Facetas


Los jóvenes claman: ¡Que despierte Cartagena!

CINDY BARRIOS MIRANDA

14 de diciembre de 2014 12:02 AM

“Los jóvenes de Cartagena pueden hacer el cambio, pero necesitamos que despierten y comiencen a trabajar por la ciudad”, expresa un tanto efusivo Andrés Salinas mientras Luis Carlos Díaz asiente con la cabeza.

Están cansados del caos que impera en la ciudad, se les nota en sus rostros y en las publicaciones en ¡Cartagena, despierta!, una página de Facebook que crearon para denunciar y concienciar sobre los problemas que nos afectan día tras día.

“Me surgió un sentimiento de generar conciencia en la ciudadanía luego de que salí de la Escuela Naval de Cadetes. Me preguntaba, ¿qué está pasando con Cartagena?”, explica Luis Carlos de manera reflexiva.

“Al principio sólo subía imágenes y documentales que tenían mensajes para reflexionar, pero tenía muy poco impacto en la gente”, continúa.

Ahora tienen un alcance de 40.000 vistas en una publicación, nada mal para una página administrada por dos jóvenes que decidieron no voltear hacia otro lado o quedarse callados ante los problemas de la ciudad.

Con 1217 seguidores, y contando, su trabajo es hacer visible lo invisible, lo que se oculta bajo la alfombra de la indiferencia y la apatía de la costumbre de que nada va a cambiar, una resignación sinvergüenza que, según ellos, nos tiene así.

“Queremos que los jóvenes que viven en la ciudad tomen conciencia de que nosotros somos el cambio y esta página es una muestra de esto”, indica Salinas.

Su sentimiento no es muy distinto de aquel que movilizó a cientos de jóvenes en la llamada Primavera Árabe, el de los Occupy Wall Street en Nueva York o Los Indignados en España, la esperanza de un Mundo mejor para todos.

“Publicamos las cosas del común que se perciben fácilmente cuando estamos en la calle. Aprovechamos las redes sociales para difundir los problemas y hacer notar lo que está pasando y que la gente se vaya interesando en las cosas cotidianas”, aclaran.

Pero la esperanza no se construye de utopías sino de acciones dice Luis Carlos, estudiante de ingeniería mecánica en la Tecnológica de Bolívar. Por eso le pareció lógico abrir la página en 2012 aunque sin mucho éxito, confiesa.

“Sesenta personas tenía en un principio. A casi nadie le interesaba lo que publicaba y no lo compartían”.

Las cosas cambiaron con la llegada de Andrés Salinas. Su espíritu más controvertido le dio impulso a lo que había comenzado Luis Carlos. Sus estudios como abogado contribuyeron a entender sus derechos como ciudadanos y qué herramientas pueden ser utilizadas para aportar de manera significativa a la construcción de ciudad.

¡Cartagena, despierta!
Investigan más allá de lo evidente y sus días no son tan diferentes a los de nosotros. Pero si algo está mal se detienen, capturan una imagen o un video.

Dialogan con las personas o recogen una basura que alguien tiró y se la vuelven a entregar.

Caminan o usan la bicicleta en distancias cortas para no empeorar la movilidad y contribuir al ambiente.

Y, sobre todo, se interesan, preguntan, investigan y denuncian. Aunque reconocen que deben proponer alternativas también.

“La indolencia de las personas es el peor problema que tiene Cartagena. A la gente no le importa la ciudad, o eso parece, porque no exigen nada de sus gobernantes.

No se pellizcan y dicen: si eso no lo hacen las entidades públicas, podemos hacerlo nosotros exigiéndoles que cumplan, antes de que sea demasiado tarde”, sentencia Andrés.

Luis Carlos se tomó el trabajo de ir a algunos corregimientos del Distrito y hablar con sus habitantes de los temas más apremiantes de la comunidad.

“Me impactó mucho ir a Tierrabomba y encontrar que las personas no se sienten incluidas en la ciudad. Muchas dicen: Allá en Cartagena. Acaso ellos no hacen parte del Distrito, me pregunto”.

En Pasacaballos es igual. “Hay una apatía de la población, no hay sentido de pertenencia y el trabajo del gobierno para incluirlos es casi inexistente. Pero a la hora de pedir votos sí van a todos los rincones del Distrito”.

Su idea es trabajar en los aspectos cotidianos porque ellos son personas comunes, así como las que denuncian a través del Reportero Ciudadano de El Universal, que reconocen lo que está mal y piden soluciones a través de las redes sociales.

Como los que buscan que se tomen medidas por las muertes de los caballos que trabajan en los coches del Centro Histórico o los que hacen videos sobre el abuso de los taxistas con las tarifas.

“Los problemas que estamos denunciando son los que vemos cuando vamos por la calle, pero lo que nos diferencia es que yo sí me paro cuando voy por la calle y me digo: wow, este señor botó la basura en la calle y a nadie le importó. A mí sí me importa”.

Todas las denuncias están ahí, en una nube llamada Facebook, Twitter, Instagram o Youtube preguntando por su futuro, esperando una respuesta.

La movilidad, seguridad y el medio ambiente
“El principal problema de la ciudad es la educación”, apunta Andrés.

“Los jóvenes con educación en una ciudad tan segregacionista, dividida y polarizada como ésta, terminan yéndose. No hay capital ni talento humano para construir un mejor lugar y la poca que se queda es indiferente o busca el beneficio propio. De esto se origina que las personas contaminen; que los jóvenes se dediquen a empleos informales o que muchos caigan en la delincuencia”, se descarga con insistencia.

Sus reclamos son conocidos. No toma mucho darse cuenta que no hablan de nada que no se perciba en la calle o en las noticias del periódico, la radio y la televisión
“La Alcaldía mostrará muchas cifras en miles de papeles, pero yo les digo que vayan la calle y miren la realidad”, señala mirando por la ventana.

“Las entidades correspondientes han sido extremadamente negligentes. En cuanto a la movilidad el promedio de velocidad, sin tener un estudio técnico, es de 5 a 10 kilómetros por hora, es mejor ir a pie”.

Incluso hicieron el ejercicio de probar si era mejor ir a pie.

“Me vine caminando desde Ternera hasta el Pie de la Popa”, sostiene Luis Carlos.

“Por GPS marcaron 10.4 kilómetros en una hora y media, en bus te demoras una hora. ¿Cómo es posible que la diferencia sea de media hora entre ir a pie y en bus?. Las distancias son demasiado pequeñas, en bicicleta podría ser media hora en una buena ciclorruta con un techo ecológico. Así logras generar bienestar a la población pues se mejora la movilidad, el medio ambiente se oxigena en esta jungla de cemento, y ayuda a la salud gracias al ejercicio”.

Iniciativas como estas hacen parte de muchas ideas que han tenido mientras se adentran en el proceso de pasar de la denuncia a las propuestas.

“Nuestra proyección con esta página es concienciar al mayor número de personas y que no se quede sólo en las quejas de Facebook, sino que se traduzca en acciones positivas. No con un interés político, sino de jóvenes con liderazgo que quieran hacer algo por la ciudad”.

- Pasemos del Facebook a la acción. 

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