Facetas


La venta del sexo en la Media Luna

ERICA OTERO BRITO

18 de julio de 2010 12:01 AM

“Tenía 14 años, estaba en la carretera esperando un bus para ir a Turbaco donde me habían ofrecido un trabajo en casa de familia, cuando llegó un hombre, como de 35 años, y me propuso estar con él a cambio de 50 mil pesos. A sus 34 de edad, *Marisol aparenta ya haber entrado a los 40, su figura robusta, con algunos kilitos de más, su rostro limpio de maquillaje, su cabello poco arreglado y una vestimenta sin afanes de mostrar la carne, hace poco probable que una persona al verla se imagine que se dedica al viejo oficio de la prostitución. Hace 20 años cuando su vida empezó a circular entre los hoteles de mala muerte de la Media Luna y los bares que dejaron hace ya más de una década de existir en la calle de La Iglesia, era una adolescente, de 55 kilos, con una cabellera negra que enmarcaba muy bien su cara ovalada y una cinturita de avispa. No pensaba en estudiar, ni en tener hijos, ni en ningún otro ítem prográmatico de futuro. Quería vivir el día a día y sus intereses estaban hipnotizados por el dinero que le pagaban sus clientes, el cual le brindaba las oportunidades, que por sus condiciones familiares, nunca pensó tener: comprar ropa, maquillaje y tener idenpendencia. La suntuosidad total duró poco. A los 15 quedó embarazada de uno sus clientes con quien estableció una convivencia formal que duró apenas tres años. La primera separación fue dura. Golpeada en su dignidad, con tres hijos, y sin ningún conocimiento formal de ningún oficio regresó a los bares, aún había altivez en su vanidad. Un tiempo después conoció, en las mismas circunstancias a su segundo marido de quien también se separó. Lo mismo ocurrió con su tercer compañero sentimental. Al final de los tres intentos fallidos por conservar un amor que le fuera leal hasta la vejez, le quedaron siete hijos para mantener, (el menor tiene dos años) una autoestima casi desaparecida y muchos kilos de más. En su vida no ha habido otra forma de vida, ni conoció otras opciones. Desde niña sintió de manera escasa las posibilidades de ser feliz. El mundo de la prostitución la empapó hasta en la intimidad de su alma, al punto que aunque es reiterativa en manifestar que quisiera ganarse la vida de otra forma, es también contundente al afirmar que con este oficio tiene la ventaja de que se puede ganar en poco tiempo la misma cantidad de dinero que se gana un vendedor de agua patoneando todo un día. *Marisol, que es un nombre ficticio que ella solicitó para proteger su identidad en esta entrevista, a fin de no causarle “vergüenza” a sus hijos, accedió brindar su testimonio con el objetivo de que los ciudadanos conozcan algunos aspectos que pueden rodear la vida de una prostituta, juzgada muchas veces a la ligera, y algunas pinceladas de cómo se mueve la venta del sexo en la Media Luna, un tanto diferente a otros sectores en la ciudad porque aquí la mayoría de sus oferentes guardan mucha distancia de los moldes de belleza actuales y es de los pocos sitios donde la carta de servicios se ofrece, sin pudor alguno, en la calle. ¿Recuerda a su primer cliente? -Eso no se olvida. Estaba en la carretera esperando un bus para ir a Turbaco donde me habían ofrecido un trabajo en casa de familia, cuando llegó un hombre como de 35 años y me propuso estar con él a cambio de 50 mil pesos. ¿Por qué aceptó? -No tenía plata ni para pagar el hotel, donde me había hospedado el día anterior. Estaba recién volada de mi casa y el trabajo que iba a ver en Turbaco era para viajar a Bogotá y yo tenía miedo porque me habían dicho que allá los patrones le quemaban a uno la ropa para que uno no se devolviera. ¿A los 14 años, usted por qué se encontraba en esas circunstancias? -Yo me salí con un novio a los 13 años porque no soportaba los maltratos en mi casa, pero entonces mi mamá me fue a buscar porque ese no era mi futuro. Me empleó como doméstica en una casa de familia para que yo ganara para comprar mi ropa, pero en esa casa, como yo era una niña, abusaban