
- Veo un avance grande, me propuse algo en cada papel: en el Joe, como Adela, hice muchos gestos con la boca y los ojos; en La Selección, no tanto. Esos dos personajes son parecidos y tenía que buscar un matiz. En La selección el personaje tiene gestos, pero es diferente a Adela, que es una mujer de barrio.
Los amigos
¿Has conseguido amigos en el medio?
- Mis buenos amigos son Ramses Ramos, cartagenero; Carmenza Gómez, una cartagenera que me ha aportado mucho, no sólo en la actuación, también en mi vida. Somos grandes amigas, hablamos, compartimos, ella es como mi mamá, anda conmigo para arriba y para abajo; Antonio Jiménez, vecino mío en Cartagena, y Daniela Donado. Esas amistades son muy valiosas, tengo muy pocos amigos, pero los que tengo los valoro mucho.
Eres una actriz poco farandulera…
- Soy muy tranquila, prefiero estar con mis amigos, ir a uno que otro evento. No soy de las que va a todo lo que invitan como para que te vean, no me gusta que hablen mucho de mí, trato de ir a sitios no tan de moda, más bien soy de las que le gusta hacer las cosas en la casa.
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