Los artistas de Cartagena no son una rueda suelta del destino de la ciudad, y mucho menos de las políticas públicas del Distrito.
Existe una Unidad de Artistas de Cartagena creada en 2017, y un Consejo de Área de Artes Plásticas, que ha trazado en dos asambleas generales, sus líneas de actuación de 2016 a 2019.
Este Consejo de Área, es mediador entre las instituciones culturales y los creadores.
Pero el clamor de estos colectivos humanos y artísticos coincide en señalar que las autoridades de la cultura, no los tienen en cuenta en sus iniciativas públicas.
Presentaron sugerencias culturales a la dirección del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), y a la dirección del Teatro Adolfo Mejía, para mejorar las políticas públicas.
Sobre el afiche de las Fiestas de la Independencia, luego de la experiencia desacertada de descubrir que el primer y segundo puesto, fueron un plagio de un afiche del Carnaval de Pernambuco 2015, no se tuvieron en cuenta parámetros elementales para elegir la mejor propuesta, según Alexa Cuesta.
“Esos parámetros son un estudio de dossier, unos bocetos previos para saber de dónde surge la idea de la imagen o la propuesta artística, la sustentación de la investigación y las fuentes temáticas. No es suficiente ver una obra acabada para una convocatoria”, dice Alexa.
“Si no se tienen en cuenta estos parámetros, en las obras participantes tanto en el afiche como en la música de las fiestas, corremos el riesgo de premiar obras plagiadas como ha ocurrido con los casos anteriores”, dice Willian Hurtado.
Arte y Fiestas
“La propuesta que hicimos al IPCC en mayo 10 de 2018, es que que la imagen del afiche la realice un/a artista plástico/a con trayectoria profesional, en tanto a las temáticas festivas (identidad, y/o memoria) que vienen trabajando acuciosamete, comprobable a través de dossier o portafolio, y por supuesto, de su hoja de vida”, dice Maritza Zúñiga, quien recuerda que el Carnaval de Barranquilla, convoca a los artistas para diseñar las carrozas y no excluye al sector de las artes plásticas dentro del carnaval.
“Sugerimos también que se invite directamente a los artistas que demuestren manejo de la temática en su obra, y se abra un concurso entre ellos/as a través de una escogencia ciudadana, pública. Nuestro Consejo de Artes Plásticas puede liderar esta organización.
“Propusimos además que se les dieran los créditos respectivos a los creadores de esa imagen visual representativa de las Fiestas, y planteamos la necesidad de convocar a una exposición anual con los artistas, durante las fiestas novembrinas, en cuya exposición, surgiera con elección de un jurado la imagen visual de las fiestas del próximo año”.
Los artistas proponen
Los artistas de Cartagena han criticado la reciente propuesta de Workshop Imagen Global, de Fiestas de Independencia 2018, en la que el sector de las artes plásticas ha quedado por fuera.
“Ahora con esta convocatoria de afiche para las Fiestas, el sector de los pintores no quiere participar, porque se han limitado a los diseñadores, bajo el control de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Unibac”.
“No se nos ha tenido en cuenta para nada ni se nos escucha, como si no tuviéramos capacidad de gestión”, precisa la artista y gestora Alexa Cuesta.
“Los artistas de Cartagena no tenemos un lugar donde exponer nuestras creaciones una vez al año. Ni a las instituciones culturales oficiales les interesa ni al Museo de Arte Moderno de Cartagena”, dice la artista Cecilia Herrera, cuya obra pictórica es ampliamente conocida en la ciudad y el país, por cerca de cuatro décadas.
“El sector de los artistas no ha sido consultado para iniciativas públicas. Lo mismo ocurrió con la propuesta de las materas pintadas en espacio público y las cebras artísticas”, agrega Alexa.
Más allá de lo presupuestal, el director teatral William Hurtado recuerda que el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, sepultó su serie editorial y la convocatoria que hacía a los escritores.
“El gasto en funcionamiento supera la inversión en fomento cultural”, cuestiona William.
Un teatro sin agenda
Con respecto al Teatro Adolfo Mejía, el teatrero William Hurtado sugiere que este escenario emblemático de la ciudad, “debería tener su compañía de planta, con una agenda propia, semanal y permanente. Paradójicamente, el Teatro Adolfo Mejía es el escenario cultural al que más se le invierte, por concepto de la Ley de Espectáculos Públicos”.
“Desde la celebración del Bicentenario de la Independencia de Cartagena, en 2011, no hemos sido agendados por el Distrito en la puesta en escena de la obra “Pregones en el arrabal”, de Carlos Ramírez, en la que se cuenta lo que ocurrió el 11 de noviembre de 1811.
“No sabemos ni conocemos en qué se invierten los recursos que gana el escenario por alquiler de bodas y grados”, cuestiona Alexa.
El director escénico propone una Parada Artística y la creación de un Fondo Solidario de protección a artistas y creadores, y al decirlo, piensa en hombres de teatro como Alberto Llerena, quien vive en la orfandad, enfermo ysin protección social. Y piensa en la escultora y artista Nora Luz Quintana, autora de la escultura de Pedro Romero, en la Plaza de la Trinidad y diseñadora del Capuchón del Oro, quien también está en circunstancias similares a la de Llerena.
“En Cartagena, tampoco se ha planteado el decreto nacional de la Ley de Pensiones para creadores y gestores, que en su tercera edad, sufren el desamparo, enfrentados a la incertidumbre de sobrevivir en la ciudad”.
“El Parlamento Internacional de Escritores rendirá homenaje en agosto de este año, al maestro Alberto Llerena, Premio Nacional de Dramaturgia. Creemos que en ese ser humano extraordinario, hay además, un gran saber, cuya obra literaria amerita ser publicada por un ente gubernamental”, indica el poeta Gonzalo Alvarino.
Artistas callejeros
Mientras William habla de la suerte de los creadores locales, Alvarino se pregunta cuál será la suerte de los artistas callejeros, a los que cada día les imponen comparendos por cantar, bailar o expresarse en espacios públicos que empiezan a ser privatizados.
“En una ciudad donde los jóvenes tienen precarias o inexistentes posibilidades de salir adelante o de emplearse, reprimir la expresión cultural en espacio público es una paradoja. El arte es la única vía de escape de estos jóvenes para no caer en la droga o delinquir. ¿Por qué vamos a silenciar el tambor?
No se puede perseguir a un artista callejero como si fuera un delincuente o un ladrón”, dice Alvarino, quien recordó el caso de un rapero al que un agente de policía golpeó y le fracturó un brazo.
“Para una ciudad sin infraestructura cultural, cerrar la posibilidad de expresión del arte callejero, es terrible. No se puede limitar la ciudad al ámbito de lo turístico solamente”, agrega William.
Epílogo
Los artistas son un espejo y una fuente de proposición para el desarrollo de la ciudad.
Sus visiones enriquecen el panorama de la cultura regional.
Así lo sienten ellos.
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