mucho de mí con el exceso de trabajo, cualquier día no amanecí de ganas y me fui para donde una amiga que también trabajaba en una casa de familia. Ella quería que me quedara ahí, pero los patrones dijeron que no, entonces me llevó a dormir en un hotel de la Media Luna y me dijo que fuera a ver el trabajo en Turbaco. En esas estaba cuando apareció el hombre ese. Como me pagó muy bien a mí se me abrieron los ojos y busqué trabajó en un negocio de la calle de La Iglesia y vivía en los hoteles de la Media Luna. Antes las autoridades le prestaban poca atención al hecho de que trabajaran menores en los bares. ¿Su mamá la fue a buscar? -Mi familia me estuvo buscando un tiempo, pero yo no me dejaba encontrar de ellos. ¿Por qué no le perduraron ninguna de sus tres relaciones? -Ni esas, ni las otras en las que no tuve hijos. Es una vida muy difícil porque los hombres cuando lo conocen a uno en esto, nunca confían y aunque uno se esté portando bien dicen que uno nunca pierde el vicio. Por eso fueron siempre las peleas. A estas alturas ya no creo en nadie, a veces se consiguen relaciones, pero uno es consciente de que no se van a enamorar de uno, muchos lo hacen para que uno no les cobre. Después que la dejó su tercer marido ¿cómo fue su regreso a la prostitución? -Diferente. Porque ya no existían los negocios en la calle de La Iglesia. En los bares uno como mesera, tiene su sueldo y las propinas y uno se va a la habitación cuando quiere, pero no es el fuerte. Pero cuando los negocios se acabaron, empecé de lleno en la Media Luna, me sentaba en la puerta de uno de los hoteles y ahí llegaban los clientes. Ya la plata tenía que trabajarla más. Si cuando estuve en el negocio hubiera pensado en mi futuro, hubiera ahorrado, quizás tuviera, ahora, una casa propia y otra forma de vida porque en ese tiempo ganaba muy bien. ¿Ha habido momentos en los que ha disfrutado las relaciones con sus clientes? -Como mujer uno tiene sus necesidades y como lo habitual es que vivamos solas, puede llegar a presentarse un cliente agradable para uno y si te saben tratar, uno se siente bien. ¿Qué opina del dicho: ‘mujeres de la vida fácil’? -Esto no es una vida fácil, los que dicen eso no saben a todo lo que uno está expuesto cuando entra a una habitación. Cuando la puerta se cierra tenemos que soportar muchas cosas, empezando por lo más mínimo que es estar con un desconocido. Algunos tienen mal aliento, llegan borrachos creyéndose los más hombres, pero impotentes y eso los pone intensos, otros vienen completos con malos olores en todas las partes del cuerpo y muchos se ponen pesados. Afuera aceptan el trato de un modo y adentro quieren otra cosa por la misma plata, a muchas de mis compañeras les han pegado. ¿Qué tipo de clientes son los más pesados? -Los que regatean los precios son los más pesados. Les cae un: ponte así, ponte asao, quieren todas las posiciones, lo dejan a uno cansado. Los que pagan bien, son los menos exigentes, yo pienso que el que no regatea un servicio de estos, es más culto. Pero, eso no depende de la ropa, hay unos bien vestiditos que no quieren pagar. ¿Qué cuesta un servicio de una prostituta en la Media Luna? -Eso depende del acuerdo, del cliente y de la prostituta también. Puede costar $30.000, $25.000, $20.000; algunas se van por $10.000. Cuando nosotras pagamos la habitación, escogemos las de $3.000; si ya ellos no quieren esa, sino otras que cuentan $9.000, entonces las pagan ellos. ¿Esas tarifas que incluyen? -Entre $10.000 y $25.000 es una relación normal que puede durar 20 minutos o una hora, depende del arreglo. El sexo oral y anal son adicionales, tienen otro precio, de pronto el de $30.000 puede incluir uno de los dos. Por lo general son $10.000 más. ¿Cuáles son los días que van más clientes? -Los domingos, le siguen los sábados y los lunes. Los de menos movimiento son los martes y los miércoles. A sabiendas que ahora los hombres le abonan muchos puntos a las mujeres jóvenes y con buena figura ¿qué tipo de clientes las buscan a ustedes en la Media Luna, donde la mayoría son robustas y no tan jóvenes? -A la Media Luna va de todo, jóvenes, viejos. Lo que pasa es que en un bar el servicio más barato cuesta $50.000, además tienen que gastar en trago. Acá con lo que se pueden gastar en un bar, tienen para estar con cinco mujeres. Hay algunos que contratan hasta tres mujeres. Particularmente, esos encuentros a mí no me gustan. ¿Usted escoge a sus clientes? -No tanto como escoger porque ellos son los que llegan donde está uno, pero sí los analizo antes de irme a la habitación para evitar problemas. Si afuera lo tratan a uno chabacano, ya uno sabe a lo que se puede exponer y cobro por adelantado porque a muchas les pegan o las insultan y se van sin pagarle. ¿Qué experiencia negativa ha vivido en una habitación? -Una vez estaba muy enferma con un dolor en los riñones y el muchacho quería una posición que a mí me dolía, entonces le pedí que no me cogiera tan fuerte porque yo me sentía enferma y me respondió que eso a él no le importaba, que él me había pagado mi plata. ¿Si se queja de todo eso porque no cambia de oficio? -Es fácil decirlo. Por lo menos esto es lo que hecho siempre, yo no tengo contactos en ninguna empresa, nadie influyente que me recomiende, además cuando uno trabaja en esto lo discriminan y no le dan ningún trabajo porque piensan que uno es ratero. En cualquier empresa piden experiencia y ¿qué voy a poner en la hoja de vida? que soy lo que soy. ¿Vendiendo fritos, agua; cualquier cosa? -Como vendedora de agua, yo no, porque yo tengo siete hijos y ganándome 100 pesos en cada bolsita de agua no los voy a alimentar. Para vender fritos, uno no necesita nada más el caldero, sino todos los utensilios adecuados y no los tengo. Ahorra la plata y los compra... -Los días en los que nos va bien, tenemos que pagar las deudas y guardar para los días que sean malos. En mi caso no rinde, tengo siete hijos, seis están en el colegio. ¿Cuánto se puede ganar en un día bueno? -Entre 80 y 100 mil pesos. Hay días en los que no hago ni un peso y me regreso para la casa sin nada, a las 8 ó 9 de la noche. Yo trabajo nada más de día, las noches las paso en mi casa con mis hijos. ¿Recibe críticas de los clientes por estar pasadita de kilos? -Sí, pero no me lo dicen directamente, me doy cuenta porque se van con las más delgadas. A los hombres no les importa mucho si uno es grueso, a ellos los que no les gusta es la barriga porque dicen que no se le ve a uno sus partes. ¿Su familia sabe que usted se dedica a esto? -Algunos y no están de acuerdo, pero yo les digo que a mí nadie me pone un plato de comida en mi mesa. Mis tres hijos mayores se enteraron accidentalmente, pero nunca me lo han echado en cara porque yo les hablo a calzón quitado. Ellos se dan cuenta que trato de hacer lo mejor. ¿Cómo se cuida? -Con preservativos. Hace dos meses, a todas las mujeres que trabajamos ahí nos hicieron exámenes de todo y salimos bien. ¿Cómo es el trato entre ustedes mismas? -Bueno. Hay algunas rencillas, pero por lo general nos cuidamos entre todas. Ya en la Media Luna no hay mujeres como las que había cuando yo empecé. Ahora son pura boca, pero antes habían mujeres tremendas que no andaban con vueltas para cortar a la otra y cobrar impuesto a las que llegaban. ¿Cuántas mujeres trabajan en la Media Luna? -Aproximadamente hay 60. Ojalá alguien se interesara de verdad en ayudarnos. Hay muchas que no queremos seguir en esto porque somos conscientes de que ahí nadie nos va a jubilar, no tenemos casas. Yo estoy segura que si nos ofrecieran algo bueno, la mayoría nos portáramos bien porque somos mujeres como cualquier otra, con sentimientos; lo que pasa es que a veces nos ponemos agresivas en reacción a las ofensas continuas de la gente que pasa y nos mira mal, la policía nos ataca demasiado, no nos dejan entrar al parque Centenario y si estamos afuera también estorbamos. A veces la agresividad es un mecanismo de defensa, pero la verdad es que todas las que estamos ahí somos madres, cabeza de familia.

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS